ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
De «fascista» a «filoetarra»: el Congreso limita a Vox y es permisivo con la izquierda
Batet pierde el control de la Cámara durante unos minutos ante el enfrentamiento entre Irene Montero y el PP
El Congreso se abona al exabrupto y abandona cualquier tipo de sosiego parlamentario. Esto vale para hace ya muchos años. Pero tomó especial intensidad en la última semana y el martes quedó patente la doble vara de medir de la Presidencia de la Cámara, en esta ocasión ejercida por el vicepresidente primero, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, a la hora de gestionar la cuestión.
Ciudadanos pidió explicaciones a la Presidencia del Congreso por dicho «uso partidista y la doble vara de medir» a la hora de censurar expresiones de sus señorías. Cs pide a la Mesa que aclare «qué criterios» sigue para amonestar a los diputados. «Expulsó a una diputada por referirse a Bildu como ‘filoetarras’ mientras hoy (por ayer) permite que la Ministra de Igualdad, Irene Montero, acuse a la oposición de “promover la cultura de la violación”, sin exigirle si quiera la retirada de esas gravísimas acusaciones vertidas en el hemiciclo», critican.
La diputada de Vox Patricia Rueda fue privada el martes del turno de palabra por referirse a Bildu como «filoterroristas». Los 52 diputados de Vox abandonaron el pleno en protesta. Pero la tensión empezó hace una semana, en el marco del debate de Presupuestos. Tras la intervención de la ministra de Igualdad, Irene Montero, en el turno de réplica, la diputada de Vox Carla Toscano la cuestionó a cuenta de las consecuencias que está teniendo la ‘ley del sí es sí’. Y puso en duda su capacitación diciendo que su único mérito era haber «estudiado en profundidad a Pablo Iglesias». Podemos vio en ese momento la posibilidad de rescatar a una ministra que llevaba días muy cuestionada, incluso por parte del PSOE. Lo aprovechó.
Montero reclamó el turno de réplica para acusar a Vox de practicar la «violencia política» y clamó lo siguiente, con ovación de su bancada: «Las feministas y las demócratas somos más. Les vamos a parar los pies a esta panda de fascistas con más derechos».
Retirar del diario de sesiones
El debate se crispó durante el resto de la semana, también al calor del debate por la supresión del delito de sedición. Gómez de Celis, que estaba al mando de la sesión en ese momento, anunciaba que iba a retirar del Diario de Sesiones las referencias a Vox como fascista y a Bildu como filoterrorista. La Mesa del Congreso actuaba con ese equilibrismo
quierda. Ayer Batet perdió el control del pleno cuando la ministra de Igualdad acusó al Grupo Parlamentario Popular de «promover la cultura de la violación». Fue uno de los momentos más tensos vividos en el hemiciclo que se recuerda este año. Tras la indignación que provocó en el PP las palabras de Montero, Batet intervino para reprender a la ministra: «La expresión que ha utilizado no es adecuada en términos parlamentarios dirigida a un grupo parlamentario; les pido, por favor, respeto en las expresiones que utilizan y contención en el lenguaje porque queremos... ¡Silencio, por favor! Debemos querer contribuir a la convivencia dentro de esta cámara para contribuir a la convivencia fuera de esta Cámara, así que, por favor, les pido que eviten un lenguaje inadecuado para el Parlamentario, para la representación de los españoles».
Montero no se retractó; es más, reiteró su ataque al PP. «¿Entonces ustedes cómo llaman a decirle a una mujer que vigile su copa en lugar de poner el foco en su agresor?», espetó en referencia las campañas de Igualdad de gobiernos regionales del PP que, según ella, ponen el foco en la víctima y no en el agresor. Batet la cortó porque el Pleno se volvió a revolucionar. Montero cerró el micro y, antes de continuar con la sesión, se escuchó un último y apurado vituperio contra ella. «¡Sinvegüenza!». Era un gritó el diputado del PP Alberto Casero.