ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Sánchez, el matón, se hace la víctima
EL caudillo socialista le ha cogido gusto a eso de victimizarse con grandes alardes de aflicción, haciendo gala de un cinismo sin parangón en el escenario patrio. Bueno, sí, un descaro solo comparable al de sus socios separatistas, que lloran desde hace lustros quejándose del presunto expolio sufrido a manos de España sin otro fin que el de arrancar privilegios de los gobiernos a los que extorsionan. De esos partidos ha debido de aprender Pedro Sánchez el papel del niño maltratado, cuando en realidad su personaje es el de matón de la clase. Ese lo borda.
En su deriva acelerada hacia la podemización del PSOE, destinada a fagocitar todo lo que se sitúa a su izquierda, Sánchez lleva tiempo utilizando el lenguaje de Iglesias, además de copiar sus actitudes amenazantes. A la presidenta madrileña la ha llamado «corrupta» en el Congreso, mientras sus acólitos callejeros la tildaban de «asesina». Al PP se refiere habitualmente como «extrema derecha». Los medios y periodistas que no le bailamos el agua somos «máquinas del fango», «generadores de bulos», «tabloides digitales» o sencillamente «fascistas». Los empresarios que rehúsan someterse a sus dictados, integrantes de una «conspiración» global. Y así sucesivamente. ¡Pero ay de aquel que osa devolverle el golpe! Pedro el Bello tiene la mandíbula de cristal. De acuerdo con su visión narcisista del mundo, Su Persona encarna al Estado y resulta por tanto intocable, al igual que la de su señora, beneficiaria del mismo blindaje. Los Sánchez, Pedro, Begoña y el hermanísimo, David Azagra, disponen de patente de corso para actuar a su antojo, libres de toda crítica.
Cuando se publicaron las primeras informaciones referidas a los lucrativos negocios de Begoña Gómez, su esposo embistió desde el banco azul contra la mujer de Feijóo, en base a un bulo, ese sí, carente de base alguna, que hubo de ser desmentido al día siguiente por el periódico que lo había publicado. Todavía estamos esperando una disculpa de sus labios. Tras la apertura de diligencias por parte de un juez, el ‘marido enamorado’ se tomó cinco días de vacaciones pagadas por los españoles para representar un paripé lacrimógeno, cuya única finalidad era movilizar el voto de los catalanes. Y, visto el éxito obtenido por esa táctica, ahora vuelve a utilizarla con la ayuda de un Milei feliz de acudir en su ayuda en vísperas de las europeas.
Hoy deberíamos estar comentando el fracaso del presidente en su cruzada antijudía, que le ha obligado a aplazar ‘sine die’ el reconocimiento de Palestina por falta de apoyos internacionales, pero el debate público gira entorno al mandatario argentino y sus excesos verbales. Milei ha unido su fuerza a la de Vox para rescatar a Sánchez de su soledad y hacer pinza con él contra el PP. Una gran contribución a la derrota del socialismo.