ABC - Vela

EL ESPECTÁCUL­O DE LA VENDÉE DEBE DE CONTINUAR

- DURY ALONSO

nos con dos días de ventaja, pensaba que había logrado un ventaja importante. Desafortun­adamente las condicione­s en el Atlántico no han sido fáciles para mí. Han favorecido a Alex, que se acercaba poco a poco cada vez y requería estar mentalment­e fuerte. Es por esto que me he liberado poco a poco, la presión desde Cabo de Hornos se va relajando. Con Alex ha sido distinto de lo que experiment­é con François hace cuatro años. —Después de la línea de llegada ha besa- do su barco, que ya está vendido a Louis Burton. Aunque tiene otros proyectos, ¿se le ha encogido un poco el corazón? —Es una gran historia la del Banque Populaire VIII. Todavía recuerdo que hubo cierta decepción cuando terminamos rozando la victoria y mi patrocinad­or me dijo «nos gustaría volver a intentarlo» y me preguntó si estaría dispuesto, y unas semanas después les dije que sí. Había planes para construir un nuevo barco, con mi equipo, mi «dream team», como yo lo llamo. Es un barco muy versátil, especialme­nte en las fases de transición, y yo sabía que eran los momentos clave. Yo quería un barco bueno en todos los rumbos, éste me parece el idóneo para hacer una Vendée Globe. Sí, en la llegada estaba orgulloso. Lo digo por mí, por el barco y el equipo. Ha habido muchos momentos duros que hemos superado juntos y la victoria es la guinda del pastel. Tenía ganas de terminar esta historia de la forma más bonita, agradecien­do que el barco no se haya roto. Es completo, eficiente. Me ha satisfecho en el agua. Estoy muy contento, ha dejado su huella en el mar. —¿Cómo se siente físicament­e? —En mi primera Vendée Globe llegué agotado. Había perdido 10 kg y administra­do mal la comida. Hace cuatro años, estaba físicament­e en forma pero decepciona­do. Hoy hace cinco o seis días que estoy en «modo Figaro»: dormí poco, mentalment­e estaba en baja forma, me obligué y me dije «no puedes perder esta regata». He luchado hasta el final. He afinado al máximo el más mínimo reglaje. No quería tener nada que lamentar después —¿Qué problemas técnicos ha tenido? —Hay problemas en la Vendée Globe, todos los tenemos y forma parte de la regata. Recuerdo que tenía una entrevista telefónica. Las condicione­s eran perfectas. Me iba a po- ner en la mesa de navegación y escuché un ruido muy fuerte. Y veo el J1 en cubierta… El gancho que sujeta la vela en la perilla del mástil se rompió. En realidad esta vela no pude utilizarla a partir del 13 de diciembre y hasta el final. Era una vela que funciona bien en ceñida, así que fue un poco complicado. Dos días después el equipo me envió un mensaje para decirme que había riesgo de que otros ganchos también se soltaran. Viví con una espada de Damocles sobre la cabeza. Al final resistiero­n, toco madera. Fue el punto más difícil para nosotros. No he tenido ningún problema por colisiones con algún OFNI, así que aparte de ese problema el resto fue perfecto. Seguro que si no hubiera tenido ese problema habría sido un poco más rápido, pero no vamos a rehacer el juego… ¡He ganado! —¿Qué balance hace de los foils? —Los foils son una apuesta exitosa lanzada hace tres años con los diseñadore­s. Al principio éramos escépticos, después creíamos. Con el Banque Populaire fuimos los primeros en intentarlo. Al final se comprobó que funcionaba, el podio lo coparán los foilers por lo que fue era la elección que se debía hacer. Me alegro de haber llegado al final del proceso. Los he gestionado a mi modo. Yo no los llevaba puestos siempre, ya fuera porque el estado del mar no era bueno o porque iba demasiado rápido. No los usé el 100% del recorrido. Cuando hacía falta dar un poco de gas los ponía. Cuando Alex batió el récord de velocidad de 24 horas yo lo llevaba puesto, iba a tope. Al final no batí el record de 24 horas pero tampoco perdí demasiadas millas así que no fue tan mal. —¿Cómo asimila su vuelta a tierra, con los medios de comunicaci­ón, sus compromi- sos…? —Me temo que no lo sé, me tomo las cosas como vienen. Tengo la suerte de estar bien rodeado. No voy a tener mucho descanso en estos momentos, tengo que ir a París. No volveré a Gouesnach inmediatam­ente. Pero estoy muy satisfecho de lo que va a suceder, es agradable contarlo, compartirl­o. Es un proyecto de 10 años, 10 años de mi vida. He competido tres veces en la Vendée Globe y las tres veces las he terminado. Siempre es un placer contar nuestra aventura, nuestra historia. Y no importa nuestro resultado, hace cuatro años también fue interesant­e ir a París con François (Gabart). n 1991 Brian May escribió la canción The Show Must Go On para Freddie Mercury, una canción sobre un inminente final: Sea lo que sea que ocurra, dejaré todo a la suerte, otro desamor, otro romance fallido, sin parar... ¿sabe alguien para qué vivimos?

Eso mismo, pudiese que se preguntase­n los 29 marinos que tomaron la salida de la octava edición de la Vendée Globe el pasado 16 de noviembre de 2016 en Le Sables d´Olonne. Rumbo a los mares del sur, a las rutas más meridional­es donde reinan los albatros y los vientos rugientes, aullantes y bramadores. Todo un espectácul­o difícil de superar por otra regata vueltamund­ista, que gracias a las últimas tecnología­s millones de aficionado­s han podido seguir las 1.800 horas que han invertidos los dos primeros, con un final intenso hasta la línea de llegada de la mejor película de acción.

Tras ocho ediciones de la Vendée Globe, las finales más apretadas fueron las de 2004-2005, en esa ocasión venció Vincet Riou (87 días, 10 horas, 47 minutos y 55 segundos), siendo segundo Jean Le Cam (87 días, 17 horas, 20 minutos y 8 segundos); la de 2012-2013 ganada por Francois Gabart (78 días, 2 horas, 16 minutos y 40 segundos), Armel Le Cléac´h fue segundo (78 días, 5 horas, 33 minutos y 52 segundos); y está última regata, que gana Le Cléac´h después de 74 días, tres horas, 35 minutos y 46 segundos; y 16 horas más tarde Alex Thomson finaliza en segunda posición tras 74 días 19 horas 35 minutos y 15 segundos.

Hace unos días, en una sala de urgencias de un hospital, un octogenari­o enjuto me decía: «Se nace llorando, y se muere llorando». Mensaje muy válido para una regata como la Vendée Globe, en el momento de zarpar todos los patrones viven fuertes sensacione­s antes los millares de espectador­es que, con griteríos, les despiden a lo largo del canal del puerto de Le Sables d´Olonne hasta mar abierto; que semanas más tarde vuelven a revivir, cuando arriban al mismo puerto de partida, las voces, las pancartas, banderas y aplausos descargand­o toda su energía sobre los que han sobrevivid­o a la bravura de los mares después de virar los tres grandes cabos: Agulhas, Leeuwin y Hornos. Y las lágrimas volverán a las mejillas de estos grandes marinos, sean los primeros o los últimos.

Pero el espectácul­o debe de continuar, las nuevas tecnología­s han demostrado que el uso de los foils en los nuevos IMOCA 60 han marcado la gran diferencia. Armel Le Cléac´h no solo ha ganado, ha batido un nuevo récord al rebajar el anterior de la Vendée Globe en tres días, 22 horas y 41 minutos.

E«QUERÍA UN BARCO BUENO EN TODOS LOS RUMBOS Y ÉSTE ME PARECE EL IDÓNEO PARA HACER UNA VENDÉE» LAS NUEVAS TECNOLOGÍA­S HAN DEMOSTRADO QUE EL USO DE LOS FOILS EN LOS NUEVOS IMOCA 60 HAN MARCADO LA GRAN DIFERENCIA

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