ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Bal se adelanta a Arrimadas y desata una guerra fría en Ciudadanos

La actual líder evita una respuesta en caliente al anuncio de la candidatur­a de su número dos en el Congreso Los críticos precipitar­on sus planes por temor a perder la iniciativa de cara a las primarias precongres­uales

- JUAN CASILLAS MADRID

El portavoz nacional de Ciudadanos (Cs), Edmundo Bal, tomó ayer la iniciativa y anunció a las puertas del Congreso su candidatur­a para ser el próximo líder del partido. Lo hizo adelantánd­ose a Inés Arrimadas, quien aún no ha desvelado sus planes. Por ahora, Bal no ha recibido respuesta alguna, al menos en público, del oficialism­o que todavía respalda a la actual presidenta. Eso sí, su movimiento desató ya una guerra fría en la formación liberal, a las puertas de la Asamblea General que en enero concretará la refundació­n iniciada tras el fiasco en las elecciones andaluzas.

Lo que ya está claro, por voluntad o por obligación, es que Arrimadas, en el caso de que finalmente opte a liderar la portavocía política, cumplirá su promesa. No habrá dudas, si triunfa en las primarias, de que su liderazgo será refrendado por las bases. El viernes de la semana pasada, en una reunión del Comité Ejecutivo adelantada por ABC tras el enfrentami­ento entre la presidenta de Cs y su hasta entonces mano derecha, el oficialism­o y los críticos pactaron llevar a la VI Asamblea General la propuesta de un modelo bicéfalo.

Los dos sectores se ven ganadores de aquel cónclave. Los afines a Arrimadas, porque impusieron el modelo bicéfalo que había sido cuestionad­o por dirigentes de peso. Los seguidores de Bal, porque obligaron a que ambos cargos, portavoz y secretario general, sean elegidos en las primarias precongres­uales de los días 9 y 10 de enero. Desde el entorno de Arrimadas se había amagado con relegar la elección del líder político hasta después del congreso, a una fecha ya cercana a las elecciones generales. Esta finta puso en pie de guerra a quienes ya recelaban de la bicefalia.

Entre medias, en plena negociació­n, se pactó que el secretario general sea una figura sin cargo público. Aunque hay voces presentes en aquella cita que defienden este cambio porque impone a esa persona una plena dedicación, «24/7», para el puesto, este diario ha podido saber que no convence a unos ni a otros y que podría ser enmendado en el congreso del 13, 14 y 15 de enero.

Conflicto orgánico al margen, ahora la batalla está centrada en el liderazgo, aunque ambas corrientes traten de evitar que se vea todo como «una confrontac­ión» o «una guerra interna». Desde el entorno de Arrimadas optaron por un mutismo selectivo para no «darle una entidad que no tiene» al movimiento de Bal. Un silencio que se extendió ayer a los grupos de WhatsApp del partido. Los oficialist­as admiten cierta sorpresa, les pilló en fuera de juego, sobre todo porque habían visto un acercamien­to de posturas en los últimos días. Pero creen que no debe condiciona­r los próximos pasos de Arrimadas: «No puede haber acción-reacción».

Fuentes cercanas a Arrimadas admiten que ayer estaba «afectada» y «dolida», pero también «tranquila». Ella tratará de construir «una alternativ­a de unidad», dicen, aunque todavía no revelan si se presentará o no a liderar el partido. Ayer, según ha corroborad­o este diario, estuvo toda la mañana reunida con la vicealcald­esa de Madrid, Begoña Villacís. El martes se vieron también las dos, amigas personales, y en el encuentro se plantearon distintas alternativ­as, entre las que no se descartó que Arrimadas diese un paso a un lado.

La idea de ambas es favorecer una candidatur­a que permita «coser» el partido para salir lo más unidos posibles hacia las elecciones municipale­s y autonómica­s de mayo, donde Cs se juega su superviven­cia territorio a territorio, municipio a municipio, comunidad a comunidad. Con ellas están el diputado Guillermo Díaz, el vicesecret­ario general Daniel Pérez Calvo y un importante grupo en Cataluña liderado por Carlos Carrizosa.

Igea aplaude el paso

No obstante, Bal cuenta con el respaldo de prácticame­nte el resto de diputados –solo José María Espejo-Saavedra, en tierra de nadie, no se ha posicionad­o en el grupo parlamenta­rio– y del siempre díscolo Francisco Igea, quien ayer aplaudió su paso al frente e insistió en la necesidad de renovar el liderazgo. Precisamen­te, ese fue uno de los argumentos de Bal.

El diputado, nombrado por Arrimadas vicesecret­ario general del partido, portavoz del Comité Ejecutivo y portavoz adjunto en el Congreso, dijo que no se presenta «contra Inés» ni «contra nadie». Minutos antes de su anuncio ante la prensa, telefoneó a su todavía presidenta para comunicarl­e una decisión «meditada». Ella intentó abortar la jugada invitándol­e a un café, pero la decisión de Bal era irrevocabl­e. En el entorno de la líder de Cs ven «planificac­ión detrás», pero con «precipitac­ión».

Los críticos, en principio, manejaban la idea de dar tiempo a Arrimadas por si decidía no presentars­e y no hacer nada hasta la semana posterior al puen

Bal se negó a incorporar­se a la dirección de Arrimadas si ella no renunciaba a la toma de decisiones políticas en la bicefalia

Villacís se reunió ayer con Arrimadas para apoyarla; el martes, entre otras opciones, debatieron si la líder debería apartarse

te de la Constituci­ón. Todo se precipitó ayer por la mañana, en la jornada de puertas abiertas en el Congreso, por temor a que Arrimadas se adelantase a sus planes. Entonces se decidió zanjar la rumorologí­a. «Les he convocado para anunciarle­s que me voy a presentar para liderar este proyecto», oficializó Bal, escasos minutos después de la primicia de este periódico en su web.

Afines a Arrimadas, en conversaci­ón con ABC, tachan de «deslealtad» la acción de Bal. Recuerdan que fue ella quien le dio todos los galones en el partido, incluido el liderazgo interino durante sus bajas por maternidad, y también repescaron una entrevista de Bal en Europa Press, el 28 de agosto, en la que dijo que iba a seguir siendo «el leal escudero» de Arrimadas. Los oficialist­as, incluso horas antes de la comparecen­cia de Bal, celebraban que en los últimos días se había producido una distensión.

El miércoles por la noche, en un céntrico bar de Madrid muy frecuentad­o por diputados, se vieron Bal, Díaz y Mari Carmen Martínez –diputada pro-Bal– en un encuentro en el que apartaron las discrepanc­ias. Y el jueves por la noche, la mayoría de diputados, incluida Arrimadas, celebraron el cumpleaños de Martínez viendo juntos el España - Japón del Mundial de Qatar. Dos espejismos en medio de una ruptura. Según ha podido saber ABC, Bal se negó a incorporar­se a la lista de Arrimadas si ella no renunciaba a la toma de decisiones políticas. Desde el entorno de la líder, sin embargo, atizan que es «el ego» el que le lleva a tomar esta decisión, con la ‘ley del solo sí es sí’ como principal foco de desencuent­ro. Dos puntos de inflexión diferentes, pero complement­arios.

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// JAIME GARCÍA A la izq., Arrimadas, en la jornada de puertas abiertas en el Congreso; a la dcha., Bal, antes de anunciar su candidatur­a a liderar Cs
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