Valores y sentido crítico
El valor democrático no consiste en manifestarse a favor de alguien con el que se está de acuerdo en todo; sino que la gracia del asunto, lo verdaderamente difícil, se encuentra en manifestarse también a favor de que alguien con el que no compartes forma de pensar pueda expresarse libremente, sin que por ello tenga que sufrir ningún atentado o boicot. Cuando nos manifestamos hace unos años con carteles en los que se podía leer «Je suis Charlie», no fue porque todos fuésemos fanáticos de la revista satírica francesa; de hecho, si uno no había vivido en Francia, era poco probable que supiera de la existencia del semanario Charlie Hebdo. Sin embargo, la gente salió a defender a sus dibujantes, muertos y heridos, contra un movimiento terrorista que pretendía aniquilar a todo el que pensara fuera de sus límites enfermos de radicalismo.
Por eso mismo siento tanta rabia con las noticias nacionales, todas ellas partidistas, en las que se pide voz en grito el boicot contra tal y cual personaje que ha ofendido a una parte de la población, cada vez más proclive a ello, mientras perdemos el sentido crítico ante los verdaderos problemas que nos afectan a todos por igual. Tal vez, si nos ofendiésemos más con quien nos roba y menos contra quienes nos azuzan, esto tuviese arreglo. Tal vez.