ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Salmos para el cielo
Pasarán
generaciones y el mundo seguirá contando, cantando su inconfundible obra. En Zamora, junto al Duero, moría el miércoles Miguel Manzano (Villamor de Cadozos, 1934), quien en febrero celebraba los 90 años de una vida lúcida, generosa, fecunda.
El zamorano grande pero siempre humilde que con sus salmos para el pueblo (’¡Qué alegría cuando me dijeron!’, ‘A ti levanto mis ojos’, ‘Desde lo hondo’ o ‘Alma mía, recobra tu calma’, entre otros) revolucionaba en 1968 la música de la liturgia, trasladando a las lenguas vernáculas los salmos de David que aún hoy se cantan en todas las iglesias del mundo de habla hispana.
Compositor, intérprete, investigador, docente, Miguel Manzano llevó el folclore al Conservatorio como catedrático de Etnomusicología y en Salamanca. Su vida discurre entre la música popular y la religiosa, de las que poseía un profundo conocimiento. Por ello en los 70 también prestaría identidad propia a la música coral de la Semana Santa de Zamora.
Desde 1946 cursa estudios de solfeo, canto coral y guitarra en el Conservatorio de Valladolid, que finaliza en el Real Conservatorio Superior de Madrid. En su Escuela de Música Sagrada cursa Ritmo y Modalidad Gregoriana, Armonía y Polifonía Religiosa y en 1957 gana el cargo de organista de la catedral de Zamora. Licenciado en Liturgia en el Instituto Católico de París, este bagaje le lleva a musicalizar textos con base en la música modal, con arreglos y armonizaciones que marcan su personal, reconocible y genial sello.
Su incansable recopilación de la tradición oral queda plasmada en obras de culto como el ‘Cancionero de folklore musical zamorano’, ‘Cancionero Leonés’ y “Cancionero de Burgos’, además de volúmenes sobre la música popular en Castilla, León, España y Portugal, que lo elevan como una de las máximas referencias de la Etnomusicología. Fue por ello premio Castilla y León de Restauración y conservación del Patrimonio y premio Diputación de Zamora por la Recupe
ración del Patrimonio Cultural, entre sus múltiples reconocimientos y galardones.
Asesor musical del Episcopado Español y de la Junta de Castilla y León, vocal de la Sociedad Española de Musicología y académico correspondiente de la Facultad de Bellas Artes de San Fernando, deja más de una quincena de grabaciones. Como composiciones propias destacan ‘More Hispano, para piano’; ‘Cinco Glosas a una Loa, para órgano’; o ‘Lucernario, Himnos al amanecer y atardecer, para coro a 4 voces mixtas y órgano’, cuyo estreno vivió con la ilusión de un niño.
Además de los tres hijos que tuvo con su eterna compañera de vida, la música coral le aportaría otras dos criaturas. Así, en 1972 crea el grupo Voces de la Tierra, y en 2001 Alollano.