ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
La debilidad de Sumar alimenta la agresividad de Podemos contra Díaz
La vicepresidenta hace una media de dos ‘actos de escucha’ al mes desde julio, la mayoría los viernes
En el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no se informa de la intención de voto a Sumar, la plataforma electoral de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, como tampoco lo hace ninguna casa de encuestas privada. No pueden preguntar por Sumar porque todo lo que envuelve al proyecto de Díaz es incertidumbre. Nadie puede garantizar que ella será cabeza de lista y candidata a presidir el Gobierno, no se sabe con qué fórmula jurídica se presentará a las elecciones ni tampoco si concurrirá con Podemos ni si Unidas Podemos se desguazará para siempre.
Empezó su gira para presentar Sumar en julio, en Madrid, y desde entonces lleva 12 actos en 10 ciudades. Pocos en cinco meses; lo compagina con su apretada agenda de ministra, lo que no ayuda a que la marca cristalice. La mayoría son los viernes. Y en agosto no tuvo ninguno. Lo que se sabe de Sumar hoy es lo mismo que se sabía en verano. Pero es que también es prácticamente lo mismo que se sabía en noviembre de 2021, cuando anunció su intención de empezar a construir un proyecto nacional. Novedades desde entonces: el nombre, los equipos que trabajan en el programa, la gira por los territorios... y hasta ahí.
De esta inconcreción se aprovechan en Podemos para rearmarse y no perder peso como actor principal a la izquierda del PSOE (esta es la peor pesadilla de Pablo Iglesias). La debilidad de Yolanda Díaz alimenta la agresividad del exvicepresidente contra ella. En el cierre de la ‘Universidad de Otoño’, Iglesias le hizo un traje de descalificaciones y exigió «respeto». «Ingenuidad», «estúpido» y «sonrojante» son los adjetivos con los que vistió a Díaz, a quien acusó de querer que a Podemos le vaya mal en las autonómicas.
Pullas del exlíder tuitero
Hay más. En apenas unos meses, los portavoces del partido morado han pasado de decir que Yolanda Díaz es su candidata a entonar un ya veremos. «Hablaremos con ella cuando termine de concretar su partido», dijo Pablo Fernández en una de las últimas ruedas de prensa. Díaz quiere que Podemos se integre en Sumar y ellos se niegan a doblegarse; no pasan por otro acuerdo que no sea una coalición de «tú a tú». El tema es que, por el momento, no se sabe qué será Sumar. Podemos presiona a Díaz para que defina ya su proyecto. Una actitud que un alto cargo de IU interpreta como una forma de «desgastar» a la vicepresidenta. Hace unas semanas, Iglesias se sirvió de una pregunta del CIS recogida por ‘20 minutos’ para atacar a la vicepresidenta. «La humildad, la generosidad y el respeto por los aliados es condición de posibilidad para el éxito de la izquierda. Estos números deberían hacer reflexionar a quien piense que basta con el apoyo de la progresía mediática para avanzar», tuiteó el exvicepresidente.
El CIS preguntó a los votantes a la izquierda del PSOE por su preferencia en la papeleta: el 41 por ciento eligió a Podemos; el 34, Unidas Podemos; el 17, Sumar y solo el 6 prefirió a Izquierda Unida. La respuesta no es muestra porque Sumar no existe como partido, pero es una evidencia de que sigue siendo un gran desconocido y que es Podemos quien lidera el espacio alternativo a los socialistas. Iglesias quiso morder a Díaz por ese lado.
Los tiempos que ha elegido la vicepresidenta para configurar su proyecto son responsables de esta nebulosa y en el equipo de Díaz son conscientes, pero siguen con su hoja de ruta. No obstante, esta debilidad empieza a poner nervioso al PSOE y al presidente Pedro Sánchez, que ve cómo la guerra en Unidas Podemos se acentúa y peligra cada vez más la reedición del Gobierno de coalición. El primer ‘acto de escucha’ de Madrid fue un lleno hasta la bandera de los que hace mucho que no huelen ni PSOE ni Podemos. No mencionó a Podemos. Desde entonces, la media ha sido de 1.000 asistentes por evento.
En Madrid estuvo tres veces
En Madrid ha reunido a los simpatizantes en tres ocasiones, siempre arropada por cargos de Más Madrid. En Cataluña, compartió escenario con la líder de los Comunes, Ada Colau, valedora territorial de Sumar. En ningún acto hubo una imagen de unidad de la izquierda ni estuvieron presentes las líderes de Podemos pese a que su proyecto está llamado a ello. Hasta que llegó a la Comunidad Valenciana la semana pasada. En Valencia, reunió a IU, Compromís y Podemos. Los dirigentes morados que asistieron fueron Pilar Lima, candidata al ayunta
Tras el fiasco de la coalición andaluza que amadrinó, Díaz todavía no ha visitado Andalucía con la gira de Sumar
Tiene una media de 1.000 asistentes por acto, sin embargo, al alejar a Podemos, no se proyecta la unidad de la izquierda
miento, y Héctor Illueca, vicepresidente y candidato de Podemos a la Generalitat. Por otro lado, ningún acto de escucha ha tenido lugar en Andalucía. No es de extrañar dado que fue en ese territorio donde se intentó una coalición de izquierdas que sirviera de antesala a Sumar y que acabó siendo un fiasco absoluto en las urnas.
La negociación fue desastrosa por la guerra entre Podemos e Izquierda Unida. Díaz maniobró para que fuera Inma Nieto, de IU, la candidata de la coalición. Podemos aceptó, pero se negociaron los términos del acuerdo hasta última hora y con las prisas y la bronca se registró una lista de nombres que oficializó la coalición sin contar con el partido morado. La dirección de Podemos acusó a IU de hacerlo de forma intencionada y no por error. A las pocas semanas, el grupo parlamentario estalló por la desconfianza e IU y Más País acordaron sacar a la diputada de Podemos de la Mesa del Parlamento andaluz.
En su Galicia, estuvo en dos ocasiones. La última precisamente ayer, en La Coruña, donde aprovechó para confrontar con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, al que comparó con Trump por sus críticas a los datos del paro, según informa Jesús Hierro. «Nosotros no maquillamos las cifras». Y contra Vox, que no tiene representación en Galicia, también: «El partido del odio no puede llegar a las administraciones públicas». De Podemos, ni mu.