ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
La factura energética de empresas y hogares no bajará hasta 2024
Caixabank vaticina que el petróleo y el gas seguirán igual o más caros el año que viene
Pese a llevar casi dos años soportando unos precios de la luz, el gas o el combustible sin precedentes, los hogares y las empresas españolas tendrán que esperar todavía hasta 2024 para empezar a ver como se abarata su factura energética. Ese, al menos, es el vaticinio de Caixabank Research en la última actualización de sus previsiones sobre la economía española que difundió ayer.
El servicio de estudios de la entidad advierte de que tras el crecimiento medio del 30% que según sus previsiones experimentarán los precios energéticos al cierre de 2022, amortiguado en cierta medida en el recibo mensual por las medidas fiscales adoptadas por el Gobierno para atenuar esta escalada, no solo no remitirán el año que viene, sino que subirán un poco más (2,3%). En realidad su escenario central indica que los precios energéticos no empezarán a bajar hasta el año 2024, para el que los analistas del banco vaticinan una suave caída del 1,6%.
El equipo de analistas de la entidad sustenta sus vaticinios sobre la base de que la información procedente de los mercados de futuros del gas y del petróleo no permite avanzar una caída de los precios hasta ya iniciado el año 2024. «Los precios del gas se han estabilizado en las últimas semanas, pero las perspectivas continúan siendo complicadas», reconoce el informe. En las últimas semanas «se han estabilizado en torno a los 130 euros por megavatio hora (MWh) gracias a los elevados niveles de almacenamiento de la UE, las medidas de ahorro energético y varios factores de apoyo a corto plazo –clima suave y debates sobre nuevas medidas para reducir precios de la UE–, pero los mercados de futuros esperan que los precios se mantengan en torno a los niveles actuales en 2023», concluye el informe.
Las perspectivas no son mucho mejores para el precio del petróleo, que aunque ha descendido en los últimos días hasta su menor nivel desde el pasado mes de enero de cara al año que viene mantendrá unos parámetros similares a los de este año, según se aprecia también en el comportamiento de los mercados de futuros del petróleo.
Los analistas de Caixabank entienden que hay motivos adicionales, más allá de las fluctuaciones de los mercados, para pensar que esto será así y enumeran: la intención de la OPEP+ de mantener el precio del barril de Brent por encima de los 80 dólares aunque sea recortando el suministro, el inicio del embargo de Estados Unidos al petróleo ruso y la más que posible imposición de un tope al mismo por parte del G-7, en el marco de las medidas punitivas contra Putin por la inversión rusa de Ucrania.
Parón económico inevitable
Bajo estas circunstancias, la entidad entiende que la inflación en España se mantendrá en una tasa media del 4,5% en 2023 y se moderará hasta el 2,3% en 2024, aún por encima de ese nivel del 2% que es el considerado como de equilibrio por parte del Banco Central Europeo (BCE) y que este confía en alcanzar en un plazo de dos años. La tasa subyacente, que elimina el efecto sobre el índice general de los precios energéticos y de los alimentos, tardará todavía más en remitir y según el informe de la entidad quedará en el 4,8% el próximo año y el 2,8% en 2024.
Esta expectativa es algo más pesimista que la trasladada por el consenso de los analistas, que en su mayoría sitúan la inflación en el 2% o por debajo en 2024, pero más optimista que la de la OCDE, que augura que la inflación en España se estancará en el 4,8% a lo largo de los próximos dos años.
El encarecimiento de los bienes y servicios que consumen hogares y empresas tendrá un impacto significativo sobre la actividad económica. Tanto el consumo privado como la inversión empresarial se estancarán en 2023 en el escenario base de Caixabank, lastrados por el encarecimiento de los bienes y servicios, lo que hará que la economía crezca apenas un 1% el próximo año, la mitad de lo que prevé el Gobierno.
Y ello a pesar de que el 2022 esta finalizando mejor de lo esperado. Como ya avanzó el gobernador del Banco de España los indicadores adelantados disponibles revelan un comportamiento de la actividad económica en el último trimestre algo más dinámico de lo que se preveía, lo que ha disipado el riesgo de recesión técnica que hace apenas unas semanas era lo más probable para los analistas. CaixaBank, que monitoriza casi al día el gasto que se abona con sus tarjetas bancarias, confirma que el comportamiento del consumo privado está siendo mejor de lo esperado, aunque no lo suficiente como para forzar un cambio en sus previsiones para 2023.
Los analistas de la entidad perciben que la economía se está frenando menos de lo esperado, pero mantienen su previsión del 1% para 2023