ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Un electroshock festivo y burlesco
‘EL TEATRO DE LAS LOCAS’
Texto y dirección: Lola Blasco. Escenografía: Luis Crespo. Iluminación: Juanjo Llorens. Vestuario: Pier Paolo Álvaro. Movimiento: María Cabeza de Vaca. Vídeo: Elena Suárez. Intérpretes: Alda Lozano, María Pizarro, Nieves Soria, Alberto Velasco, Pepa Zaragoza y Vidal (músico). Teatro María Guerrero (Sala de la Princesa), Madrid ‘El teatro de las locas’ parte de una idea buenísima, y de un texto y una realización dramática con sus luces y sus sombras. En ella se revisa la práctica psiquiátrica del doctor Jean Martin Charcot, su forma de entender la histeria como una patología reducida al ámbito mental, cultural y social de lo femenino, la relación que establece entre esa enfermedad, los patrones psicológicos de sus pacientes y la caracterización que Shakespeare hizo de sus grandes personajes de mujeres: Ofelia o l ady Macbeth.
Pero en la obra se agradece sobre todo el tono paródico, delirante; que Lola Blasco someta a burla a todo ese material y lo haga como si el Velázquez de ‘ Los borrachos’ se hubiera ido de excursión a una consulta psiquiátrica y todo terminara en un gran jolgorio del ‘non sense’. Me ha conmovido mucho el que su sentido metateatral y metaliterario a veces me recuerden a Pirandello o a Unamuno, con personajes que se buscan, se turban y llegan a enfrentarse al papel designado por su creador y, en concreto, esa introducción en escena de un personaje que solo es un borrador de personaje, como ocurre con Cárdeno, el loco, interpretado por Alberto Velasco, que me ha parecido todo un hallazgo.
Y sin embargo, el texto y el propio delirio que contemplamos en escena hubieran requerido de una mayor claridad, de una mayor contención para que el interesante juego que se propone, incluso su vertiente humana y política, que la hay, hubiera podido llegar más nítidamente al espectador.
Los que conocemos la trayectoria de Lola Blasco, entendemos que en esta obra ha querido explorar un nuevo punto de vista, que el discurso conceptual tan presente en algunas de sus otras creaciones, necesitaba de una vuelta de tuerca, pero los diálogos resultan a menudo farragosos, crean una confusión innecesaria y restan intensidad.
De ‘El teatro de las locas’ nos quedará algo nada desdeñable: enfermas convertidas en máscaras teatrales y en caricaturas, mujeres que fueron víctimas de una ciencia instalada en la locura de los prejuicios y que se salvan aquí haciendo simplemente que sus fantasmas tengan una entidad dramática. Conocíamos el manicomio como un basurero social, la mente asolada por el trauma de la violencia sexual de tantas mujeres, ahora Lola Blasco se inventa un electroshock festivo y burlesco para descargarlo en escena.