Enoturismo a orillas del Duero
Visitar Zamora es llegar a un lugar desconocido para muchos que permite descubrir el patrimonio histórico y natural de un territorio que mantiene las tradiciones y la vida asociada a la agricultura, la ganadería y la industria agroalimentaria. Por ello, resulta una provincia ideal para aquellos visitantes que a la experiencia turística quieren añadir otras actividades ligadas a la enología y la gastronomía. No en vano, en este territorio conviven tres Denominaciones de Origen vitivinícolas que en los últimos años han impulsado rutas de enoturismo.
Esa apuesta por maridar vino, gastronomía y turismo ha dado como resultado una ruta enoturística ya certificada enclavada en el Duero fronterizo con Portugal y dos recorridos enoturísticos ligados también al entorno de este río, uno en la zona este de la provincia con el Vino de Toro como protagonista y otro en el entorno de la capital zamorana y la comarca de Tierra del Vino.
En los tres casos, los visitantes tienen la oportunidad de conjugar el turismo con el conocimiento del proceso de elaboración del vino en las propias bodegas, en las que también es posible en algunos casos asistir a catas, degustaciones o incluso comidas y cenas.
Igualmente, uno puede enfundarse el traje de viticultor por un día y realizar actividades de temporada asociadas a los trabajos de cuidado del viñedo, como es la poda y la recogida del sarmiento en esta época del año.