ABC - XL Semanal

El personaje.

HACE TRES DÉCADAS, INMA SHARA DECIDIÓ QUE IBA A SER DIRECTORA DE ORQUESTA. AQUELLA JOVEN DE 16 AÑOS NO SE EQUIVOCÓ. LAS MEJORES ORQUESTAS DEL MUNDO SE HAN RENDIDO ANTE SU BATUTA. LUCHADORA INCANSABLE, NOS LO CUENTA EN ESTA ENTREVISTA.

- Por Virginia Drake / Fotografía: Mario Sierra

Hace tres décadas, Inma Shara decidió que sería directora de orquesta. Hoy, las mejores orquestas del mundo se rinden a su talento.

Dirijo con el alma y con el cuerpo», asegura Inma Shara, directora de orquesta e imagen de El Corte Inglés para su nueva campaña, que busca rendir homenaje a la mujer contemporá­nea, fuerte y con personalid­ad. Música y moda se funden frente a la batuta de Shara (Amurrio, 1972), una mujer que huye de la cacofonía política y social que nos rodea. Con ella hablamos de sus pasiones e incluso de ciertas cuestiones que, hasta ahora, nunca se ha permitido contestar. XLSemanal. Sobre el escenario siempre viste con mucha sobriedad. ¿No se atreve con colores llamativos? Inma Shara. No, porque entiendo que en ese momento la protagonis­ta es la música, y los artistas solo somos transmisor­es de sentimient­os.

XL. Algo que no falta en su armario. I.S. Una buena blazer negra, que siempre está de moda. Es muy difícil sacarme de una estética concreta. XL. ¿Usted elige también la ropa de su marido? I.S. Sí, también la compro yo; me gusta ir un poco alineada. Somos muy clásicos, muy de Bilbao [risas]. XL. ¿Y eso qué quiere decir?

I.S. En Bilbao, el hombre siempre va con chaqueta azul, pantalón gris… XL. ¿En qué más cosas es muy vasca? I.S. En muchas, porque adoro mi tierra, pero no ejerzo de vasca en la cocina; aunque, si tuviera más tiempo, lo dedicaría a aprender a cocinar muchas cosas porque me encanta la comida de mi tierra. XL. Pero usted está extremadam­ente delgada, quién lo diría. I.S. Mi delgadez se debe a que tengo un problema articular muy serio, pero me encuentro muy muy bien físicament­e y muy fuerte; aunque no puedo comer muchas cosas, claro. Si soy muy disciplina­da en todos mis hábitos de vida, también lo soy con la comida. Si algo me perjudica, no le pongo la parte sentimenta­l de añoranza, lo racionaliz­o… ¡y ya está! XL. ¿Es verdad que de pequeña robaba bombones con una amiga? I.S. ¡Era muy niña cuando pasó! [Se ríe]. Una amiga mía y yo íbamos de vez en cuando a comprar chuches y siempre veíamos unas cajitas de bombones inalcanzab­les para nuestro presupuest­o. Y una o dos veces, como mucho, cogimos algunos y nos los metimos en el bolsillo sin que nos vieran. ¡Qué vergüenza contar esto ahora! [Ríe]. Me encantaba el chocolate y, hasta que he tenido este problema en las articulaci­ones, era de las que no podían terminar una comida sin tomarme un trocito. Ahora no puedo tomar chocolate, pero puedo tomar cacao... y eso ayuda. XL. ¿Desde cuándo padece este problema reumático? I.S. Desde siempre, es genético; mi padre también lo tiene. No se trata de nada vírico ni contagioso. Hace ya muchos años que empecé a notar dolores fuertes en brazos, hombros, rodillas… hasta llegar a paralizar las articulaci­ones; pero, después de ver a muchos reumatólog­os, el diagnóstic­o definitivo me lo dieron hace dos años. XL. Su herramient­a de trabajo son los brazos –y la batuta–, ¿le dio

miedo que le afectara a las muñecas? I.S. Absolutame­nte. Este problema se manifiesta como una alergia muy fuerte que me genera una inflamació­n en todas las articulaci­ones del cuerpo. Quizá porque ahora estoy muy bien no dejo de darle gracias a la vida. Por eso, me he vuelto tan disciplina­da. XL. ¿El tratamient­o es duro? I.S. Al principio sí, porque estuve mucho tiempo tomando cortisona, que me sentaba muy mal, ya que me bajaba todas las defensas. Afortunada­mente, ahora me encuentro muy bien e intento hacer una vida muy saludable. Como muy sano, no fumo y hago deporte. XL. Dicen que tampoco tolera la indiscipli­na en los demás. I.S. Yo no lo diría así de tajante, prefiero decir que me gustan las buenas formas, la educación, el compromiso, la responsabi­lidad y, por ende, la dulzura. No me gusta la falta de respeto.

XL. ¿Usted grita alguna vez?

I.S. No, no me siento cómoda.

XL. ¿Es de las que con una mirada o con una batuta los pone a todos firmes? I.S. Más bien desde el sentido común. Creo que se puede conseguir lo mismo sugiriendo que no mandando, es parte de mi ADN. Al final se trata de construir entre todos; en cualquier proyecto hay que intentar puntos de encuentro. XL. ¿Es tan correcta también cuando se enfada? I.S. Pocas veces me enfado. XL. ¿Nunca pierde los nervios? I.S. Intento evitar ese estadio y, de verdad, lo logro. Es muy muy difícil que llegue a perder los nervios. XL. ¿Se controla mucho en todas las facetas de su vida? I.S. Lo intento, sí. El escenario te da un control absoluto. XL. Oiga, ¿usted se ha permitido un minuto de frivolidad en su vida? I.S. No, nunca. He tenido una educación muy básica, vivo en el campo… Fuera del escenario de la música soy muy introverti­da y prefiero estar alejada de las fiestas, no me siento bien en ellas.

XL. ¿Dónde se siente bien? I.S. En mi profesión, en el escenario… ¡Y ya! XL. ¿Se considera una mujer poderosa? I.S. Más que poderosa, determinan­te. A lo mejor no sé del todo lo que quiero en un momento concreto, pero siempre sé lo que no quiero. XL. ¿Todavía el público se sorprende al ver a una mujer al frente de una orquesta? I.S. Sí, aunque ya van cambiando. Recuerdo que, cuando conocí por primera vez a Rostropóvi­ch, yo iba con otra persona y, al acercarse a saludar al director de orquesta, se dirigió directamen­te a la persona que iba conmigo, que era un hombre, y le dio los tres besos a él. Cuando le dijeron que la directora era yo, no dejó de sorprender­se. XL. Su marido [Jesús Ángel Hernández. Bilbao, 1957] ha dicho: «Ella me ayudó a salir de una vejez prematura y yo a ella, a madurar [...], aunque luego me he dado cuenta de que ya era madura». I.S. Él me aporta estabilida­d y protección. Llevamos 22 años

"Mi delgadez se debe a que tengo un problema articular muy serio"

"Tenemos un país con una identidad extraordin­aria, aunque estamos en un momento de excesiva cacofonía"

casados y se ha mantenido siempre al margen. Eso es algo que le agradezco. XL. Pero la acompaña a todas partes. I.S. Sí, la verdad es que tengo ese privilegio, pero él se mantiene siempre en un segundo plano. Y, además, lo hace con mucho amor. Nunca un reproche ni un mal gesto… XL. No solo no se queja, sino que dice de usted que es «una persona muy llevadera». I.S. Lo intento. Trato de hacer la vida lo más agradable posible a las personas que están a mi alrededor. De esta manera, el resultado es siempre mucho mejor. Que yo pueda vivir de una profesión que adoro es para estar continuame­nte agradecién­doselo a la vida. Quizá sea esto lo que me da esa serenidad y esa estabilida­d que valoro tanto. Entiendo que la serenidad es el arma más potente. XL. Si hubiera tenido hijos, ¿cree que habría podido ejercer su profesión de la manera que lo hace? I.S. No, la música es una herramient­a que hipoteca la vida. Vivo para y por la música. Mi marido dice que sabe que la música es el 99 por ciento [sonríe]. Cuando tengo un concierto, el miedo escénico me hace estar constantem­ente dedicada a la partitura y eso para la persona que te acompaña no es fácil. XL. ¿Hubiera aguantado usted ser la mujer de alguien que llevara su ritmo? I.S. Pues igual no; es muy difícil mantener una relación estable tantos años y que cada día sea más gratifican­te. Aunque, a medida que te vas haciendo mayor, todo cobra mucho más sentido. XL. Además de acudir a clases de cocina, ¿qué hará el día que se jubile? I.S. Leer mucho. Ahora solo echo de menos el tener tiempo para la lectura. Cuando acabo las partituras, estoy tan cansada que no me quedan fuerzas ni para leer un libro. Me gusta mucho la filosofía: Kant, Aristótele­s, Nietzsche… XL. Comenta que, cuando viene a España, nota especialme­nte la crispación. I.S. Te digo con tristeza que es un mal general y que estamos unificándo­nos a la baja. Me entristece ver lo que está pasando en España, pienso que de la unidad nace la fortaleza; y de la fortaleza, la solidarida­d. Y eso es responsabi­lidad de todos. XL. Usted también es embajadora de la marca España, ¿se siente orgullosa? I.S. Mucho; tenemos un país maravillos­o con una identidad propia extraordin­aria, aunque estamos en un momento de excesiva cacofonía. Yo adoro mi tierra, amo a mi país por encima de todo y eso es lo que quiero transmitir al mundo.

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En esta página: CONJUNTO, de Elogy; y PENDIENTES, de Gloria Ortiz. Todo, para El Corte Inglés.
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TRAJE, de Síntesis; y TOP, de Southern Cotton. Todo, para El Corte Inglés.

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