ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

La masa madre de Josep Pla

Xavier Febrés publica una antología del ‘Calendario sin fechas’ que el escritor ampurdanés publicó en el semanario ‘Destino’

- SERGI DORIA BARCELONA

‘Calendario sin fechas’ se llamaba la sección que Josep Pla inauguró el 24 de febrero de 1940 en ‘Destino’. Millar y medio de artículos hasta que Jordi Pujol compró el semanario: el director, Baltasar Porcel, le echó en 1975 por sus críticas a la ‘revolución de los claveles’ portuguesa.

En sus ‘Notes del capveprol’ (‘Notas del crepúsculo’), Pla recordaba el episodio: «Josep Vergés, en uso de su perfecto derecho, vendió Destino a un engreído de gran ambición política llamado Jordi Pujol, de la Banca Catalana. Este señor, riquísimo, que primero propugnó para este país la implantaci­ón del socialismo sueco –en este país los suecos son escasos– y después ha demostrado tener una ambición desmesurad­a y pública, propia del típico político ignorante, prohibió un artículo mío sobre Portugal…»

Pujol acabó de matar Destino, que en abril de 1978 cambió de propiedad. Pla volvió al agónico semanario: la sección pasó a llamarse ‘Calendario sin fecha’ (en singular) y el ampurdanés octogenari­o añadió cuarenta y ocho artículos, hasta 1979.

En aquella serie, que Xavier Febrés espiga en su selección de ‘Calendario sin fechas’ (Destino), está la masa madre de una obra que se recicló en catalán para la ‘Obra Completa’ que Josep Vergés publicó desde 1966. La antología se completa con la publicació­n, por Sílvia Coll-Vinent, de ‘Periodisme i llibertat’, la correspond­encia de Pla con Joan Estelrich entre 1920 y 1950.

Selección

Aunque Pla se incorpora a Destino el 30 de septiembre de 1939 con el artículo ‘La sonrisa española’, no reaparece hasta el 24 de febrero de 1940, ya con su ‘Calendario sin fechas’.

No explica Febrés que la idea de ‘Calendario sin fechas’ fue de Ignacio Agustí, como desvela Pla en ‘La huida del tiempo’ (1945): «Algunas veces me he preguntado qué es lo que quiso decir el director de este semanario, nuestro amigo don Ignacio Agustí, al rotular la sección que desde hace dos años está a mi cargo ‘Calendario sin fechas’ ¡ Calendario sin fechas! ¿No es un rótulo raro? Un calendario sin fechas ¿no será algo así como un arroz con pollo sin pollo o una sopa de ajo sin huevos estrellado­s? Previendo, sin duda, mi temperamen­to un poco desencuade­rnado, Agustí pensó que yo me sujetaría a duras penas a escribir de las sucesivas efemérides del calendario, y así me dio, en el rótulo, la holgura de movimiento necesaria».

Ninguno de sus libros adoptó el título de la sección periodísti­ca, subraya el antólogo: «Sin embargo, muchos de los artículos de aquella rúbrica fueron aprovechad­os parcial o totalmente en sus obras». Firmados como José Pla, en un castellano repleto de giros catalanes, los ‘calendario­s’ nutrieron ‘ Viaje en autobús’, ‘Humor honesto y vago’, ‘Las ciudades del mar’, ‘La huida del tiempo’, ‘ Viaje a pie’, ‘Lo infinitame­nte pequeño’…

En el medio centenar de ‘calendario­s’ selecciona­dos hallamos las descripcio­nes prodigiosa­s, el ‘genius loci’ ampurdanés, el escritor viajero, el canon literario o la amarga reflexión sobre el oficio: «Yo estoy en el periodismo y la literatura como podría estar en la tintorería o en los ultramarin­os. Aunque –y se lo voy a decir ahora que estamos en familia– donde yo debería estar es en el honorable estamento de los rentistas, para poder ir de paseo con una flor en el ojal y un bastoncito».

Devastació­n moral

El solitario de Llofriu observa un Cadaqués invernal l de posguerra: «Las luciér- nagas del alumbrado públi- co son una agonía amarillenn­ta». Hijo del convulso siglo o XX, pertenece a una generaació­n de «envejecido­s premaaturo­s» que cumple la cincuennte­na con la dentadura «devasastad­a» y el hígado maltratado: do: «Lo que no tiene remedio es la devastació­n de la dentadura espiritual y el estado del hígado moral», sentencia en 1947.

Entre los retos literarios, escribir un artículo «inteligibl­e» sobre el color de Roma: «Hace más de cuarenta años que tengo la obsesión de escribirlo y por el momento no lo he logrado», confiesa en 1965. Toda una vida. El Pla incómodo en un partido de fút

bboll vespertino­t Barcelona-Real Madrid alaba el congrio con guisantes y sigue batallando por el matiz de las pequeñas cosas.

En 1970, tres décadas de ‘Calendario sin fechas’, el Pla septuagena­rio reitera la conciencia de las limitacion­es que aprendió de Montaigne: «Escribir un papel sencillo, claro y hasta donde sea posible inteligibl­e, ha sido para mí un verdadero tormento… Tengo que beber para llegar al fin seis o siete cafés y una determinad­a cantidad de whisky…» Dos años después de aquellas líneas, Pla sufre un infarto que le aparta unas semanas de su sección.

Su conservadu­rismo suena políticame­nte incorrecto en la España antifranqu­ista que bendice el comunismo. Sus experienci­as en la Alemania inflaciona­ria le hacen temer «el descenso del precio de la moneda con su inevitable consecuenc­ia: la transforma­ción de una sociedad consolidad­a y normal en una jungla de mala gente». Socialismo y comunismo representa­n «la igualdad en la miseria mantenida por la policía del Estado». «Releer en la actualidad aquellos artículos, no tiene nada de ejercicio de nostalgia ni de prospecció­n arqueológi­ca», concluye Febrés. Pla palpita en sus calendario­s sin fechas.

 ?? // ABC ?? Josep Pla, retratado mientras escribía
// ABC Josep Pla, retratado mientras escribía

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain