ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Defensa trabaja en programas de armas por 50.000 millones
de trabajo gracias a estos programas, además de subrayar su compromiso con la defensa colectiva y los aliados de la Unión Europea y la OTAN; pero por otro evita hacer ostentación militar para no ofender a sus socios y pone el foco en la vertiente humanitaria y solidaria de las Fuerzas Armadas.
Quizá por ello, desde hace ya más de dos años la Dirección General de Armamento y Material (Dgam) no actualiza la lista completa de proyectos que tiene en marcha; pese a que todos son públicos ya que deben pasar por la mesa del Consejo de Ministros o ser publicados en los boletines oficiales. El anuario Spain, publicado por Infodefensa, recoge por primera vez una recopilación del goteo de programas abiertos en la agenda del Ministerio de Defensa, que son más de medio centenar y en su conjunto suman alrededor de 50.000 millones de euros. Y la previsión del Ejecutivo era seguir aumentando esta lista, como adelantó Robles anunciando sus planes de que el presupuesto de defensa subiera al 1,4% del PIB y adelantando en enero, en su discurso durante la Pascua Militar en el Palacio Real, el impulso de 18 nuevos programas. La realidad, sin embargo, se ha impuesto y la prórroga presupuestaria limita su margen de acción, obligando además a un esfuerzo adicional durante los próximos años si quieren mantener el objetivo de alcanzar en 2029 el 2% del PIB en defensa que pide la OTAN, como se comprometió el propio Sánchez. Un ejemplo de estos proyectos que igual tienen que esperar para ver la luz es el buque de aprovisionamiento de combate anunciado por el presidente en las instalaciones de Navantia en Ferrol solo 25 días antes de las elecciones gallegas.
De submarinos a misiles
Submarinos, misiles, aviones caza, vehículos de combate, drones e incluso satélites. La lista en marcha sobre la mesa del Ministerio de Defensa es
larga y combina las más variopintas necesidades de las Fuerzas Armadas. «El objetivo básico es dotar a los Ejércitos del material operativo y de la infraestructura necesaria, que dé respuesta a las necesidades militares de nuestra Defensa –argumentaba el Gobierno en las últimas cuentas públicas–. Es el resultado de un proceso selectivo de las inversiones a realizar, que conjuga necesidades y previsiones económicas para garantizar la satisfacción de las necesidades más prioritarias presentadas por los Ejércitos, la Armada y el Estado Mayor de la Defensa, imprescindibles para el cumplimiento de sus misiones». Entre ellos hay proyectos más conocidos y otros menos, milmillonarios o austeros, exitosos o turbulentos.
El vehículo de combate sobre ruedas 8x8 es unos de esos programas que ha robado horas de sueño durante los últimos meses a los responsables de Defensa. En manos de la sociedad Tess Defence –compuesta por General Dynamics Santa Bárbara, Indra, Sapa y Escribano–, sus responsables se han lle
MÁS DE 50 PROYECTOS Sistemas terrestres Destacan el programa del vehículo de combate sobre ruedas 8x8 Dragón, el Pizarro, Castor o la modernización de los sistemas antiaéreos. Sistemas navales La Armada está inmersa en la adquisición de las fragatas F-110, los submarinos S-80 y nuevos buques de acción marítima, hidrográficos o de transporte logístico. Sistemas aéreos Dentro del ala fija destacan la adquisición de cazas Eurofighter, el Pilatus PC-21 o el sistema no tripulado Predator; en ala rotatoria también están en marcha nuevas adquisiciones. Sistemas multidominio Los nuevos satélites de comunicaciones Spainsat NG, de posicionamiento Galileo o programas para observación de la Tierra y conocimiento del espacio.
vado más de un tirón de orejas público por los retrasos acumulados. También es conocido el caso de los submarinos S-80 que fabrica Navantia, que sufrieron un sobrecoste milmillonario y más de una década de retrasos; aunque en su caso ya todos respiran aliviados con la exitosa entrega del primer sumergible, el Isaac Peral, y la evolución satisfactoria en la fabricación de los otros tres. También avanza con éxito la construcción de cinco fragatas F-110 diseñadas para escenarios de alta intensidad y un presupuesto que supera los 4.000 millones de euros.
El F-35, a la espera
Otro de los programas más ambiciosos del Ministerio de Defensa es el de adquisición de aviones caza para renovar la actual flota del Ejército del Aire y del Espacio. El Gobierno ha dado ya el visto bueno a la compra de 45 Eurofighter y en el aire está si se decide o no por el estadounidense F-35 para la Armada. En el capítulo de sistemas aéreos España también está implicada en el proyecto de diseño del caza europeo del futuro (NGWS/FCAS), la renovación de las aeronaves de formación de pilotos o el misil Meteor para equipar los Eurofighter.
En cuanto a sistemas terrestres, además del 8x8, Defensa está inmersa en la adquisición de nuevos vehículos de cadenas, misiles contracarro Spike o la modernización de los dos sistemas de defensa aérea, el Nasams y el Patriot, que se encuentran desplegados en misiones como las de Letonia o Turquía para proteger su espacio aéreo.
En cualquier caso, algunos de los más espectaculares son los sistemas multidominio, como la obtención de una nueva capacidad de comunicaciones basada en una nueva constelación de satélites Spainsat NG, el programa de sistemas espaciales de observación de la Tierra de nueva generación (SEOT-NG) o la reposición de la capacidad de observación del globo terráqueo por satélite en el espectro radar. La importancia de estas aplicaciones en inteligencia es primordial para las Fuerzas Armadas, igual que los programas orientados al conocimiento y control de la situación espacial.
Menos espectaculares y difíciles de explicar, pero cruciales también para la milicia, son los denominados sistemas C4ISR para la coordinación de las operaciones, con obtención de información, sistemas de mando y control o de comunicaciones.