Los kawahivas han decidido no tener hijos porque no pueden cargar con ellos mientras huyen. Y siempre están escapando.
Dependen de la velocidad de sus piernas
y de su instinto para eludir al hombre blanco que destruye su hábitat, encarnado en madereros, terratenientes y buscadores de oro. Esta imagen que recuerda las escenas de la película La misión, ambientada en el siglo XVIII, es una realidad en la selva del Amazonas del siglo XXI.
Y ahora, con la elección de Jair Bolsonaro como presidente de Brasil, su destino y el del resto de las tribus que viven en la selva es aún más incierto. Bolsonaro prometió acabar con la protección de los territorios que la Constitución de 1988 garantiza para los indígenas. Ha dicho que no les concederá «ni un centímetro más de tierra» y se ha pavoneado de su absoluta simpatía por los grupos que quieren eliminar selva para ganar