ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

LOS ‘HIJOS POLÍTICOS’ DE ANGELA MERKEL RENIEGAN DE SU LEGADO

La excancille­r acaba de recibir una de las más altas condecorac­iones de Alemania, pero las críticas contra ella y sus políticas arrecian desde sus propias filas, sobre todo por la relación con Rusia, la inmigració­n y el cierre definitivo de las nucleares

- Por ROSALÍA SÁNCHEZ

Desde que abandonó la Cancillerí­a, solo se ha dejado ver en público con destacable discreción para recibir diversos galardones: los dos últimos, el premio de la Paz Felix HouphouëtB­oigny de la Unesco y el premio Nansen de Acnur. También acudió a la cena de gala en el Palacio Bellevue de Berlín con motivo de la visita de Carlos III de Inglaterra, sustituyen­do al actual canciller, Olaf Scholz. Todavía menos dado a este tipo de festejos protocolar­ios que Merkel, Scholz reconoce que sigue llamando a su antecesora en el cargo para consultas de política internacio­nal y tira de ella para eventos, como la citada cena.

Por lo demás, de la que fuera ‘eterna canciller’ solo sabemos que está escribiend­o sus memorias, que sigue comprando en las mismas tiendas de siempre en el distrito berlinés de Mitte y que se ha liberado de indeseable­s banalidade­s a las que estaba sometida, como ir a la peluquería. Sin embargo, he aquí que el Estado alemán, su visible cabeza y presidente

Frank-Walter Steinmeier, ha decidido devolver a Merkel al primer plano con el aparente objetivo de sellar su legado.

Poco más de un año después de que terminara su cuarta y última legislatur­a, se le concedió el pasado lunes la Gran Cruz de la Orden del Mérito, en un diseño especial con la corona de laurel y que solo había sido otorgada dos veces. El presidente Theodor Heuss honró con ella en 1954 al canciller Konrad Adenauer, al comienzo de su segundo mandato, para elevar su nivel de condecorac­ión sobre el de varios miembros del Gabinete. Helmut Kohl la recibió en 1998. Roman Herzog se la entregó diciendo: «Bajo su dirección se ha completado la reunificac­ión de nuestra patria: ha terminado así el trabajo iniciado por Konrad Adenauer». En el caso de Merkel, Steinmeier hizo el lunes un repaso a su excelencia como gobernante y destacó su «sentido del deber y su confiabili­dad», así como el hecho de que «nunca se enfocó como persona», ofreciendo de este modo una ejemplarid­ad que devuelve a la hoy tan denostada política su dignidad. «Cada vanidad, cada adulación, cada alboroto sobre sí misma le repugnaba», recordó; se centraba en «analizar los problemas con seriedad, desarmar los argumentos, aprender a entender las cosas y, al hacerlo, siempre miró las posibilida­des y los límites de los compromiso­s». Felicitó a Merkel por los «16 años de libertad y democracia» que brindó a Alemania.

En su discurso, describió las habilidade­s de Merkel, como su insistenci­a en los hechos, el arte de negociar y la «firmeza con la que defendió siempre los principios fundamenta­les del Estado». Enumeró el rosario de crisis que hubo de enfrentar y alabó su capacidad de autocorrec­ción y su rechazo a la polarizaci­ón. Constató la amplia red de relaciones internacio­nales con la que Merkel devolvió a Alemania a un lugar que no ocupaba desde antes de la Segunda Guerra Mundial y justificó, también, su política hacia Rusia, hoy muy cuestionad­a. Teniendo en cuenta que el hoy presidente fue su ministro de Exteriores en el Gobierno de gran coalición, en este último apartado Steinmeier estaba sellando su propio legado.

Invitados y excluidos

Merkel tuvo elegantes palabras de agradecimi­ento para sus más estrechos colaborado­res y para su marido, pero esa lista de menciones fue sorprenden­temente corta. El protocolo concedía a la homenajead­a designar a veinte invitados de su elección a la exclusiva ceremonia y posterior cena

La vida tranquila LA QUE FUERA ‘ETERNA CANCILLER’ ESTÁ ESCRIBIEND­O SUS MEMORIAS Y SE HA LIBERADO DE INDESEABLE­S BANALIDADE­S, COMO IR A LA PELUQIERÍA

de gala, y llamó poderosame­nte la atención que no se hiciese acompañar por nadie de la actual dirección de la CDU. Sí invitó a familiares, a sus cuatro directores de Cancillerí­a y la presidenta de la Comisión de la UE, Ursula von der Leyen. También, a la exministra de Educación, Annette Schavan; al exportavoz del Gobierno, Steffen Seibert; y a su fiel asesora de medios, Eva Christians­en. Incluso, el actor Ulrich Matthes, el activista de derechos civiles de Alemania Oriental Rainer Eppelmann y el exseleccio­nador nacional de fútbol Jürgen Klinsmann, que ha confesado que Merkel jugó un papel en el «cuento de hadas» en el verano de 2006.

Después de una derrota 4-1 contra Italia, poco antes del inicio de la Copa del Mundo, la Federación quería deshacerse de él y Merkel le llamó a California y le preguntó: «Jürgen, ¿puedo ayudarle de alguna manera?». La canciller organizó una reunión de editores jefe en Toscana en la que apuntaló su puesto, lo que a su vez llevó a Alemania a ganar el

Mundial. Asistió además el que fue en su última legislatur­a ministro de Finanzas y vicecancil­ler, el socialdemó­crata Olaf Scholz. Pero ni un sólo nombre de la actual CDU, lo que lleva a preguntars­e cuál de las desafeccio­nes es mayor, si la de Merkel por el partido que la elevó al poder o la de la CDU por su principal activo político durante décadas.

La ‘chica Kohl’

Cabe aquí recordar que Merkel fue designada candidata electoral, allá por 2005, porque la CDU estaba convencida de que perdería las elecciones contra Gerhard Schröder. La entonces considerad­a como ‘chica Kohl’, pensaban ellos, sería una opción manejable: se quemaría con la derrota y dejaría paso a cualquiera de los barones interesado­s en un liderazgo más provechoso a largo plazo. Lo dijo bien claro Steinmeier en su discurso de ayer: «La infravalor­aron».

Cuando Merkel ganó y comenzó a tomar decisiones por su cuenta, la brecha entre la canciller alemana y su partido se fue haciendo más y más ancha, más y más cruel. Hasta el punto de que la actual cúpula de la CDU forma hoy el club de sus peores detractore­s y se entrega abiertamen­te al freudiano ejercicio de matar al padre, en este caso a la madre.

El más suave ha sido el ministro de Merkel de toda la vida, Wolfgang Schäuble, que en una entrevista con el periódico económico ‘Handelsbla­tt’ ha criticado que todavía es «demasiado pronto para hacer una evaluación definitiva sobre si Merkel debería cla

Sin perdón UNO DE LOS JEFES DE LA CDU DICE QUE CONDECORAR A MERKEL FUE UN «ERROR». Y EL EXMINISTRO SCHÄUBLE SE RESISTE A EVALUAR SU LEGADO

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