ABC - Vela

Giovanni Soldini «Somos pioneros en los foils centrales»

PATRÓN DEL TRIMARÁN «MASERATI»

- PEDRO SARDINA

Soldini lleva enganchado a la estela de un Maserati desde hace muchos años. Es como si fuera su «musa»

Giovanni Soldini nació en Milán. Es el tercer hijo de Adolfo Soldini, industrial textil italiano y hermano del director del instituto europeo de diseño en Milán. Vive en Sarzana, en la provincia de La Spezia y es padre de cuatro hijos. Apasionado por la navegación de niño, en los años 80 conoció a Vittorio Malingri, que fue el primero en organizar una base de vela en Cuba, en Cayo Largo del Sur. A la edad de 16 años hizo el cruce del Atlántico por primera vez en su vida y no ha parado nunca de hacer vela aventura. —¿Como es la conducción del trimarán «Maserati»?

— Al final es bastante simple. No es un barco muy complicado porque tiene poca vela comparado con un VO 70. Es muy sencillo, pero hay que manejarlo con cabeza porque llevas en las manos muchas toneladas. Los multicasco­s son como las motos de GP, si aprietas el acelerador, vuelas. —¿Cuál va a se su próximo reto? — Comenzarem­os en octubre con la Medle Sea Race, la trasatlánt­ica de Lork y después unas pocas regatas en el Caribe. Me gustar´ñia mucho intentar hacer algo con todos los multicasco­s que hay en Australia y sería fantástico hacer la Sidney-Hobar, pero la tienen aun cerrada a los multicasco­s y es una lástima porque allí hay cuatro multicasco­s muy competitiv­os —¿Cómo se decide afrontar un reto?

— Buscamos las superavent­uras. Algo que nos llene y agrande la marca de nuestros patrocinad­ore, además de ir, poco a poco, haciéndono­s con los récords que están aun por batir. Me gusta mucho tener tripulante­s latinos para afrontar los retos en los mares. —¿Cómo se puede cruzar el Atlántico en solitario en un trimarán de 100 pies como va a hacer Sebastien Josse?

VOR «DEBERÍAN HABER IMPLANTADO LOS IMOCA HACE 15 AÑOS» JULIO VERNE «PARA INTENTARLO HACE FALTA UN CERO MÁS EN EL PRESUPUEST­O»

— Estos barcos son muy grandes, pero en el mar son alegres, son mucho más altos y tienen mucha más máquina. Nosotros con 25 nudos debemos de tener cuidado, pero en un barco con 10 metros más este momento llega mucho más tarde. Es complicado. Imagina que para poner un rizo y abrir el genaker hace falta como una hora.

—¿Se ha plantreado alguna vez intertar la Julio Verne?

—Con el «Maserati» no es posible, porque no podemos competir con los 100 pies. Para navegar por el Sur es muy importante tener un barco que no sufre con las tempestade­s. «Maserati» es un barco con poco francobord­o y muy deportivo. Cuando hay muchas olas, no somo muy conpetitiv­os.

—¿Y si tuviera un barco ideal para hacerla?

—Sí, claro, esto ya es otra historia, pero haría falta un cero más en el presupuest­o para intentarlo.

—¿Qué le ha parecido la VOR de este año?

—Bien. Muy competida. Es muy interesant­e eso de que los barcos salgan juntos y al cabo de siete mil millas sigan juntos. Desde el punto de vista deportivo es muy bueno porque las tripulacio­nes no pueden bajar la guardia en ningún momento. Vamos a ver la próxima como va a ser con ese «invento» de los IMOCA, que al final es una idea que tendrían que haber puesto en marcha hace 15 años.

—¿Por qué cambió el monocasco por el multicasco?

—Con el monocasco llevábamos tres o cuatro años haciendo regatas, casi dos vueltas al mundo. Los foils han revolucion­ado la vela y la idea de colocarle foils a un trimarán oceánico me gustaba mucho a ver hasta donde se podía llegar. Para mi fue un privilegio porque al final fuimos los primeros en colocar un foil debajo de la orza central. Hemos probado muchas cosas con los ingenieros de Maserati y ahora el barco comienza a navegar muy estable. Desde Cascáis a Gibraltar fuimos volando todo el rato y fue fantástico. Es algo complicado, pero es otro mundo. Una cosa es volar en el agua plana y otra muy distinta hacerlo en el océano. Llevamos 10.000 millas foileando y ya le hemos cogido en truco.

—¿Qué hay de nuevo en el «Maserati»?

—Hemos modificado los timones, porque perdimos dos en seis meses chocando con OFNI porque cuando vuelas no hay nada en el agua y cualquier cosa que toque el timón, lo parte. Ahora hemos desarrolla­do un sistema por el cual si algo toca el timón, éste se levanta automática­mente. Lo hemos probado a 40 nudos de velocidad y funciona muy bien. Con este sistema podemos navegar con otro espíritu. Los timones llevan foils con un flag como los aviones para que podamos regular el ángulo de popa. Así, el barco navega con el foil de la orza y el timón del casco pequeño. Navegamos con dos timones y un foil, al contrario que los Copa América.

— ¿ Dónde está el techo de la vela oceánica?

—No se sabe. Cuanto más tiempo pasa más avanza la tecnología. Debemos estar preparados para todo. Creo que vamos a ir a desarrolla­r la aerodinámi­ca, para poder navegar con menos velas. Hay un muro que es muy difícil de pasar, que está cuando el viento sopla a más de 45 nudos.

—¿Hay que ser muy especial para ser navegante oceánico?

—Hay que ser un apasionado por el mar. Saber comportart­e en equipo y no intentar hacer nada solo. El mar no es una broma y hay que tenerle mucho respeto. Para ser navegante oceánico hay que ser consciente de esto.

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