ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El Ejército chino rodea Taiwán en un inesperado simulacro de invasión
El régimen de Pekín anuncia un «fuerte castigo» por los «actos separatistas» en la isla
China inició a primera hora de ayer unas maniobras militares alrededor de Taiwán. Estos inesperados ejercicios simulan una invasión de la isla y representan, según han proclamado las fuerzas armadas del régimen, «un fuerte castigo» ante «actos separatistas», en referencia a la investidura el lunes de William Lai Ching-te, nuevo presidente del territorio independiente de facto.
La operación del Ejército Popular de Liberación comenzó a las ocho menos cuarto de la mañana (hora local) con la movilización de sus fuerzas de tierra, mar, aire y misiles, distribuidas en cinco posiciones alrededor de la isla. Este esquema ensaya el bloqueo que acompañaría a un supuesto asalto anfibio, con el propósito de bloquear el auxilio militar proporcionado por países aliados como Estados Unidos, Japón o Australia. Las maniobras, bautizadas por su nombre en clave como ‘Lianhe Lijian-2024A’, traducible como ‘Espada
Unida’, duran en principio dos días, aunque al estar clasificadas con el máximo nivel podrían prolongarse más allá.
Estos ejercicios replican los puestos en práctica en el verano de 2022 en respuesta a la visita de la por entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, la mayor autoridad estadounidense en pisar el territorio en un cuarto de siglo; una acción militar de dimensiones sin precedentes a lo largo de cuatro jornadas. En esta ocasión, sin embargo, los efectivos chinos acechan también las islas bajo control taiwanés más próximas al continente: Kinmen, Matsu, Wuqiu y Dongyin.
El Ejército de Taiwán, por su parte, reaccionó activando sus sistemas defensivos y manifestando confianza en su capacidad de repeler una hipotética ofensiva. «En los últimos años, el continuo acoso por parte de aviones y barcos chinos ha dañado significativamente la paz y la estabilidad global», denunció el Ministerio de Defensa por medio de un comunicado oficial. «Este ejercicio no solo no contribuye a la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, sino que también pone de manifiesto la agresiva mentalidad militarista».
La Oficina Presidencial, por su par
tácticas; EE.UU., unas 230; y Francia y el Reino Unido, entre 300 y 500 cabezas tácticas y estratégicas (largo alcance).
El escenario bielorruso
A esa desequilibrada relación de fuerzas se suma la determinación ofensiva de Putin, que comenzó a desplegar en Bielorrusia sus armas nucleares de corto alcance el mes de junio del 2023, un año después del intento de invasión terrestre. A principios de este mismo mes de mayo, el presidente bielorruso, Alexandre Lukashenko, confirmó a Putin el «excelente estado de preparación» de los lanzadores de armas nucleares instalados en su territorio, bajo control del presidente ruso.
Ante la «gesticulación» y sucesión de maniobras y declaraciones rusas, Washington y la OTAN guardan un prudente silencio. Durante la primera batalla de los euromisiles, ocurría lo contrario: al despliegue de los misiles SS-20 rusos los aliados trasatlánticos respondían confirmando los avances en la instalación de los misiles Pershing. Durante la batalla en curso, solo Macron esgrime el «sable» nuclear.