ADIOS AL MÁS GRANDE
RAFAEL FUE UNA MODÉLICA PERSONA DOTADA DE UN CARISMA SIN PRECEDENTES
El 21 de febrero habrá que marcarlo como el día que nos dejo Rafael Olmedo Limeses, el eterno y gran presidente del Monte Real Club de Yates de Bayona, el primer piloto de aviones que tuvo la ciudad olivica, el gran empresario, pero sobre todo para mí el gran amigo con el que tanto disfrute cada vez que acudía a Bayona y también a alguna que otra regata en otros lugares de Galicia y España donde coincidíamos.
Don Rafael fue un modelo de persona de las que ya desgraciadamente no quedan, me recordaba mucho a la saga de mis abuelos Carlos Terry y Eduardo Martínez de aquellos bodegueros que tanto dieron y tanto lucharon por sus negocios y ciudades donde se asentaban.
D. Rafael fue un modélico presidente, una persona dotada de un carisma que no tiene comparaciones y sobre todo de un cariño y un buen hacer que te contagiaba de inmediato. Fue una persona que desde su cargo de presidente ondeo en su particular mástil de señales la bandera de la amistad, lealtad, sencillez y humildad. A diferencia de algún que otro miembro de sus innumerables juntas directivas cuya grímpola era la opuesta a D. Rafael, pero estos acabaron disipándose en el olvido sin embargo D, Rafael continuaba y continuara presente.
Sabía de lo que hablaba, tenía una memoria prodigiosa y es que cuando aparte de presidente eres también patrón y tripulante, de la saga de sus «Rabisco», estás preparado para cualquier cosa. Siempre con su fiel Mary a su lado y con sus hijos bien en el barco y en tierra y últimamente también acompañado por sus nietos, que los que ya somos abuelos, sabemos la importancia y el cariño que se les tienen.
No voy a hablar de todo lo que consiguió en los 40 años de presidencia de mi querido Monte Real, no, eso lo dejo para otros, yo solo quiero dedicarle el cariño y la admiración que sentí por él desde el día que le conocí, hace ya muchísimos años, pero muchos. Parece que fue ayer cuando llegue a Bayona en nuestro Carter 42 «Andalucía», en aquella memorable regata que el gran Federico Arias se saco de la chistera y que se denominaba Vuelta España. Desde entonces he acudido muchas veces a Bayona, en verano, en invierno, en otoño y en primavera y siempre me encontré al mismo presidente que ahora desgraciadamente nos ha dejado.
Mary y Rafa en vuestro nombre, me dirijo a toda la familia, ya que con vosotros dos fue con los que tuve mas contacto, para deciros, que vuestro marido, padre y abuelo, a pesar de la tristeza que supone su marcha, también debemos estar felices, porque ahora en el cielo se acaba de reencontrar con su amigo Marcial Sánchez Barcaiztégui, con José Eraso, con Alberto Larrañaga y con muchos otros navegantes anónimos, con los que están disputando desde ya unas regatas que mas quisiéramos tenerlas aquí.