Un sueño cumplido
Laura y José relatan su experiencia tras recorrer el planeta durante más de tres meses
Una vuelta al mundo. Suena a literario, a cinematográfico. En realidad, suena a irrealizable. Pero se puede hacer si se tiene tiempo y muchas ganas. Teníamos el dinero ahorrado, conseguimos tiempo prestado, con vacaciones de dos años, días sin sueldo, complicidad de mucha gente. Encajamos situaciones familiares… Y salieron las cuentas: conseguimos juntar 100 días para dar la vuelta al mundo en un transatlántico.
Porque no todo el mundo sabe que hay varias navieras que ofrecen esta posibilidad, no muchas, pero existen y con diferentes recorridos. En principio barajamos la idea de hacer el viaje por nuestra cuenta: aviones, más tiempo en cada sitio, maletas… Demasiado caro, demasiado tiempo y mucho lío. Así que cogimos el barco por el timón y nos embarcamos en un crucero al que subimos en enero en Barcelona (el barco había salido de Venecia una semana an- tes) y daba la vuelta al mundo en algo más de tres meses, atravesando el Canal de Panamá y volviendo a Venecia por el Canal de Suez. Eran 27 países, 40 puertos, y muchas maneras de enfocarlo. Nosotros elegimos un término medio: camarote con balcón al mar. Pero había quien tiraba por lo alto (suite) y otros, por lo bajo (camarote interior, con un precio más asequible).
«Es que esto engancha»
Al embarcar, bienvenida en el teatro. Como telón de fondo, el mapamundi del viaje con todas las escalas. ¡Impresionante! Solo de verlo te dejaba sin habla. El capitán explicaba detalles y preguntaba si éramos novatos en esto de dar la vuelta al mundo. Pensamos que era una broma… De pronto, se levantaron manos aquí y allá: unos habían hecho el viaje una vez, otros tres y algunos seis. La media de edad, alta, de 70 para arriba, con medios, energía y tiempo para hacerlo. «Es que esto engancha», nos contaban.
El viaje es largo: tres océanos que atra-