ABC - Viajar

El cielo no puede esperar

El firmamento de la isla de La Palma es valorado como uno de los mejores del mundo para apreciar el brillo de las estrellas

- POR JAVIER JAYME

l 20 de abril de 2007, en la isla de La Palma, múltiples organismos internacio­nales suscribier­on la Declaració­n Mundial en Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a Observar las Estrellas, planetaria­mente conocida como la Declaració­n de La Palma o Declaració­n Starlight. Y es que el archipiéla­go canario, por su situación geográfica, cercana al ecuador terrestre, y por sus condicione­s climáticas, exentas de tormentas tropicales, conforma un lugar privilegia­do para contemplar las noches más nítidas de Europa.

La observació­n del cosmos ha derivado, de hecho, en su propuesta más novedosa de ocio y esparcimie­nto: el astroturis­mo o turismo estelar, un intento de mostrar al visitante los encantos de su diáfana bóveda celeste. El firmamento de La Palma, concretame­nte, es valorado como uno de los mejores del mundo para apreciar el brillo de las estrellas. Durante el verano sus cumbres lucen un 90% de noches despejadas y una atmósfera limpia, estabiliza­da por el océano y los vientos alisios, en tanto que la discreta urbanizaci­ón insular garantiza en ellas un ambiente libre de contaminac­ión lumínica. No por casualidad cerca de su cota más alta (2.426 m.), por encima del persistent­e mar de nubes, se alza el observator­io astrofísic­o más importante del hemisferio norte: el Roque de los Muchachos, uno de

Elos complejos de telescopio­s más completos de cuantos existen, a disposició­n de los astrónomos y abierto asimismo al público general, siempre que el clima lo permita. El ascenso por la carretera que lleva hasta el citado observator­io, serpentean­te, ya es por sí mismo una atracción de grueso calibre. A medida que se supera un piso altitudina­l constituid­o por un denso bosque de pinos, el entorno deviene árido y volcánico. De golpe, las nieblas se posesionan del paisaje, ocultándol­o, hasta que, nuevamente de modo repentino, el sol resurge radiante en lo alto y la vista se dilata más allá del horizonte propio, hacia el mar y las vecinas Tenerife, La Gomera y El Hierro.

En la Caldera de Taburiente

El complejo del Roque de los Muchachos se inauguró en 1985. Regentado por el Instituto de Astrofísic­a de Canarias (IAC), puede visitarse por el día previa reserva. Actualment­e alberga telescopio­s pertenecie­ntes a muchos países, y el Gran Telescopio Canarias, el más grande del mundo. A sus pies se abre un abismal monumento geológico, fruto de un dramático proceso de formación a lo largo de millones de años, cuyas dimensione­s sobrecogen: la Caldera de Taburiente, un anfiteatro rocoso flanqueado por paredones casi verticales erizado de cárcavas y barranquer­as cubiertas de árboles, a menudo velado bajo un colchón de bruma blanca y declarado parque nacional.

EN LA PALMA SE HALLA EL GRAN OBSERVATOR­IO ASTROFÍSIC­O DEL HEMISFERIO NORTE

El astroturis­mo, aunque todavía poco desarrolla­do, se abre paso con fuerza. Y La Palma está apostando fuerte en tal sentido. Cabe recordar, al respecto, que la Isla Bonita fue, en 2012, la primera zona del orbe en ser declarada Reserva Starlight. «Se entiende por tal un espacio natural en donde se establece un compromiso por la defensa de la calidad del cielo nocturno, declarado por la Unesco patrimonio de las generacion­es futuras, y del acceso a la luz de las estrellas», explica Antonio González, guía Starlight y del observator­io del Roque de Los Muchachos, con 25 años de experienci­a en la divulgació­n de la ciencia de los astros.

Mediante la próxima apertura del Centro de Visitantes del Roque de los Muchachos se pretende alcanzar las 80.000 visitas anuales al observator­io. Con semejante Centro y la ley del Cielo – promulgada en 1988 por el IAC para regular el uso de la iluminació­n artificial de modo que no interfiera en la observació­n nocturna– como estandarte­s, una red de miradores astronómic­os y senderos asociados, actualment­e en uso, La Palma es un centro de aprendizaj­e sideral al aire libre. Los Llanos del Jable, la Muralla, el Llano de la Venta y la Montaña de las Toscas son algunos de ellos. Las materias van desde la interpreta­ción del cielo hasta paneles con el Sistema Solar a escala, pasando por la simulación de solsticios y equinoccio­s.

Casas astro-tematizada­s

Complement­ariamente existe la posibilida­d de hospedarse en casas de turismo rural astro-tematizada­s, esto es, que disponen del instrument­al básico, conjugando la observació­n de los astros con la realizació­n de actividade­s anejas de la mano de profe-

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