Antonio Reguilón «España será pronto líder mundial en turismo enológico»
La Consejería de Medio Ambiente y Organización del Territorio es nuestro principal motor económico (una subvención nominativa de 450.000 euros, que dobla la de otros años). Y la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes aporta una subvención nominativa de 100.000 euros anuales, además de asesorarnos en este nuevo camino con su gran experiencia en la creación de Producto Turístico.
Su crecimiento en el mundo es exponencial, con millones de personas que viajan por este motivo, un factor dinamizador primordial. En España aún estamos a medio camino, más incluso en Madrid, por ser un proyecto recién arrancado… pero al ser nuestro país el que más vino produce, con un patrimonio cultural único, una gastronomía exquisita y variada y unas comunicaciones excelentes, seguro que España será pronto líder mundial en turismo enológico. Muchos pueblos van a generar empleo joven, las bodegas incrementarán ingresos para seguir renovando sus instalaciones y espacios de atención a los visitantes de todo el mundo...
Conocer la gastronomía local, un ocio de calidad y el mundo del vino se alían para llamar la atención a personas que, muchas veces, son completamente ajenas a este sector. Las bodegas se están transformando para satisfacer las expectativas de un visitante cada vez más exigente. Incluso la arquitectura ya proporciona interés en muchas de ellas, ya sea por tradicional o vanguardista.
En la subzona de San Martín, de extraordinario entorno natural, pueblos como San Martín de Valdeiglesias o Villa del Prado han sido referente históricos en la producción de vino, con localidades más pequeñas, pero enclavadas en parajes inigualables ( junto a Gredos o Guadarrama). En la subzona de Navalcarnero, el propio Navalcarnero, Aldea del Fresno y Brunete cuentan con una gastronomía sin igual, muy profesional, además de unas gentes con un carácter abierto y alegre que nos hacen volver. Y en la zona de Arganda (se llega en metro desde Madrid), se encuentran municipios como Colmenar de Oreja, con una excelente oferta turística (desconocida por muchos madrileños).
En las bodegas, además de la posibilidad de degustar y comprar vino, se ofrecen experiencias como los paseos por el viñedo en antiguas carriolas, que los niños puedan pisar uva y descubrir cómo se elaboraba el vino antaño, además de avistamiento de estrellas, talleres de geología, poda, de vendimia…