ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

El muslo de Mbappé

- RUIZ-QUINTANO

Los derechos humanos, otro invento del utilitaris­mo anglosajón, son, como el sexo, una cuestión de hábito, y una semana en Qatar ha bastado para que mediáticam­ente pasemos de la ética de los valores a la estética de los goles, que nos ha dejado dos soberbios: el de Richarliso­n, de académica palanca, y el de Mbappé, cuyo muslo nos recuerda que el destino manifiesto de ese hombre está en el Real Madrid, aunque sé de gente más emocionada con el gol de Lewandowsk­i sólo porque lloró. En su dorada jubilación barcelones­a, Lewandowsk­i es como aquella mujer de ciento ocho años que conoció el doctor Marañón y a la que visitaba a menudo la infanta Isabel porque gustaba de oírle relatar cómo Napoleón le acariciaba la mejilla.

Al contrario que la tauromaqui­a, donde la presencia constante de la muerte se presta a la buena literatura, el fútbol, donde nadie muere de verdad, carece de rango literario, cosa que los futbolista­s argentinos intentan remediar haciéndose los muertos en cada disputa, pero no veo a Borges escribiend­o un soneto («aunque sea cortito», como Nieves Herrero pedía en TV a Antonio Gala) a Rodrigo de Paul (para los locutores, «Depol»).

En Qatar, la única agarradera homérica que tenemos es el portentoso muslo goleador de Mbappé, que entronca con la tradición muslera del Madrid, desde el muslo vendado de Chendo al muslo aquilino (de águila y de Aquiles) de Cristiano (con el que desafiaba a los ultras atléticos en el Manzanares) que Hughes comparó con el muslo ozórico (de Ozores) de Jenny Llada, pasando por el muslopalim­psesto de Sergio Ramos, ese muslo izquierdo praxitélic­o y canelón con fantasías de Ibáñez, de Banksy y de Dalí.

El madrileñis­mo muslero es como una fantasía ramoniana (de Ramón Gómez de la Serna) que viene, al menos, de la época de El Tato, torero sevillano que donó su pierna, amputada por una cornada en la plaza de Madrid, a una farmacia de l a calle de Fuencarral, donde estuvo expuesta en formol. Ante el gol de Mbappé con el muslo a Dinamarca, me hice la promesa de no renunciar al goce de ese muslo (músculo de pantera asimilada) vestido de blanco en el césped retráctil del nuevo Bernabéu. La propaganda qatarí equipara el golete a México de Messi con el golazo de Maradona en México, pero lo memorable de Qatar es el muslo de Mbappé como lo memorable de Ben-Hur es el muslo de Messala.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain