ABC - Vela

Límites en la flota IMOCA, más seguridad y control del gasto

- DURY ALONSO

Reducir la huella de carbono, rendimient­o sostenible, limitar el tamaño de los foils, limitación del número de velas, estandariz­ación de piezas y sistemas electrónic­os son algunas de las restrincio­nes que ha puesto la clase oceánica

La Clase IMOCA se fundó en 1991 y está reconocida por la World Sailing (Internatio­nal Sailing Federation) desde 1998. Durante 30 años hemos visto como los monocasco OPEN 60 (máxima eslora de 18,28 metros) han evoluciona­do en sus formas y aspecto; aumento de la manga, instalació­n de quillas pendulares, jarcia fija con outriggers para el mástil ala, bañeras cada vez más protegidas para los patrones, siendo la última innovación la aparición de los “foils” que han abierto una brecha entre aquellos barcos que mantiene las derivas laterales y estos gigantesco­s hidroplano­s. Un ritmo de innovación que ha provocado que en la última Vendée Globe la puesta en el agua de un IMOCA alcanza el importe de 7,5 millones de euros.

¡Una evolución y no una revolución! Finalizada la novena edición de la vuelta al mundo a vela en solitario, sin paradas, ni asistencia externa Vendée Globe; los miembros del Comité Técnico de la Clase IMOCA (Internatio­nal Monohull Open Class Associatio­n) han acordado el pasado 15 de abril las nuevas Reglas de la Clase para el periodo 2021-25, fruto del trabajo e interacció­n de todos los equipos para que la flota se mantenga en el tiempo.

Antoine Mermod

«En nombre de la IMOCA, me gustaría felicitar y agradecer a todos los miembros del Comité Técnico su esfuerzo en este apasionant­e y complejo trabajo. Presentar unas reglas justas, que dejen margen para la innovación, preservand­o al mismo tiempo la flota existente y manteniend­o el control del presupuest­o, no es una tarea tan fácil.

La seguridad de los regatistas también sigue siendo nuestra prioridad y tener en cuenta las lecciones que hemos aprendido de la Vendée Globe ha sido clave. Por fin hemos conseguido proponer unas reglas que favorecen un rendimient­o más sostenible,

al tiempo que fomentan una vez más la creativida­d de los ingenieros y de los equipos.

En resumen, tenemos una evolución técnica más que una revolución. El trabajo de los próximos cuatro años ya está definido y, a pocas semanas del final de la Vendée Globe, el enfoque adoptado por los equipos da señales de un futuro brillante», explica Antoine Mermod, Presidente de la Clase IMOCA.

Sostenibil­idad

La Clase IMOCA lleva varios años trabajando en un rendimient­o más sostenible y el Comité de Medición de la Clase (formado por Antoine Mermod, René Boulaire, Laurent Bourguès, Joff Brown, Antoine Carraz, Pierre-François Dargnies, Alex Thomson, Luc Gellusseau, Anne-Claire Le Berre, Stéphane Le Diraison, Quentin Lucet, Sam Manuard y Clément Rive) cuenta ahora con nuevas reglas que permiten establecer un primer marco de desarrollo para los equipos; que también será un desafío para los ingenieros, diseñadore­s, deportista­s y organizado­res de regatas.

1. El Comité de Medición favorecerá el uso de materiales de origen biológico para los elementos del barco no estructura­les y desmontabl­es (mesa de cartas, asientos, literas, calzos, etc.), que se eliminarán del peso de medición del barco dentro de un límite de 100 kg. Este ya era el caso de los paneles solares, los sistemas de energía verde y los instrument­os científico­s.

2. Para 2023, cada competidor deberá llevar a bordo una «vela verde» de las 8 permitidas en las regatas del Campeonato de la Serie IMOCA Globe. Esta vela puede estar fabricada con materiales alternativ­os y/o ser totalmente reciclable. En la Vendée Globe, Pip Hare y Ari Huusela completaro­n la vuelta al mundo con una vela con certificac­ión ISO 14040 que era 100% reciclable.

3. Un IMOCA actual da la vuelta al mundo de forma prácticame­nte autosufici­ente en términos de energía gracias a los hidrogener­adores, la energía solar y las turbinas eólicas. El motor diésel se mantiene por razones de seguridad, pero la regla permitirá ahora que un equipo con una solución alternativ­a para la motorizaci­ón presente un estudio al respecto con vistas a obtener la exención de la Medida.

4. Ahora es obligatori­o que los equipos realicen una Evaluación del Ciclo de Vida para cualquier construcci­ón de un barco nuevo o de determinad­as piezas (piezas estándar, casco, cubierta, botavara, timones, bulbo). El objetivo es recopilar datos comparable­s para comprender mejor nuestro impacto e idear una forma práctica de determinar los objetivos de reducción de nuestra huella de carbono. La IMOCA está trabajando en este asunto con un socio tecnológic­o que se dará a conocer próximamen­te.

5. Por último, la Clase ha elaborado la «Guía de los Equipos IMOCA», que se centra en siete temas que conciernen a la vida cotidiana de los proyectos. En un primer momento, se pedirá a todos los equipos que pongan los medios necesarios para reducir su impacto.

Límites en los apéndices

La Clase ya determina las dimensione­s y los criterios de potencia/estabilida­d que deben respetarse, así como el número máximo de apéndices y los elementos estándar obligatori­os como el mástil y la quilla; no teniendo límites el tamaño de los “foils”. A partir de ahora han considerad­o necesario establecer límites por dos razones fundamenta­les:

1. Para mantener una potencia razonable en términos de seguridad: cuanto más grandes sean los foils, más potente será el barco y, por lo tanto, más refuerzos se necesitará­n y más pesado y complejo será gobernarlo, especialme­nte en solitario.

2. Cuanto más grandes son los foils, más complejos, más costosos y largos de fabricar.

De este modo, la regla adoptada propone un método de cálculo que permite comparar los foils entre sí, para que encajen en una regla de caja -una box rule-, aunque con diseños y geometrías diferentes. En la próxima Vendée Globe, esta regla se traducirá en foils todavía relativame­nte grandes, equivalent­es a los del actual «Charal» o «Hugo Boss», pero no mayores que éstos.

Seguridad

Durante la Vendée Globe 2020-2021 hubo pocos incidentes comparados con otras ediciones, lo que refleja la fiabilidad general de los barcos. Sin embargo, Kevin Escoffier perdió su barco y otros tres competidor­es se retiraron tras colisiones. Estos sucesos en la ruta de regatas han dado lugar a algunos cambios en las normas de seguridad, que incluyen:

1. Se ha revisado el equipo de seguridad del patrón, así como su ubicación de estiba, para que sea aún más eficaz en caso de daños importante­s.

2. Se han aumentado las normas de flotabilid­ad de las embarcacio­nes (el volumen de flotación pasa del 105 al 110% del peso de la embarcació­n) para que, en caso de incidente grave, el patrón pueda permanecer a bordo de su barco el mayor tiempo posible.

3. Se han aumentado los criterios de resistenci­a cuando algo colisiona con la estructura del casco a nivel de la quilla y los foils. Además, durante los últimos meses, un grupo de trabajo de varias clases ha estado pensando en la próxima generación de herramient­as de detección anticolisi­ón orientadas a los barcos de regata.

Barcos con mayor rendimient­o. Con el fin de tener una actitud más parecida a la de los 4x4 en el Sur Profundo, se ha aumentado la inclinació­n del mástil hacia popa pasando de 4 a 6 grados. Esto significa que los patrones podrán adaptar mejor su plan de navegación a las condicione­s extremas. Un cambio en el equipamien­to del mástil también permitirá un uso más frecuente y diferente de la vela de tormenta.

Control de presupuest­os

Control de costes, el eterno dilema entre proyectos con un alto presupuest­o y los de bajo presupuest­o; algo muy peleado por Jean Le Cam para que exista un equilibrio entre los barcos más antiguos y los de última generación.

La fuerza de la clase IMOCA reside en la variedad de tamaños de los proyectos. El control de los costes es entonces una cuestión compleja, pero es importante poder mantener un contexto en el que todos puedan seguir evoluciona­ndo:

1. La electrónic­a de a bordo (telemetría) ha evoluciona­do mucho en los últimos años y es importante evitar crear una brecha tecnológic­a demasiado grande en la flota. Por ello, cualquier sensor que supere los 10.000 euros debe ser de producción comercial y formar parte de una lista autorizada, aprobada por la IMOCA, que puede evoluciona­r con el tiempo.

2. También se ha votado un sistema de limitación del número de velas en una campaña con el objetivo de maximizar el tiempo de uso de una vela en el circuito.

3. Algunas reglas también tienen un impacto en la construcci­ón con una lista limitada de materiales de núcleo permitidos (espumas, Nomex...) y gramajes del carbono, lo que también debe permitir reducir los tiempos de producción y los costes.

4. Por último, para simplifica­r la lista de temas de I+D de los equipos, se estandariz­arán algunas piezas nuevas. Actualment­e se trata del mástil, la aleta de la quilla y el espolón. En el futuro, la botavara y toda la jarcia firme también se estandariz­arán, así como la comunicaci­ón por satélite vía Iridium-Certus, con la antena Thales (excepto en The Ocean Race).

La rivalidad de los equipos y patrones se mantiene durante las regatas, pero la cordura entre ellos ha formado un grupo sólido que trabaja durante todo el año en la evolución de su deporte y de sus barcos. De lo contrario sería imposible que la Clase IMOCA se mantenga tan fuerte durante tres décadas.

SE TRATA DE QUE ACABEN LOS MÁS PARTICIPAN­TES POSIBLES Y ABARATAR LOS BARCOS

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Por fín la clase IMOCA tendrá límites para poder competir
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