La Copa remonta el vuelo
Ea confirmación de seis challengers que aspiran a ganar a Team New Zealand, augura que la America’s Cup recupera la emoción y competitividad deseada con los monocascos voladores. El pasado 31 de noviembre se cerraba el segundo plazo de inscripción con un poco de suspense, pues técnicamente era la presentación de solicitudes que el Defender y el Challenger oficial debían aprobar y confirmar. Los rumores que circularon por todo el mundo sugerían que hubo ocho peticiones, para unirse a los cuatro participantes confirmados Team New Zealand, Luna Rossa, Ineos UK y American Magic. Se hablaba de proyectos surgidos en Holanda con Simeon Tienport, los italianos Adelasia de Torres y Columbus 2021 de la región de Liguria, junto a equipos de Francia, Noruega, China y Estados Unidos por partida doble.
Se deshoja la margarita
La margarita se empezó a deshojar cuando Frank Cammas negaba su interés en participar en la próxima edición por falta de patrocinadores. Poco después de cumplirse el plazo, saltó la sorpresa al anunciarse al Malta Altus Challenge. El sindicato maltés trabajó con mucha discreción y ajeno a las quinielas de los medios de comunicación, convirtiéndose en el país competidor más pequeño en la historia de la Copa América. Unos días después le tocó el turno al Stars & Stripes norteamericano, el equipo más joven, cuyos co-fundadores Taylor Canfield y Mike Buckley atesoran 29 y 32 años. El acuerdo con Dennis Conner para usar el nombre Stars&Stars tuvo que ver con el carácter 100% estadounidense del proyecto, y también que esté basado en la Costa Oeste. En los foros náuticos del país, ya está surgiendo el debate American Magic versus S&S por la mayor o menos nacionalidad de los equipos. Ambos superan con creces las cuotas de los precedentes Oracle, y el Stars & Stripes proclama a los cuatro vientos ser un equipo completamente americano. El último de la fila ha sido el equipo holandés liderado por Simeon Tienport que representará al Royal Maas Yacht Club.
Con los tres nuevos desafíos aceptados se eleva a 6 el número de Challegers, el mayor desde Valencia 2007 cuando muchos pronosticaban que se iban a quedar con los tres aspirantes iniciales. No hay una fecha clara para aceptar alguna de las solicitudes restantes, mientras se estudia si cumplen todos los requisitos que marca el Protocolo, o en caso contrario si es viable modificarlo. Es arriesgado apostar en firme si la lista de equipos aumentará, aunque parece difícil. Además de cumplir los requisitos del Protocolo, tanto el Defender como el Challenger oficial estudian la candidaturas minuciosamente para saber realmente si llegarán hasta el final. El abandono a medio camino, como ocurrió en las dos últimas ediciones, quiere evitarse a toda costa.
El millón de dólares suplementario para el segundo plazo de inscripciones no es el problema, cuando estamos hablando de campañas de al menos 60 millones de dólares. Un asunto que condiciona la inscripción es el espacio disponible para ubicar las bases en el puerto de Auckland. Fue uno de