El colorido arte del siglo XVIII
Las figuras y las piezas que componen este belén en Cuenca recrean la vida cotidiana de Nápoles siglos atrás. Escenas llenas de color y de vistosidad para embellecer estas fiestas
La Navidad alberga momentos inolvidables que se quedan fijos en la memoria de quien lo disfruta. La tradición navideña marca que en estas fechas se visiten los belenes, que lucen ahora sus mejores galas. Este es el caso del Belén Napolitano que se puede contemplar en el edificio de la Diputación Provincial de Cuenca. Se trata de una obra de arte que recrea la vida cotidiana de los napolitanos en un universo en miniatura, en el que destacan los pastores, taberneros, aristócratas, mendigos, hilanderas, comerciantes y todo tipo de personajes que pueblan estos belenes desde el siglo XVIII.
Elaborado por la Asociación de Belenistas de Cuenca, encabezados por su presidente, Jesús Martín de los Santos, el belén marca el inicio de la Navidad en la capital conquense desde hace veintitrés años.
Considerado como uno de los más espectaculares que se pueden contemplar en Castilla- La Mancha, el belén mide 130 metros cuadrados y contiene un total de 530 figuras, todas ellas elaboradas artesanalmente por la asociación, afirma Jesús Martín.
Para crear cada una de las figuras se realiza primero un esqueleto de alambre que se recubre con estopa. Luego se hacen la cabeza, manos y pies en barro, que se cuecen al horno, dando paso a la policromía al estilo napolitano, vistiendo la pieza de acuerdo a los cánones del Nápoles del siglo XVIII. Las figuras se visten con las mejores sedas, tejidas por algunas de las mujeres que integran la asociación de belenistas. Cada pieza puede medir unos 35 centímetros.
Las escenas cotidianas
Entre las novedades de este año, el Belén Napolitano de Cuenca cuenta con una recreación de la vendimia, desde la recolección de la uva hasta la cata de vinos; un homenaje a
PIEZA A PIEZA SE VA ELABORANDO ESTA OBRA DE ARTE, SEÑA DE LA NAVIDAD
Miguel de Cervantes, con motivo del IV Centenario de la muerte del autor; una gran cueva con un lago y una cascada. Además, se han aumentado sus dimensiones en 25-30 centímetros de cada lado «como homenaje a los belenes que no se han podido hacer», según explica Jesús Martín, quien ha agradecido la colaboración que recibe la asociación, especialmente de la Diputación Provincial de Cuenca.
Por otro lado, a la derecha de la zona cen-