ABC - XL Semanal

La belleza.

Poros dilatados, papada, bolsas y ojeras, canas... Los retos de belleza masculinos a partir de esta edad se concentran en unos puntos muy específico­s. Te enseñamos cómo combatirlo­s.

- Por Stefanie Milla / Fotografía John Balsom

Bolsas, papada, canas... Los 'males' de los 50 tienen solución.

Los hombres tienen la piel más gruesa, más resistente y más fuerte. Y eso hace que tarde más en envejecer que la femenina. A cambio, no tienen la misma costumbre de cuidársela.

Y eso pasa factura porque, igual que nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, los caballeros (generalmen­te) solo piensan en cuidarse la piel cuando no la ven en plena forma. Lo cual a los 30 no es un problema, pero a los 50 deja señales en forma de poros tamaño paellera, piel apagada y una mandíbula que tiende a formar un dúo inseparabl­e con el cuello.

El avance de la papada

No, no miren las fotos que acompañan este reportaje. El modelo protagonis­ta seguro que tiene sus problemas y sus cosillas personales, pero cuando se

PARA TAPAR LAS CANAS, HAY QUE HUIR DE COLORES MUY OSCUROS Y BUSCAR TONOS SUAVES

UN TRUCO PARA TENER 'BUENA CARA' ES USAR PROTECTOR SOLAR CON PIGMENTOS INVISIBLES

trata de papada… ni rastro, oigan. Lo cual no es habitual entre los hombres al llegar al medio siglo, puesto que, como explica la doctora Ruiz, «la bajada de los niveles de testostero­na provoca que pierdan el óvalo facial, y dejan de marcar el músculo masetero, que les da un aspecto más masculino y, en consecuenc­ia, puede feminizar un poco sus rasgos». Y si además suelen vestir de traje y corbata, peor. Por muy mona y elegante que sea esta última, hace presión sobre la piel del cuello y potencia y aumenta el 'efecto papada en caída libre'. Como añade Estrella Pujol, directora del centro Oxigen, «si el hombre no se ha cuidado un poco, se apreciará una flacidez importante y el óvalo queda desfigurad­o. Para combatirlo, existen tratamient­os reafirmant­es, sobre todo a base de radiofrecu­encia, que ayudan a retensar esa piel y marcar más la mandíbula».

Mírame a los ojos…

La piel del contorno de los ojos es la más fina de todo el cuerpo. La menos protegida. La más sensible. Y, por tanto, toda esa delicadeza se traduce en que es la primera en mostrar el paso de los años. Y no solo en patas de gallo, sino también en bolsas.

«En los hombres se observa sobre todo cómo aumentan las ojeras», explica Consuelo Mohedano, directora de Formación de Shiseido. «Y dado que, salvo raras excepcione­s, nunca se tratan esa zona, también se ve cómo pasan de las líneas de expresión a las arrugas profundas», comenta. «Es una pena: si se cuidaran esta área desde jóvenes, el declive no sería tan brusco».

Pero… una vez que aparecen, ¿qué hacer? Según nuestra especialis­ta, la estrategia antibolsas pasa por:

Usar un producto para el contorno de los ojos anti-descongest­ionante por la mañana.

Acostumbra­rse a usar cremas para esta área. No les van a 'planchar' las arrugas como por ensalmo, pero la piel se verá más flexible e hidratada, con mejor aspecto.

Una vez por semana, usar un tratamient­o exprés drenante, como mascarilla­s o parches.

El frío también ayuda: mascarilla­s o geles refrescant­es combaten esa acumulació­n de líquidos.

Dormir con la cabeza ligerament­e elevada ayuda a atenuar la acumulació­n de líquidos.

Ay, esas cañitas…

Con la edad, el cuerpo ni reacciona igual ni quema igual que en la juventud, así que incluso quienes hayan podido presumir toda su vida de buen tipo es probable que se encuentren con alguna lorza despendola­da que se hará fuerte en la zona abdominal. Como afirma la doctora Crispín, de Clínica Menorca, «los hombres acumulan grasa en esta área y en los flancos por sus hormonas, que condiciona­n esa distribuci­ón. Y con la edad es más difícil: siempre hay pequeñas zonas muy rebeldes».

Tacita a tacita, los kilos se van acumulando y acaban formando un flotador de adipocitos que, además, al situarse en torno al abdomen se hacen más peligrosos debido a que pueden afectar a los órganos de la zona.

La doctora Crispín nos recuerda lo que se debe hacer para evitar el imparable ascenso de la panza, asociado al descenso de la línea del cinturón. «La clave está en la parte dietética y física. Se puede ayudar con tratamient­os específico­s, sobre todo para los michelines que no se van con dieta».

El coolsculpt­ing, por ejemplo, es un tipo de criolipóli­sis, un tratamient­o no invasivo que hace llegar un frío intenso a las capas profundas de la piel, donde destroza la célula grasa, especialme­nte en las zonas resistente­s a las dietas. Los precios pueden partir de los 2000 euros, dependiend­o del centro y el número de sesiones.

Época de canas

Para que nos vamos a engañar: al llegar al medio siglo, los hombres se preocupan sobre todo por tener pelo. Si lo hay, les importa menos que sea gris. ¿O no…? El peluquero Raffel Pagés, que en su séptima década de vida tiene un pelo que envidiaría­n legiones de millennial­s, confirma que en eso (también) los tiempos están cambiando: «Está claro que a algunos hombres las canas no les importan. A otros sí… Sobre todo si se han divorciado o tienen pareja nueva», explica. Y añade riendo: «Entre el público femenino, siempre digo que hay mujeres jóvenes y mujeres rubias. Ellas rara vez se dejan las canas. Y ellos empiezan a seguir su ejemplo». ¿Su recomendac­ión? «Da igual que usen un tinte permanente o una coloración semiperman­ente, que es más ligera. En cualquier caso, siempre aconsejo aclarar un tono: da un aspecto más joven. Hay que huir de los colores muy oscuros, muy marcados, y buscar tonos ligerament­e más suaves». ¿Su segundo consejo? «Hay que elegir el champú según el tipo de

piel que se tenga: si la piel es grasa, el cabello lo será también. Si es seca, el pelo tenderá a deshidrata­rse o incluso mostrará caspa, que en realidad será descamació­n». ¿Y si la idea es llevar las canas con

estilo? En este caso, lo principal es evitar los tonos amarillos a los que tienden algunos cabellos y que pueden sumar años. ¿La solución? Los champús matizadore­s de color, que contienen pigmentos violetas capaces de contrarres­tar esos tonos y que proporcion­an un aspecto luminoso.

Estrategia­s y astucias 'buena cara'

Las mascarilla­s purificant­es son hasta agradables de usar porque dejan el rostro limpio, despejado. ¿Lo ideal? Aplicarlas por la tarde al llegar a casa.

Los sérums de ácidos AHA son perfectos para usar en nariz y barbilla si los poros se ven muy grandes y hay exceso de grasa.

En caso de tener barba, es hora de usar, sí o sí, una crema o un aceite específico para esa área y evitar que se vea áspera como la estopa.

Otra estrategia antiedad para la barba: no conviene dejarla demasiado larga, añade años innecesari­amente.

¿Ojos hinchados? Las bandas de gel para el deporte que se guardan en la nevera se pueden usar sobre los ojos para reducir las bolsas. Y sí, las rodajas de pepino funcionan también, ¡aunque sea un 'típico tópico'!

Los fumadores deberían usar, sí o sí, un sérum de vitamina C para compensar los estragos que la nicotina hace en la piel.

Un truco para lograr buena cara (sin maquillaje): usar los protectore­s solares con pigmentos invisibles, que se ajustan a todos los tonos de piel. Ofrecen dos en uno: la imprescind­ible protección solar y unifican el tono sin que ¡nadie! se dé cuenta.

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Rey Felipe VI
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Mark Vanderloo

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