Actividades por tierra y agua
No destaca por las altas cumbres que, en ocasiones, tienden a llamar más la atención entre la oferta de naturaleza, pero la llanura retiene también una riqueza que atrapa a quienes les gusta respirar aire puro. En la provincia de Valladolid, el paisaje se tiñe con el amarillo de la estepa cerealista de la Tierra de Campos, el verde de la paramera de los Montes Torozos y de Tierra de Pinares y el azul de las riberas del Duero. Para disfrutar de todas estas tonalidades nada mejor que dejarse arrastrar por la oferta de turismo activo y familiar, que da a las vistas un plus de adrenalina y diversión. En la zona oeste, dos enclaves sobresalen por su propuesta para todos los gustos y públicos. El Canal de Castilla y la Finca Coto Bajo de Matallana invitan a un escapada alejada de lo habitual por agua y tierra.
Es el único canal navegable de toda España, el sueño de la Ilustración ideado para romper con el aislamiento. No es necesario mucho derroche de imaginación para tomar conciencia del enorme esfuerzo que supuso en su día el trazado del Canal de Castilla. Hoy sus aguas y sus riberas son un placer para la vista, un recurso de turismo activo de primer orden y un hábitat que favorece y protege la vida de muchas especies que nadan en sus aguas, anidan o se alimentan en sus bosques o se refugian en sus arbustos.
Existen varias opciones para disfrutar de esta obra de ingeniería. Una de las más populares es surcando sus aguas. Para ello se facilitan distintas opciones en el Centro de Recepción de Viajeros enclavado en Me- dina de Rioseco. Desde paseos a bordo de la embarcación turística Antonio de Ulloa, al alquiler de una barca eléctrica o de piraguas para hacer una ruta guiada. En tierra, se pueden también descubrir la riberas y las localidades que atraviesa el Canal a través de distintas vías: senderismo, bicicleta, kart a pedales... Se recomienda una parada en la antigua fábrica de harinas de San Antonio, donde se puede contemplar el perfecto estado de la antigua maquinaria de la infraestructura.
A escasos veinte kilómetros de allí, la Finca Coto Bajo de Matallana se presenta como un equipamiento de educación ambiental que ofrece a sus visitantes la posibilidad de valorar la riqueza de su entorno, los Montes Torozos y, por extensión Tierra de Campos.
En el centro multidisciplinar se puede también descubrir los restos del monasterio cisterciense de Santa María de Matallana, disfrutar de un parque infantil tematizado, de los restos de una necrópolis visigoda o ahondar en la interpretación de los típicos palomares que definen esta zona desde el interior de uno de ellos. Además, se ofertan recorridos por la finca a bordo de un coche de caballos. Para los más pequeños, en una reata de burros. Y en los alrededores se pueden realzar recorridos para disfrutar del paisaje y de monumentos históricos, así como del humedal de Matallana.
EL ENTORNO POSIBILITA RUTAS EN BICI Y PIRAGUAS, ALQUILAR UNA BARCA Y PASEOS EN COCHE DE CABALLOS