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¿Qué fichas mueve España contra la sequía y la deforestación?
Aunque las iniciativas son todavía tímidas, el cambio climático y las presiones de Bruselas empujan poco a poco a Administraciones Públicas y empresas a tomar medidas.
Sería de lo más fantasioso pretender que cada país se ocupe aisladamente de sus problemas ante el cambio climático. Como ecosistema interconectado, el planeta necesita soluciones corales. China (9.899 millones de toneladas de CO2 en 2020), Estados
Unidos (4.457) y la UE (2.551) ocupan el dudoso podio de los mayores emisores, aunque abordan el fenómeno con diferentes filosofías. Sólo Alemania (605 millones de toneladas) figura entre las naciones europeas más contaminantes, según Statista.
Bruselas apuesta con claridad por la descarbonización y fija horizontes más o menos cercanos. Entre los fondos Next Generation hay jugosas partidas destinadas, por ejemplo, a modernizar el ciclo del agua. Ferran Bosch, senior business developer manager de
Xylem WS, recuerda los tres grandes retos de España en este flanco. “Cada vez hay menos agua disponible para un uso directo y cada vez es más difícil eliminar contaminantes como los antibióticos (el ibuprofeno entra en la depuradora y vuelve a salir igual de presente). Por otra parte, los presupuestos para mejorar las infraestructuras del agua son cada vez menores. Y, en tercer lugar, los impactos extremos (sequías e inundaciones) son más habituales”.
En marzo de este año el Gobierno aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) llamado a digitalizar el ciclo del agua. “Los sistemas son cada vez más viejos y están cada vez más sobrecargados. En las redes de agua potable perdemos entre un 20% y un 30% del caudal total. Lo que plantea el Gobierno es un mayor control de todo el uso desde el punto de vista agrícola (el
80,5% del agua utilizada en España se dedica al regadío), doméstico e industrial”, explica Bosch.
Para acometer esta transformación digital son necesarios miles de millones de datos.Y aquí surge otro desafío. “La brusquedad del clima en los últimos años rompe el promedio histórico y dificulta el pronóstico meteorológico”. Está prevista una enorme inversión para contadores de riego y un endurecimiento de los controles (vía contadores inteligentes con lectura remota) a los hogares. Las nuevas tarifas (en las que también influye el precio de la energía necesaria para depurar el agua) serán en el fondo más justas. Se sabrá quién defrauda y cuánto consume de verdad cada familia.
Sobrevuela una sospecha. ¿Se convertirá a este paso el agua en un bien de lujo? Bosch se moja: “Los costes para producir, depurar y distribuir subirán y lo harán también las tarifas. Las empresas del sector están perdiendo dinero y las Administraciones no ayudan. Muchas depuradoras usan turbinas de gas. Si el gas sube un 300%, lo más probable es que esas instalaciones paren. La gente debe asumir que el agua no vale lo mismo en unos sitios y otros. En Ibiza proviene mayoritariamente de las desaladoras. Eso vale el doble que el agua de un río o un pozo. En el norte de Europa, los precios del metro cúbico duplican los de aquí”.
Para ilustrar las penurias que atraviesa el monte, Diego Sanz, CEO de Reforestum, aporta contexto. España ocupa la vigésimo séptima posición en el Índice de Desempeño Medioambiental, indicador que incluye hasta 40 variables y a 180 países. “El PIB per cápita es bajo y no hay suficientes equipos, material y fondos para satisfacer las altísimas exigencias que supone cuidar los bosques. Además, la Oficina Española de Cambio Climático es pequeña y está desbordada. Cuando un ayuntamiento o una comunidad reciben de una empresa la solicitud de reforestar determinadas áreas, ven esa operación no como un avance sino como un gasto. Saben que no tendrán dinero para mantener esa masa forestal”.
El país, apunta Sanz, no es demasiado atractivo si la intención de una compañía es crear sumideros de carbono. El principal sumidero del planeta son los océanos a través de sus algas, grandes almacenes de CO2. Los árboles y hasta los animales también funcionan como repositorios. Sanz achaca esta inactividad al estándar nacional de certificaciones de carbono, más laxo que el internacional ICROA, y sugiere orquestar una campaña masiva que promueva la reforestación y el cuidado del bosque (¿recuerdan Todos Contra el Fuego?).
Reforestum tiene entre manos un proyecto llamado El Retorno de la Ardilla. En la escuela, hace varias décadas, no era extraño que un profesor de Geografía e Historia informase a la clase de que en tiempos de los romanos (o antes o después, nunca queda claro), una ardilla podía recorrer la Península Ibérica sin tocar el suelo. “La idea es unir España de norte a sur con corredores verdes. Pero es imposible sin incentivos”, lamenta Sanz. Entretanto, su empresa experimenta en el norte de Palencia la reforestación con 3.000 cedros, árboles blindados contra la sequía y el calor que almacenan mucho CO2 y crecen hasta 50 metros a muy buen ritmo.
Con un contexto adverso, que deja fuera de juego tradicionales valores refugio, conviene diseñar carteras conservadoras para capear el temporal.
A ningún entrenador se le puede exigir que juegue al ataque con el campo embarrado, un árbitro ruso en contra y un rival de la entidad del Inflación FC atacando sin piedad. Corren tiempos difíciles y, sí, el invierno se acerca: conviene profundizar en el conocimiento de tácticas defensivas. Convertirse en el famoso “inversor de perfil conservador” no supone ningún desdoro, sino, al contrario, una demostración de cordura. Que ya vendrán tiempos mejores.
Banca March, por ejemplo, lanzó a principios de agosto su Renta Fija 2025 Garantizado. En este caso, la clave es tirar de marca. “En un contexto tan convulso como el actual, la solvencia de nuestra entidad nos permite comercializar un fondo de inversión garantizado, con una rentabilidad alta, especialmente diseñado para aquellos perfiles más conservadores. Este producto es idóneo para quienes buscan soluciones que ofrezcan la seguridad que confiere el criterio de un equipo de reconocida trayectoria en la gestión de renta fija”, dice Javier Escribano, director general de March AM. Y, efectivamente, parece que los “perfiles conservadores” comienzan a multiplicarse: el primero de este mes se anunció la completa comercialización del fondo, que dispone de 12 ventanas de liquidez sin comisión de reembolso. Las suscripciones han sumado 55 millones de euros…
Pero adentrémonos en la cocina de esta (por lo visto, exitosa) nueva tendencia. Inés del Molino, directora de cuentas de Schroders, cree que, “aunque cada inversor tiene un perfil que se adapta a sus objetivos y necesidades personales, en términos generales, una cartera defensiva para capear este momento debe estar fuertemente diversificada por activos y regiones”. Ella aconseja un “porcentaje reducido” de renta variable, “ya que esperamos un empeoramiento de los beneficios corporativos. No obstante, en este escenario inflacionista vemos oportunidades en las empresas con poder de fijación de precios, es decir, aquellas que tienen la capacidad de repercutir los aumentos de costes sin comprometer la demanda”, especialmente propicios en sectores como la sanidad, “un área impulsada por la innovación”; o la tecnología, “sobre todo en el ámbito del software”, pero también “cada
vez más en la fabricación de semiconductores de vanguardia”. Por regiones, en Schroders son más optimistas con EEUU, “creemos que resistirá mejor el envite del miedo a una recesión”.
En parecidos términos ve el panorama en renta variable Don O’Neal, gestor de Capital Group: ser conservador no significa perderse buenas oportunidades… siempre que se mida bien el riesgo. “Todas las compañías han caído, pero eso no significa que todas ellas sean malas inversiones”. Lo ilustra con un ejemplo muy concreto:
“En el mercado bajista del año 2000, Amazon y Pets.com registraron caídas superiores al 80%. Pets.com acabó convirtiéndose en un ejemplo de euforia irracional, porque la compañía desapareció, mientras que Amazon acabó convirtiéndose en... Amazon”. Dicho lo cual, considera que “es el momento de hacer borrón y cuenta nueva, centrarse en los fundamentales y concentrar la cartera de inversión. De desechar sin miramientos a aquellas compañías que nos generen dudas e invertir únicamente en nuestras mayores convicciones. De separar el grano de la paja. Podría tratarse de compañías de crecimiento de los sectores de semiconductores, servicios en la nube o búsquedas, por ejemplo. Pero también podríamos estar hablando de empresas más orientadas hacia el valor, como las compañías de los sectores de defensa, seguros o energía.
En renta fija, Del Molino sugiere adoptar “una postura diversificada en conjunto a medida que los tipos se estabilizan en el extremo largo de la curva, por ejemplo, con posiciones en deuda soberana de mercados emergentes denominada en dólares estadounidenses”. Además, pide “prudencia con las posiciones en deuda corporativa o crédito, ante los riesgos de estanflación”. Respecto a las materias primas, tras “una perspectiva positiva en el primer semestre del año, ahora tenemos una más neutral, ya que las restricciones en la oferta se ven compensadas por la debilidad de la demanda”, y destacan un clásico: “El oro tiende a ofrecer buenos resultados conforme se ciernen nubarrones de recesión”.
Advierte, en cambio, Del Molina de la ineficacia sobrevenida de ciertos valores refugio tradicionales, porque “hemos entrado en un nuevo régimen en los mercados financieros que no se parece a nada de los últimos 20 o incluso 30 años”. Por ejemplo, aunque acepta que la idea de que “el dinero en efectivo es el rey del refugio es a menudo válida, actualmente el rendimiento del efectivo después de la inflación es extremadamente negativo”.Tampoco la deuda pública es tan atractiva como en el pasado, “sobre todo porque las economías están muy endeudadas, los rendimientos siguen estando cerca de los mínimos históricos y la inflación podría ser estructuralmente más alta”.Y respecto a las criptodivisas, “que bien puede haber atraído capital que estaba invertido en oro en los últimos trimestres”, recuerda que “están bajo una creciente presión regulatoria”.
Almudena Mendaza Sanz, jefa de ventas para Iberia en Generali Investments, ve el lado positivo de estos tiempos complicados.“Nuestra recomendación es mantener carteras diversificadas y ajustadas al perfil de riesgo de cada inversor para que se pueda beneficiar de un potencial rebote de los mercados. Creemos que pueden existir oportunidades interesantes tanto en renta variable, con valoraciones que comienzan a ser muy atractivas en EEUU y Europa, como en renta fija, donde los rendimientos de los bonos están alcanzando niveles cercanos a los máximos de la última década”. Aunque también consideran útil “mantener cierto porcentaje en liquidez para aprovechar mejores momentos de entrada”.
Mendaza, en cualquier caso, matiza que “lo más importante para aquellos ahorradores que están ya invertidos es reafirmarse en el horizonte temporal de sus inversiones y, si es necesario, replantearse si el perfil de riesgo de sus carteras está ajustado a su nivel real de aversión al riesgo. Esto y las necesidades de liquidez que vayan a tener para los próximos meses es la clave para poder tomar decisiones adecuadas de inversión”. A partir de ahí, en Generali creen que “mantenerse invertido en el largo plazo esperando la mejora de los mercados es la mejor decisión. Resulta muy difícil acertar con los momentos de entrada y salida sin perder rentabilidad en el camino”.
Del Molino tira de antecedentes para explicar ese aspecto fundamental de la inversión.“A menudo somos demasiado emocionales en las decisiones: cuando los mercados caen, demasiados inversores entran en pánico y venden; cuando las acciones han tenido una buena racha, demasiados se lanzan a comprar. A lo largo de las últimas tres décadas, se han necesitado nervios de acero, con algunos desplomes bursátiles monumentales, como el lunes negro de 1987, el estallido de la burbuja de las puntocom en el cambio de milenio y la crisis financiera de 2008, por citar sólo tres”. La ironía, concluye Del Molino,“es que, históricamente, gran parte de los mejores momentos de la bolsa tienden a aparecer después de algunos de los peores días. Es importante tener un plan sobre el tiempo que se piensa mantener invertido, y que ese plan coincida con los objetivos que se pretenden alcanzar, ya sea dinero para la jubilación o para la educación universitaria de los hijos. Después, sólo hay que ceñirse a él”.
En esa línea, Mendaza nos invita a mirar una posible luz al final del túnel. “Una de nuestras nueve gestoras, Aperture Investors, considera que los mercados están sobrevendidos salvo que el escenario al que nos enfrentemos sea el de una recesión profunda. En nuestra opinión, pese a que la economía se está ralentizando, no consideramos que se vaya a alcanzar ese tipo de recesión, especialmente en EEUU, por lo que en cuanto los mercados valoren que quizás la situación no es tan grave podemos comenzar a ver una recuperación en todos los activos. Es posible que para ello debamos dejar pasar los primeros meses del último cuatrimestre del año”.
Si no se equivoca, será el momento de emprender aventuras más emocionantes. De momento, a defender el resultado hasta que escampe.
“En este escenario inflacionista vemos oportunidades en las empresas con poder de fijación de precios, es decir, aquellas que tienen capacidad para repercutir en los costes sin comprometer la demanda”