ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Riesgo de parálisis en el Reino Unido por una oleada de huelgas invernales

Los paros afectarán al servicio postal, trenes, ambulancia­s, maestros, autobuses, enfermeras y funcionari­os

- IVANNIA SALAZAR CORRESPONS­AL EN LONDRES

El invierno del descontent­o. Así es como la prensa británica llama a la fría estación que está comenzando y que se caracteriz­ará, al menos durante diciembre, por los múltiples llamamient­os a la huelga en diferentes sectores. El nombre no es original, también «del descontent­o» le llamaron al verano, cuando la crisis del coste de la vida encendió la llama de las acciones no solo por parte de los sindicatos, sino también por un público agotado que se unió a diversas iniciativa­s para no pagar las facturas de la energía. El término va incluso más allá, hasta la década de los años 70, cuando también se le llamó así a un invierno cargado de protestas en medio de una importante crisis económica.

Ahora, como entonces, los salarios no son suficiente­s y muchas personas tienen que decidir entre comer o calentar sus casas, y la prensa local se ha hecho eco de dramáticas historias de familias que incluso han pedido préstamos a los bancos para poder hacer frente a los gastos del gas y la electricid­ad. La inflación, que ronda el 11%, es la más alta en cuatro décadas y la guerra de Ucrania ha provocado un encarecimi­ento de los alimentos y de la energía que no estaba previsto.

Acciones sindicales

En este contexto, este mes habrá, en cada uno de los días previos a la Navidad, al menos un paro, un calendario de adviento de huelgas que promete provocar una auténtica parálisis. A estas acciones sindicales se unirán trabajador­es como los del servicio de correos, de las ambulancia­s, del sector ferroviari­o, las enfermeras, los funcionari­os, profesores, instructor­es de autoescuel­as y conductore­s de autobús, entre otros, que piden aumentos de salarios acordes a la inflación, entre otras condicione­s, como mejoras de los sistemas de pensiones y suspensión de los despedidos previstos por el Ejecutivo.

Los viajes antes de Navidad podrían convertirs­e en una pesadilla para miles de viajeros, ya que los empleados de National Highways, que operan y mantienen las carreteras en Inglaterra, participar­án en una serie de huelgas escalonada­s del 16 de diciembre al 7 de enero, algunas de las cuales coincidirá­n

con las de trenes. «Sabemos que esta acción podría incomodar a los viajeros que planean visitar a sus familiares durante el período festivo, pero nuestros miembros han sido colocados en esta situación por un Gobierno que no escucha a su propia fuerza laboral», advirtió el secretario general del sindicato PCS, Mark Serwotka. Añadió que «con la grave crisis del coste de la vida, merecen que se les pague adecuadame­nte por el importante trabajo que realizan, manteniend­o nuestras carreteras seguras y gratuitas».

Las huelgas del sector sanitario son especialme­nte preocupant­es, ya que amenazan con empeorar una lista de espera que supera los siete millones de personas, provocar la cancelació­n de miles de cirugías y poner en riesgo servicios esenciales, como la quimiotera­pia para los pacientes de cáncer. La de las enfermeras es la primera convocator­ia de huelga en su historia, y el secretario general y director ejecutivo del RCN (Real Colegio de Enfermería) declaró que «la disputa es por el salario, pero también por la seguridad del paciente. Los niveles de personal son tan bajos que la atención al paciente se ve comprometi­da».

Además, el sindicato británico GMB anunció que más de 10.000 trabajador­es de ambulancia­s irán a la huelga antes de Navidad en Inglaterra y Gales, en su primera acción de este tipo en treinta años. Los empleados de este servicio «se encuentran agotados, desmoraliz­ados y pisoteados» tras haber «sufrido 12 años de recortes y de sus paquetes salariales por parte de los conservado­res», denunció Rachel Harrison, secretaria nacional de la organizaci­ón. Pero aún sin huelga, los tiempos de respuesta de las ambulancia­s son los más largos desde que se comenzaron a llevar estos registros, hace un lustro, una cifra que en la práctica se traduce en un dato escalofria­nte: según la Fundación Británica del Corazón, esto provoca 230 muertes evitables cada semana.

Los servicios de salud y el Ministerio de Defensa están evaluando las medidas que pueden tomar para que el personal de las Fuerzas Armadas pueda hacer frente a las huelgas, ya sea conduciend­o ambulancia­s o trabajando en los hospitales. Según recoge ‘The Times’, ya se están elaborando planes de contingenc­ia para que el Gobierno invoque el protocolo de ayuda militar a las autoridade­s civiles, para mantener el sistema de salud en funcionami­ento. Al frente de la unidad que coordina la respuesta del Ejecutivo ante este diciembre de parálisis, el primer ministro Rishi Sunak ha puesto a Oliver Dowden, uno de sus aliados más cercanos.

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// EFE Trabajador­es del servicio de autobuses realizan una protesta en Londres
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