El verso suelto de Bodegas Robles,

Adalid del vino ecológico

to de caballeros no impide, explica el responsable de la empresa, “atraer poco a poco a muchos de esos agricultores” a su filosofía.

En torno al asunto orbitan, según Francisco Robles, demasiados términos. Para resolver cualquier duda opera el reglamento europeo que regula la producción ecológica. Un vino es ecológico cuando no recurre a los químicos ni en la tierra ni en la bodega, así de sencillo. Que efectivamente lo sea o no deben vigilarlo, en España, las comunidades autónomas. En el caso andaluz, con denominaciones de origen tan ilustres como las de Jerez y MontillaMoriles, esta misión corre a cargo de empresas privadas que inspeccionan aspectos muy variopintos en lo que constituye, según Robles, un ejercicio de exigencia muy superior al de las D.O.

Plantear una teoría está bien, pero un campo es un tablero complejo donde operan factores externos como la lluvia, la aridez del terreno y las plagas. Bodegas Robles ideó su estrategia tras años de colaboración con la Universidad de Córdoba en torno al concepto de las cubiertas vegetales. “Si junto a la vid siembro especies silvestres autóctonas que aporten al suelo fósforo, nitrógeno y potasio, ya no necesito el abono químico”, anticipa el gerente antes de entregarse al pasaje más poético.

Toda hierba nativa dicetiene una flor que aporta un color y un olor. Cuando la tierra florece, aparecen los insectos beneficiosos, aquellos que se encargan de pararle las patitas al asaltante. Además, el subsuelo se enmaraña en un sinfín de raíces y, cuando llueve, el agua corre hacia abajo porque no hay erosión.

“El concepto de plaga o enfermedad consiste en que un bicho entre en un sistema y se apodere de él: el Covid es un caso muy claro, igual que la invasión de Rusia. Con la cubierta vegetal generamos biodiversidad. Los insectos se depredan entre ellos, luego tengo un insecticida natural; y cuando las plantas que acompañan a la vid se secan, también tengo un abono orgánico. Este proyecto se hizo realidad en 2002, sin conocimiento ni herramientas de mercado. Ahí comprendes la importancia de la diversidad y de la colaboración a todos los niveles”.

Bodegas Robles acredita una capacidad de producción de un millón de kilos de uva al año, dispone de 1.400 barricas de roble americano para crianza y puede almacenar en sus instalaciones cuatro millones de litros. De los 1,4 millones facturados el año pasado, las exportaciones sólo representan el 15%. Este reparto de pesos tiene una explicación. “He trabajado para que sea nuestro mercado natural (es decir, España) el que acepte nuestros productos ecológicos por razones obvias de costes, logística e impacto medioambiental. Tenemos presencia en grandes empresas de distribución como El

Un vino es ecológico cuando no recurre a los químicos, ni en la tierra ni en la bodega. Que efectivamente lo sea o no deben vigilarlo, en España, las comunidades autónomas. Este proceso resulta primordial