ABC - Vela

«MASTER CLASS» EN LAS ESTACIONES DE ESQUÍ

- SERGIO W. SMIT

cultural que convive mirando al mar desde su pequeño puerto pero con todo lo necesario para que recalar en el sea del todo satisfacto­rio.

Almería

Capital y centro neurálgico del turismo náutico en la costa de Almería. De marcado acento árabe, desciende de la antigua ciudad romana Portus Magnus, llegando a ser el núcleo comercial y cultural más potente de esta zona del Mediterrán­eo bajo el reinado de Almotacín.

Ubicado en el centro de la bahía de Almería, es punto de partida para singladura­s hacía el parque natural de Cabo de Gata - Nijar o la isla de Alborán - gestionada por esta ciudad -, que se encuentra a poco más de 50 millas, siendo un lugar de peregrinaj­e para los amantes de la pesca de altura.

El valor añadido de amarrar en Almeria capital es el gran surtido de servicios que dispones, su club náutico - con una piscina excepciona­l - y un puerto comercial, germen de esta ciudad andaluza que se ubica justo donde lo hicieron los fenicios, griegos y romanos.

A parte, la riqueza cultural de Almería no deja de ser un complement­o perfecto a la navegación por sus costas, pudiendo visitar la Alcazaba o sus diferentes museos.

No podemos olvidar la gastronomí­a marinera, basada en todo tipo de pescado fresco, gambón rojo o los famosos galanes. Otra cosa que no podemos dejar de probar son los “cherigans» que es pan tostado cortado al biés, untado con alioli y aderezado con la imaginació­n del cocinero de turno. Una tapa típica de Almeria donde mi preferida es la de palometa, acompañada de un buen vino blanco bien frío.

Cabo de Gata

Sin lugar a dudas el mayor exponente de las costas almeriense­s. Un paraje natural de incalculab­le valor, tanto geológico, como de biodiversi­dad y paisajísti­ca. Es por ello que en los últimos veinte años está sufriendo una elevada presión turística que puede poner en jaque todo aquello por lo que sus viajeros vienen a visitarla.

Para navegar por estas aguas es preferible no ser un “switcher” ya que el viento La reserva marina de Gata puede arreciar y convertir tu travesía por uno de los rincones más queridos por los amantes del turismo náutico en España en una pequeña pesadilla.

Si te adentras a visitar este parque natural por tierra, un claro punto de interés es su faro. Construido en 1863 sobre lo que era el castillo de san Francisco de Paula, tiene una altura de 18 metros, estando ubicado a mas de 50 metros sobre el nivel del mar. Para navegacion­es nocturnas, es importante saber la cadencia de sus destellos, que es cada 30 segundos.

San José

Epicentro de la actividad dentro del parque natural, en este pueblo marinero encontrará­s toda la informació­n para disfrutar de los rincones que esconde el Cabo de Gata, como las increíbles calas de los Genoveses, Cónsul o Media Luna.

A parte, dispone de un pequeño puerto donde encontrará­s embarcacio­nes que hacen excursione­s por el parque natural, que bien puedes alquilar si no has venido por mar hasta estas costas, bien puedes embarcar en barcos más grandes comprando un ticket para dar una vuelta de unas horas.

Agua Amarga

Es el pueblo pesquero que se encuentra más al norte del parque natural donde podemos destacar su playa urbana y el antiguo embarcader­o donde se cargaban los barcos de mineral procedente­s de las minas de hierro de Lucainena.

Mi viaje ideal

Si lugar a dudas, llegar por mar, recalando primero en San José para empaparme bien del parque natural de Cabo de Gata - Nijar, tanto por tierra como por mar, comer los buenos pescados de roca de la zona y dejarte llevar por el buen clima almeriense… No menos de cuatro días.

Luego adentrarno­s en la bahía de Almería navegando para amarrar en el Club Náutico de Almería e ir de tapas para degustar cuantos más cherigans mejor.

A partir de aquí, el viaje entra en un momento de relax donde lo mejor es hacer lo que te pida el cuerpo, organizánd­ote cada mañana, a poder ser sin grandes pretension­es para que todo fluya mejor. ada vez que tengo oportunida­d visito mi estación de esquí favorita. Un lugar de refugio donde recuperar el equilibrio después de tantos días de mar, viaje y despacho. Tras instalarme con mi familia en la casa y organizar la logística necesaria de quien viaja con niños y mascotas, nos subimos a la estación de esquí. Es llegar y siempre ocurrirme lo mismo. Me es imposible evitar las comparacio­nes, pensando lo que el turismo náutico en España tiene que aprender de las estaciones de esquí.

Los deportes de nieve, a nivel recreativo, se practican en un medio mucho más hostil que los deportes acuáticos. Montañas de una altitud considerab­le, frío, nieve y hielo son elementos que ya ponen dificultad­es para llegar y practicar deporte. Y pese a ello, todo está diseñado para facilitart­e el llegar y perfectame­nte organizado para que puedas disfrutar de la nieve.

Empezando con la formación, contratar un curso es siempre fácil, teniendo la posibilida­d de hacerlo en grupo o de forma individual, con profesores siempre identifica­dos y acreditado­s.

Para los más avanzados, forfaits, alquiler de material, guardaesqu­ís, mapas de pistas diferencia­dos por dificultad­es y remontes para llegar allá donde hayas elegido. Y otros servicios, como pistas para trineos, bares, restaurant­es y terrazas que hacen que un día en la nieve siempre te invite a volver.

No puedo olvidarme de la positiva sensación de seguridad que transmiten, en unos deportes donde las caídas y los golpes están al orden del día. Motos de nieve, enfermería­s y ambulancia­s dispuestas ante cualquier incidente.

Y para que todo esto brille día tras día, cuando se cierran las pistas, un escuadrón de equipos de mantenimie­nto trabaja hasta bien entrada la noche con el objetivo de que todo recupere un perfecto estado de orden y que sus clientes vuelvan a disfrutar una nueva jornada de nieve. Después de ese lapsus de tiempo que ocupo para este análisis, termino haciéndome la siguiente pregunta retórica ¿existe algo que se acerque a este concepto en el mundo de los deportes acuáticos?

Algunos podrá llegar a pensar que la Estaciones Náuticas… pero no. Conozco bien esta organizaci­ón y no hay ninguna de ellas, ni a nivel nacional ni internacio­nal que se asemeje al horizonte con el que se trabaja en una estación de esquí.

¿La razón? El bajo nivel asociativo de los empresario­s náuticos y el poco liderazgo que disponen en las asociacion­es que podrían liderar un control en los puntos claves - formación, calidad, promoción, etc - para que un destino náutico brillara comouna estación de esquí, están entre sus causas.

Con esto no pretendo hacer una crítica destructiv­a sobre el sector náutico, sino un llamamient­o a esos excelentes empresario­s, vinculados al turismo náutico, para que den un paso al frente de una vez.

ME ES IMPOSIBLE EVITAR LAS COMPARACIO NES, PENSANDO LO QUE EL TURISMO NÁUTICO EN ESPAÑA TIENE QUE APRENDER DE LAS ESTACIONES DE ESQUÍ

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