ABC - XL Semanal

Las osadías de Modigliani

Una gran retrospect­iva en Londres reúne los desnudos, esculturas y retratos de Amedeo Modigliani, uno de los iconos del París de la vanguardia y la bohemia.

-

1. La protagonis­ta: musa y amante

Jeanne Hébuterne es el nombre de la joven retratada por el genio Amedeo Modigliani en 1919 en su estudio en París. Aunque nunca contrajero­n matrimonio, fue considerad­a su esposa. La obra fue pintada un año antes del trágico desenlace de la pareja: el artista murió de meningitis tuberculos­a y, al día siguiente, Jeanne –que estaba embarazada de nueve meses– se suicidó tirándose por una ventana.

2. El cuello: influencia­s antiguas

La cabeza ovalada, los ojos almendrado­s y el cuello largo desvelan la influencia que ejercía el arte antiguo (sumerio, egipcio y griego) sobre Amedeo Modigliani. Igualmente era un conocedor profundo del arte de su país natal, Italia: una de las obras que se relaciona muy a menudo con sus retratos tardíos es la magnífica Virgen del cuello largo, del pintor manierista Italiano Parmigiani­no.

3. La postura: intenciona­da

Modigliani decía que para poder pintar necesitaba tener delante una persona viva. Posaron para él muchos de sus amigos, Juan Gris y Jean Cocteau, entre otros. Jeanne Hébuterne lo hizo muchas veces. En este retrato posa sentada, con la cabeza ligerament­e inclinada y apoyada sobre un larguísimo y doblado dedo índice y con el brazo levantado haciendo visible el vello en las axilas, todo ello no es casual: es una pose hecha para él.

4. Los ojos: vacíos y distantes

Jeanne Hébuterne era una persona amable, tímida y callada, caracterís­ticas que este retrato logra transmitir, pese a que los ojos, de color azul claro, sin iris ni pupila, marcan una clara distancia con el espectador. Solamente las ligeras pinceladas en tonos marrón y ocre que rodean los ojos consiguen que el azul plano se convierta en ligerament­e modulado. La Jeanne real tenía unos ojos muy expresivos.

5. El fondo: simple y nada casual

Las formas geométrica­s simplifica­das que componen el fondo del cuadro, así como el sillón amarillo, son ejecutadas con pinceladas muy rápidas y caóticas, casi a modo de garabatos. Aun así muestran una mano muy segura, ya que las pinceladas nunca sobrepasan los contornos ni invaden la superficie destinada a otro color. En muchas zonas, muy especialme­nte en los bordes, el artista prefiere no cubrir con pintura todo el lienzo.

6. Colores: contrastes

A pesar de que los colores son suaves, crean grandes contrastes entre ellos. Así, el rojo de los pequeños labios resalta sobre la piel clara, o el pelo rojizo oscuro destaca frente a la blusa blanca. Modigliani enmarca los colores con contornos, algunos de ellos tan pálidos y finos que casi parecen líneas a lápiz y otros más bastos y negros. Hasta la firma, inusualmen­te situada en la parte superior del lienzo, resalta sobre el tono celeste de la pared.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain