Hellín y Tobarra: retumbe de tambores para venerar al Señor
yunques, a lo que sigue una de las escenas más espectaculares y esperadas del año, la llegada a la plaza Mayor.
Albacete
Esta ciudad moderna y acogedora celebra, en los días santos, un amplio programa religioso en el marco de la Semana de Pasión, declarada de Interés Turístico Nacional. Comprende una diversidad de valores culturales y materiales que la convierten en un gran atractivo artístico para el visitante.
En la capital albaceteña, además de poder escuchar a las bandas de cornetas y tambores, compuestas por cerca de 2.000 músicos, destaca la oferta gastronómica y la calidad de los vinos que se ofrecen en esta provincia.
Centrándonos en la celebración religiosa, sobresale la del Jueves Santo, cuando lala ciudad apaga su alumbrado. La procesión del Silencio recorre las calles, iluminadas únicamente por la imagen del Santísimo Cristo del Consuelo.
Este es tan solo un ejemplo de las veintiuna procesiones que, organizadas por las catorce cofradías, representan cada una de los actos de Semana Santa, desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurreción. De especial interés es la protagonizada el Lunes Santo por los niños , que llevan reproducciones a escala de los principales pasos.
Guadalajara
En Guadalajara y en la provincia, la Semana de Pasión reúne arte, tradición y devoción junto a la sobriedad de los pasos procesionales. La Semana Santa de Guadalajara, de Interés Turístico Regional, sobresale por el sonido de sus tambores, los varales, las campanas y las cadenas, atadas a los pies descalzos de los nazarenos.
Este año, volverá a celebrarse la Pasión Viviente en la pedanía de Iriépal, a solo diez minutos de la capital.
Además, este año se celebra el V Certamen de Bandas «Ciudad de Guadalajara», en la que participarán cuatro bandas.
Finalmente, en la provincia sobresale la Pasión del municipio de Sigüenza, que el año pasado recuperó el Descendimiento, prohibido en 1780 por el obispo Juan Díaz de la Guerra debido a la muchedumbre que acudía, la confusión y el griterío. Esta vez volverá a escenificarse el Viernes Santo. En Castilla-La Mancha, si hay una celebración que brille sobre las demás en la provincia de Albacete sería la Tamborada de Hellín. Declarada de Interés Turístico Internacional, la tradición marca que más de 20.000 tamborileros, con túnica negra y pañuelo rojo o capuz negro, irrumpen el Miércoles Santo por las calles de esta localidad de 31.000 habitantes. Uno de los momentos más emotivos es la subida del Calvario en las primeras horas del viernes santo. Otra localidad que sobresale en Semana Santa es Tobarra. Durante más de cien horas se puede escuchar ininterrumpidamente el redoble de tambores en unos actos que comienzan el Miércoles Santo y terminan el Domingo de Resurrección. Un momento especial es la bendición impartida por la imagen articulada de Jesús Nazareno, a la que acuden más de 30.000 personas. Es un acto sobrecogedor al contemplar cómo la talla cobra «vida» bajo la atenta mirada de los presentes.