Un viñedo que se alimenta de oro Bodega «excepcional»
El «terroir» de esta bodega leonesa ha sido calificado recientemente como uno de los más «excepcionales» de España, Italia y EE.UU.
No todas las bodegas pueden presumir de estar asentadas sobre una antigua mina de oro. Si a esta condición singular se añade el cuidado que sus propietarios realizan de unos viñedos, algunos de ellos pre-filoxéricos (es decir, de finales del siglo XIX), aunque la mayor parte de principios del siglo XX, el resultado no podría ser otro que la calificación de «excepcional» que ha recibido recientemente el «terroir» de Fuentes del Silencio en un estudio elaborado por la empresa californiana Biome Makers.
El informe de la firma norteamericana del que sale tan bien parada la bodega asentada en Herreros de Jamuz, al sur de la provincia de León, valora la singular microbiología del terreno, con 959 especies identificadas, «la mayor en relación a más de 600 suelos de España, Italia y Estados Unidos», así como su asentamiento en sedimentos auríferos. «Incluso si todavía coges un bateador y te vas al río –Jamuz– puedes llegar a encontrar pequeñas pepitas de oro en el agua», algo que para el vino «es espectacular » porque ofrece una levadura especial que aporta sabores mucho más frutales.
Quienes hablan son Miguel Ángel Alonso y María José Galera, un matrimonio que hace cinco años apostó por que la tradición vitivinícola de la zona no se perdiera -pese a estar aislado del resto de regiones viníco- las de la provincia de León, el Valle de Jamuz se caracterizó hasta hace muy pocos años por estar lleno de explotaciones en las que los vecinos cultivaban su propia uva–: «Es un valle especial, está a gran altura entre 800 y 900 metros, y tiene unos viñedos muy diferentes a los del resto de León, al tener sobre todo mencía y garnacha tintorera, unas uvas completamente diferentes», ubicadas en unas 23 hectáreas.
Sin embargo, su situación no es única condición que hace «especial» a los caldos de esta bodega leonesa, que cuenta con cuatro
APUESTAN POR UNA VENDIMIA MANUAL PARA SELECCIONAR EL FRUTO EN FUNCIÓN DE SU MADURACIÓN
variedades diferentes de vino: Las jaras, Las quintas, La gándara y Mataperezosa, este último blanco. Desde Fuentes del Silencio apuestan también por reducir los tratamientos, respetando la biodiversidad, y por una vinificación parcelaria. Otros puntos destacables son la limitación de la producción para « obtener la mejor expresión » de las uvas y una vendimia manual que les permite seleccionar el fruto de cada parcela en función de su maduración, al tiempo que tienen un máximo cuidado en su recolección –un máximo de 15 kilos por caja–. De esta manera, el resultado son vinos algunos de ellos de muy limitada producción.
Su manera de hacer, así como la excepcionalidad de su asentamiento –además de estar en sedimentos auríferos, se trata de un terreno pizarroso que cuenta con una pluviometría similar a la de Sevilla–, ha llevado a los propietarios de Fuentes del Silencio a solicitar la calificación de Pago, una indicación geográfica española para lo que la bodega debe demostrar que tanto el vino como las peculiaridades de la tierra y la zona en la que se encuentra son características.
Fue dos años más tarde de su puesta en marcha, en 2015, cuando produjeron su primer vino de relevancia. El Financial Times situó en el «top tres» de los caldos realizados en Castilla y León mientras que la guía que edita ABC lo incluyó en la lista de los diez mejores vinos de España. Hoy, esta bodega leonesa exporta a Estados Unidos, Inglaterra, Japón y Alemania.