El Mundo Nacional - Weekend - Actualidad Económica
Momento ideal para aprender a invertir
Conseguir rentabilidades atractivas en una coyuntura inflacionista exige pensar en el largo plazo y apostar por una cartera lo más diversificada posible
l escenario macroeconómico presenta muchos interrogantes para el inversor. Ya lo hizo la pandemia con el rosario de efectos que aún persisten, como el bloqueo de las cadenas de suministro.
A ello se ha sumado, desde hace unos meses, la incertidumbre geopolítica de la guerra en Ucrania y el estancamiento de la economía
Emundial con una inflación disparada y tipos de interés al alza. Ante este mapa de gran volatilidad se ha abierto un mar de preguntas sobre en qué y cómo invertir.
Es cierto que no hay fórmulas mágicas y los refugios tradicionales no dan las alegrías de épocas anteriores. Sin embargo, Pedro del Pozo, director de Inversiones Financieras de Mutualidad de la Abogacía, asegura que “los mejores momentos para invertir son los más complicados, como este”. Toca buscar en otros lugares... Pero, ¿cómo?
Este experto subraya la necesidad de “conocer el perfil de cada uno como inversor, de saber qué ahorros se tiene y cuánto se está dispuesto a perder”. Esto apunta en la misma línea que lo argumentado por Ignasi Viladesau, director de Inversiones en MyInvestor, quien considera que “nunca se debe perder de vista el objetivo, porque ello determina el plazo de la inversión”. Por ejemplo, dice, “no tiene mucho sentido ir mirando cada día el valor de una cartera cuyo objetivo es a medio o largo plazo”. La paradoja que se produce en algunas ocasiones es que “cuanta más información tenemos de sus precios diarios, peores decisiones tomamos”.
Según coinciden los expertos consultados, la visión cortoplacista supone el principal error de los inversores. Y esta estrategia lleva a que, en momentos de crisis, se registren pérdidas a causa de vender “en los momentos de recorte, incumpliendo el principio de la inversión a largo plazo, y con un horizonte que, como regla general, no debería estar por debajo de los tres años”, explica Esther Marín, directora de Gestión de Activos de Gestifonsa Grupo Caminos.
Ahora bien, ¿en qué invertir? El consejo es hacerlo en una cartera diversificada en activos, regiones y divisas, “con un perfil de riesgo ajustado al suyo y que le permita prepararse lo mejor posible ante un futuro imprevisible”, arguye Marín. En el momento actual, la lucha contra la inflación ha revertido el panorama para los gestores de renta fija, que arrastra años de atasco y que actualmente empieza a ofrecer rentabilidades que retrotraen a hace más de diez años.
Todo ello, en un contexto en el que se espera que el tipo de depósito del Banco Central Europeo llegue al 3%, cerca de los máximos de los últimos 20 años. Según Del Pozo, “es un activo que puede crecer a pasos agigantados en cualquiera de sus variantes: deuda pública, crédito que sea de calidad...”. Por el contrario, se muestra más escéptico con la renta variable: “Puede que quien compre Nasdaq a tres o cinco años gane dinero, pero su momento no llegará hasta que bajen los tipos de interés”.
Este experto también considera que, hoy, las mejores oportunidades de inversión se dan en categorías vinculadas a la tecnología, la salud y las energías renovables. Pero en este último caso, matiza, la gran dependencia energética de Europa y la volatilidad a corto plazo hacen que no sea una inversión inmediata.
COMPRENSIÓN. Con las miras puestas en los inversores más noveles, los expertos recomiendan acudir a vehículos de fácil comprensión y buenos resultados. Entre ellos,Viladesau indica que los más eficientes desde el punto de vista fiscal son los planes de pensiones (por ley, solo se pueden invertir 1.500 euros al año, aunque el Gobierno pretende ampliar este tope) y los fondos de inversión, ya que “permiten traspasar el dinero de un fondo a otro sin tributar”. Su fiscalidad, añade, “es más eficiente que la de los ETF o acciones, porque cada vez que vendes tienes que tributar”.
Marín añade otros vehículos como los bonos
Planes de pensiones y renta fija son las opciones más atractivas, mientras que criptodivisas o productos como los CFD, las que tienen más riesgos
y las obligaciones de gobiernos. También advierte de la dificultad y exigencia de conocimientos financieros que implican productos como activos ilíquidos o contratos por diferencia (CFD), asociados a un riesgo elevado de perder dinero rápidamente por al apalancamiento.
Por su lado, Del Pozo se refiere al “elevadísimo riesgo” de las criptodivisas, excepto para perfiles agresivos: “Tras una divisa normal hay un banco central. Aquí, solo algoritmos y la confianza que se deposite en ellas”.