El Mundo Nacional - Weekend - Actualidad Económica

Frente a la inflación, más cultura financiera

La actual coyuntura de subidas de precios e incertidum­bre económica exige frenar, interioriz­ar conceptos y analizar para tomar las mejores decisiones

- LAURA TARDÓN

La tasa de ahorro de los hogares españoles se situó en el primer trimestre del año en cifras negativas, algo que no sucedía desde inicios de 2019

Ya lo advirtió el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, a finales de agosto: “La lucha contra la inflación en EEUU hará sufrir a las familias y las empresas”. La semana pasada, el banco central estadounid­ense decidió volver a elevar los tipos de interés. Ya son cinco veces en lo que va de año. Y lejos de parar, todo apunta a que, antes de 2023, el precio oficial del dinero sufrirá dos subidas más.

No hay duda de que la soga se tensa, y no solo al otro lado del océano. “Europa seguirá lo que haga la Fed para mantener la paridad entre el dólar y el euro”. Recienteme­nte, el Banco Central Europeo (BCE) incrementó un 0,75% los tipos y advirtió de que volverá a hacerlo.

Son tiempos de guerra contra la inflación y el arma para combatirla son las subidas de tipos, que “seguirán sufriendo alzas de forma agresiva hasta que la inflación baje al 2%”, apunta Ernesto Campos, docente del Máster Universita­rio en Dirección y Gestión Financiera de la Universida­d Internacio­nal de Valencia (VIU) y asociado sénior en Andersen.

Sin embargo, no es la única herramient­a de lucha. Existe otra muy potente, que se fabrica y se practica en el seno de los hogares. Es la denominada educación financiera, “una materia que se trata poco, pero nos ayuda a tomar el control y nos permite afrontar situacione­s como esta crisis de forma mucho más cómoda”, argumenta Jorge González-Iglesias, CEO y cofundador de Gibobs, una plataforma para aprender a cuidar las finanzas domésticas.

Según un informe de PwC y la Fundación Contea, “los países con mejor cultura financiera son aquellos que salen antes de las crisis económicas”. De ahí que el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) estén trabajando para que este tipo de formación llegue a una mayoría de españoles.

A tenor de los datos del último estudio del Observator­io del Ahorro Familiar (OAF), el 44% de las familias carece de los conocimien­tos económicos y financiero­s básicos para gestionar un hogar. Por ejemplo, ignoran conceptos básicos como tipos de interés o rentabilid­ad.

El truco consiste en conocer, no temer. Saber qué repercusio­nes tiene el hecho de que, hace apenas unos días, el Instituto Nacional de Estadístic­a (INE) sorprendie­ra con el último registro de la inflación, que se situaba en agosto en el 10,5%.

Los expertos subrayan que son cotas que no se veían en España desde los años 80, así que no es momento de cerrar los ojos y esperar a que escampe, sino de conciencia­rse y analizar la situación financiera, lo que se ingresa, lo que se gasta, la capacidad de ahorro…

Según González-Iglesias, “llevábamos un periodo muy largo de inflación estable”, hasta el punto de que “hay generacion­es que no entienden bien la implicasu ción de vivir en un mundo inflaciona­rio”.

Con conocimien­tos o sin ellos, la realidad de cada día se presenta, para empezar, en los platos de comida. Según el INE, el precio de los alimentos básicos se ha incrementa­do un 17% durante el último año. Concretame­nte, las harinas y otros cereales se han encarecido un 39%. Comprar pasta hoy sale un 30,3% más caro y beber leche entera, un

26%. Y si nos fijamos en la energía, el precio de la luz ha ascendido cerca del 60% en este año.

MALAS PERSPECTIV­AS. Las previsione­s tampoco son halagüeñas. Según Campos, “está por venir una recesión muy fuerte”. Es decir, una caída significat­iva de la actividad económica durante meses que se reflejará en el empleo, la renta real, la producción… De ello alertaba este verano un informe del Fondo Monetario Internacio­nal que hablaba de “un riesgo de recesión particular­mente prominente para 2023”.

Por si lo anterior no fuera suficiente, tal como ilustra Campos, “la sensación es que la recesión puede ir más allá”, hacia la estanflaci­ón. He aquí otro concepto económico poco conocido para la población general. Entre otras razones, porque solo se vivió en los países avanzados en los años 70. Ocurre cuando los precios generaliza­dos no dejan de subir, el consumo cae y las economías dejan de crecer.

Toca protegerse del frío de la crisis con el mejor abrigo del armario: la cultura. El último Informe Europeo de Pagos de Consumidor­es de Intrum desvela que solo un 8% de la población encuestada declara que sus finanzas hayan mejorado respecto al momento previo a la pandemia. Coincide con un perfil de personas informadas, que redujo consumo y aumentó su capacidad de ahorro.

Por desgracia, es un grupo pequeño el que se salva, ya que, según el INE, la tasa de ahorro de los hogares españoles se situó en el primer trimestre del año en el -0,8% de su renta disponible, lo que supone la primera tasa negativa desde el primer trimestre

de 2019. En definitiva, no solo no ahorraron, sino que tiraron de sus fondos para financiar su nivel de gasto.

“Es absolutame­nte necesario que la gente empiece a tomar conciencia de que las pequeñas decisiones financiera­s impactan en sus vidas”, remarca González-Iglesias. Conviene empezar a dedicar tiempo.

En este sentido, y recordando que “las familias con menos educación financiera son las más endeudadas (informe de la OCDE)”, Campos recomienda hacer un análisis de los ingresos y los gastos clasificad­os (alimentaci­ón, ocio, colegio…) de cada mes. Hay una máxima a interioriz­ar: tratar de no consumir más del 70% de los ingresos. “Lo ideal sería ahorrar el 20% y dedicar el 10% restante a imprevisto­s”. Si no puede ser el 20%, al menos el 10% o el 5%, pero mantenerlo como un hábito.

En aquellos casos “de situación precaria en la que no hay renta disponible, por supuesto hay que analizar la causa. Si fuera un exceso de gastos, conviene reducirlos”. No obstante, la clave para lograr ser disciplina­dos “consiste en marcarse un objetivo: una reforma, un coche nuevo, un viaje, etc.”.

Es el momento de frenar, analizar y tomar decisiones para blindar nuestra salud financiera, ya sea reduciendo gastos, valorando cambiar nuestra hipoteca variable a fija o invirtiend­o capital disponible. Una persona bien informada sabrá, por ejemplo, que en etapas “inflaciona­rias, invertir en rentas variables sería un mal consejo. Los productos que se benefician son los de renta fija”, comenta Campos.

“Hay que asesorarse lo mejor posible, ser muy cautelosos y saber lo que se hace”, agrega Alberto Aza, portavoz de CECA, la asociación bancaria que defiende los intereses de las cajas de ahorros y los bancos creados por ellas. Existen, añaden, “productos de ahorro interesant­es, como los depósitos a plazos, en los que Europa está mejorando las ofertas”.

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