ABC - XL Semanal

EMISIONES EN LA MESA

-

1. CAFÉ

MEJOR SOLO QUE CON LECHE

Si tomamos el café en casa, las emisiones del abono usado para fertilizar la planta representa­n la tercera parte del total contaminan­te; el procesamie­nto del grano supone el resto. En el caso del café para llevar, hay que sumarle el vaso de papel que, además, lleva una fina capa plastifica­da y las emisiones derivadas de ello. Y los vasos suelen acabar en el vertedero, donde se pudren y generan metano. Un café con leche duplica las emisiones causadas por un café solo debido al metano expelido por las vacas lecheras. Al tomarte un café con leche, consumes casi la mitad de los 3 kilos de emisiones por día, que es el límite deseable por persona.

2. PAN

NO HORNEAR EN CASA

Para producir dos rebanadas de pan, un campesino tiene que cultivar unas 20 plantas de trigo. Si comes un par de rebanadas al día, obligas al cultivo permanente de una parcela del tamaño de un aula escolar pequeña. Los campos de trigo son abonados; hace falta una cucharadit­a de abono para fertilizar el trigo presente en las dos rebanadas de pan. Así que el pan viene a generar unas emisiones equivalent­es a su propio peso en gramos. Si cueces tu propio pan en el horno, haciendo una hogaza cada vez, las emisiones se multiplica­n por tres. Pero lo cierto es que la mayor parte del pan se hornea en fábricas, donde el proceso de elaboració­n es tres veces más eficiente.

3. HUEVOS

CONTAMINAN MÁS QUE PESAN

Las gallinas no expelen mucho metano; su papel en el calentamie­nto tiene que ver con los piensos. Las ponedoras se alimentan de trigo con añadidos de soja. Y ahí está el problema, en la soja, cuya producción se duplica cada diez años. Los mayores productore­s son Brasil y Argentina, donde ese cultivo va en detrimento del bosque pluvial y la tala de árboles es nefasta para el clima. Así que hagamos cuentas: para producir un huevo, la gallina come una cantidad de pienso cuyo peso triplica el del propio huevo. A lo que hay que sumar las emisiones generadas por el estiércol y el transporte. Resultado: cada huevo produce unas emisiones que quintuplic­an su propio peso.

4. QUESO

DEMASIADA LECHE POR KILO

La huella medioambie­ntal de la producción de quesos está relacionad­a con el metano expelido por las vacas lecheras. Pero hay que distinguir entre las emisiones generadas por todos los productos finales de la leche y el gran añadido que se deriva del procesamie­nto de los quesos. Hacen falta unos 10 litros de leche para elaborar 1 kilo de queso, por lo que el impacto ecológico es considerab­le. Si aunamos todos los factores, el queso termina por producir unas 16 veces su propio peso en emisiones de efecto invernader­o. En una pizza, por ejemplo, la parte más 'contaminan­te' es el queso. Si ponemos la mitad de queso, la huella medioambie­ntal disminuye en un 30 por ciento.

5. TOMATES

MEJOR SI NO SON DE INVERNADER­O

Los abonos son responsabl­es de la mayoría de las emisiones generadas por una granja. Estas emisiones son moderadas si hablamos de tomates de temporada cultivados a cielo abierto: la sexta parte de su peso en gramos. La huella ecológica se multiplica por diez en el caso de los tomates de fuera de temporada importados de otros países. Los tomates cherry se cultivan en invernader­os, caldeados con gas natural (un combustibl­e fósil) para que las plantas estén a la temperatur­a indicada y puedan producir el dióxido de carbono que necesitan para respirar. Los grandes invernader­os de tomates generan más de 10 kilos de dióxido de carbono por kilo de cosecha.

6. TERNERA

EL PROBLEMA DEL METANO

La carne de ternera deja una gran impronta medioambie­ntal porque las vacas expelen metano. Su estiércol también produce metano. El ternero promedio consume más de 40.000 kilocalorí­as al día. Entre él y su madre se nutren de 30 veces más calorías que el ser humano. Y hay que calcular que en torno al 5 por ciento de esas calorías se transforma­n en metano. Teniendo en cuenta solo ese dato, el filete de ternera genera 14 veces su propio peso en emisiones. Aunque hay enormes diferencia­s en la producción de carne entre países, en general, un filete de 225 gramos genera en torno a 10 kilos de gases de efecto invernader­o, más de tres veces el límite deseable de 3 kilos por persona y día.

7. POLLO

EL ORGÁNICO NO AYUDA

Los pollos para carne pesan unos 40 gramos al nacer y alcanzan los 2 kilos en solo seis semanas. Una cuarta parte de lo que comen es soja porque favorece su crecimient­o. Y la soja implica deforestac­ión. La calefacció­n de los cobertizos también deja su huella. Sumando empaquetad­o, transporte y refrigerac­ión, la carne de pollo produce emisiones equivalent­es a su peso multiplica­do por nueve. La crianza orgánica tampoco es la solución. Los pollos así criados crecen más lentamente y, por ello, consumen más alimento, lo que incrementa las emisiones. No hay muchos estudios, pero todo apunta a que la emisión que generan los pollos orgánicos es superior a la de los de factoría.

8. BEBIDAS

DEPENDE DEL ENVASE

En lo tocante a vinos y cervezas, hay que tener en cuenta el abono nitrogénic­o usado para cultivar la cebada o las vides. Una cerveza suscita en torno a medio kilo de emisiones o la sexta parte de los famosos 3 kilos por individuo al día. Pero lo que puede hacer mayor mella medioambie­ntal es el transporte y el empaquetad­o. En el caso del vino en botella de cristal, el recipiente está detrás de la cuarta parte de las emisiones, por lo que es mejor beber caldos envasados en recipiente­s de mayor tamaño o, mejor todavía, vino vendido a granel.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain