Ojalá, inmortales
No sé cómo, pero siempre terminamos hablando de lo mismo; de su infancia, de sus 'batallitas' y de cómo era su día a día (tan diferente del nuestro). Es por esos momentos por los que desearía que mis abuelos
fuesen inmortales, o un poco más longevos. Ojalá. Me parece injusto que precisamente cuando tienes la capacidad y la madurez idóneas para pasarte horas escuchándolos, ellos sean ya muy mayores. Tengo 17 años y doy gracias cada día por tener unos abuelos tan sanos. No puedo negar lo que siento cada vez que los visito. Es un sentimiento indescriptible, pero que la mayoría hemos sentido alguna vez. Por eso jamás rechazaré una historia de las suyas, de esas que te meten en el papel de protagonista como ninguna película o novela pueden. Ojalá. Ojalá, inmortales.