Rioja crece en blanco Enoturismo
El viñedo de uva blanca pasa de cuatro mil a seis mil hectáreas en dos años
Desde 1925, al crearse la Denominación de Origen Rioja, las variedades de uva blanca autorizadas en esta zona vinícola eran tres: viura, garnacha blanca y malvasía. Así hasta que hace diez años se incorporaron seis más. Tres de ellas, variedades blancas autóctonas: maturana blanca, tempranillo blanco y torrontés. Y otras tres internacionales: chardonnay, sauvignon blanc y verdejo.
Según el Consejo Regulador de la D.O.C. Rioja, el objetivo de incorporar esas nuevas variedades de uva blanca «era dotar de una mayor competitividad a los vinos blancos de Rioja, adaptando sus características a las tendencias actuales del consumo, mediante la diversificación y mejora de su oferta». Lo que sucede es que pese al tiempo transcurrido desde su aprobación, hasta que empiezan a comercializarse botellas de vinos blancos de Rioja con presencia de las seis nuevas variedades se necesita un largo periodo. Ahora, diez años después, empiezan a comprobarse los resultados.
Primero, en la viña, con su incorporación paulatina: «Hasta la cosecha 2015, Rioja tenía 4.004 hectáreas de uva blanca en producción, en su mayoría de la variedad viura (85%)», explica el Consejo Regulador. Ya con datos de 2017, «la superficie total de hectáreas de uva blanca supera las 6.000». Y luego en las cifras de venta proporcionados por la Denominación de Origen: «Los buenos resultados de la estrategia innovadora en vinos blancos se han traducido en un incremento de los millones de litros comerciali- zados, con casi 22 millones en 2017 frente a los casi 17 millones del año 2015». Según estos datos, la D.O.C. Rioja ha incrementado los litros comercializados en un 30% aproximado en dos años, aumento achacable en buena parte «a los vinos blancos».
Lo que ya no queda tan claro es el incremento de valor cualitativo de los vinos blancos de Rioja con las nuevas variedades. Desde nuestro punto de vista, catados vinos con esas nuevas uvas autorizadas, solo la Maturana blanca es capaz de mejorar la calidad de los ya de por sí grandes blancos de Rioja a partir de las uvas viura, malvasía y garnacha blanca. La Maturana «además de su perfil aromático muy característico y elevada acidez (con una notable elegancia en aromas y notas de flores blancas, aporta en boca carácter y finura). El Consejo Regulador añade que “tiene la particularidad de ser la variedad más antigua de la que se tiene conocimiento escrito en Rioja, pues ya aparece citada en el año 1622».
Del resto de uvas, quizá la tempranillo blanca pueda aportar suficiente calidad (aunque no una gran calidad), pero sí grandes producciones a tenor de las hectáreas de viña plantadas en la zona. Una variedad, esta tempranillo blanca, fruto de una mutación genética descubierta en 1988 en una finca de Murillo de Río Leza (La Rioja), propiedad del viticultor Jesús Galilea. Así está hoy el mundo del vino en la D.O.C. Rioja, diez años después de su gran revolución blanca.
EN LOS ÚLTIMOS AÑOS SE HAN INCORPORADO SEIS NUEVAS VARIEDADES DE UVA BLANCA