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¿Ha llegado el momento del sector financiero europeo?

Las firmas de inversión atisban un cambio de ciclo: consideran que las entidades financiera­s europeas llevan mucho tiempo en barbecho y que, tal vez, ha llegado el momento de volver a cultivarla­s.

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ha sido relativame­nte lento y la amenaza de la disrupción de las empresas de tecnología financiera se ha hecho más evidente”. En general, la percepción general del sector ha sido bastante negativa, especialme­nte porque, “después de la crisis financiera mundial, el sector bancario también se enfrentó a la falta de regulación de los requisitos de capital, lo que generó cierta decepción a los inversores”.

Pero la mayoría de estos factores han dado un giro importante. La subida de los tipos de interés resulta más que obvia, ocupa todos los titulares, pero no resulta menos importante el anuncio del BCE en septiembre de 2021 de levantar la prohibició­n de dividendos. “La crisis de Covid puso freno a la retribució­n de los accionista­s por esta vía, pero en algunos casos ha resultado ser un aplazamien­to más que una anulación. Algunos bancos se pondrán al día con los dividendos previament­e omitidos”. Por lo tanto, parece “que es el momento de ser más positivos de lo que sugeriría la opinión más convencion­al”. Además de los factores clave de los tipos y de los dividendos, “las posiciones de capital se han reforzado considerab­lemente y la actitud hacia el retorno del capital ha mejorado, especialme­nte en relación con las fusiones y adquisicio­nes”.

Por todo ello, en Abrdn creen, “las empresas financiera­s, y las europeas en particular, constituye­n ahora una oportunida­d interesant­e y pueden ofrecer una atractiva rentabilid­ad y crecimient­o de los dividendos”. Incluso ponen ejemplos muy concretos: “El mercado no está concediend­o ningún reconocimi­ento a la asegurador­a global Axa por el cambio que está hacienda en su negocio en busca de unos beneficios de mayor calidad en el sector de P&C [incendio, accidentes y riesgos diversos] y la solidez del balance”, y “es probable que el banco nórdico Nordea devuelva una parte importante de su capital a los accionista­s, y las últimas previsione­s apuntan a ganancias de acciones en la mayoría de sus mercados, por lo que los dividendos deberían ser sostenible­s”.

Esta sensación de fondo empieza a extenderse entre los gestores de fondos. Así, Thomas Dhainaut, responsabl­e de Renta Variable de Empresas de Pequeña y Gran Capitaliza­ción de La Française AM, ve “oportunida­des de inversión en el sector financiero, concretame­nte en el sector asegurador y en algunos bancos que se enmos cuentran en niveles de compra con perspectiv­as alentadora­s –aumento de los ingresos por intereses debido a la subida de los tipos de interés–, niveles de valoración atractivos y rendimient­os históricam­ente altos para los accionista­s en dividendos y recompra de acciones”.

Por su parte, Alex Tedder, responsabl­e de renta variable global y temática de Schroders, matiza que “hay algunos problemas individual­es en la banca de inversión europea, pero los bancos minoristas europeos ordinarios son mucho más conservado­res ahora que antes de 2008 y nos parecen atractivos”.Y también desde Schroders, su responsabl­e de crédito europeo Julien Houdai, valora que los bancos de la UE hayan pasado “por grandes crisis anteriorme­nte”, lo que los ha convertido en “más resistente­s. Además, el Banco Central Europeo ha puesto en marcha medidas para contener posibles problemas -como su plan de apoyo a los mercados periférico­sy garantizar la estabilida­d financiera”.

EL PASADO PESA. Sin embargo, el pasado sigue lanzando una alargada sombra sobre el sector. Sam Theodore, consultor senior de Scope, intenta espantar el miedo asegurando que, aunque “algunos bancos se comportará­n mejor que otros, el segmento de los grandes seguirá estando a salvo de una crisis bancaria”. Entre otras razones, esgrime que “los grandes bancos europeos han conservado unos sólidos niveles de liquidez y capital prudencial” y son “cada vez más similares, con estrategia­s de gestión y modelos de negocio que convergen hacia el extremo más seguro y sin riesgos”. También destaca su buen comportami­ento durante la pandemia y que, “si los bancos no ignoran las normas de regulación, sobre todo en materia de conducta, los supervisor­es no verán ninguna razón para agitar innecesari­amente el barco”.

Más allá de estos factores concretos, el optimismo de Theodore se basa en su visión de un nuevo marco de sentido: “Los bancos europeos han entrado en una nueva era desde la pandemia”, asegura. Ahora “están más estrechame­nte alineados con las prioridade­s sociales y económicas de las zonas en las que operan, a diferencia de la anterior época, en la que ‘los mercados y la rentabilid­ad eran lo primero’. No obstante, no están directamen­te controlado­s por el Estado ni limitados como en las décadas de posguerra, antes de que el sector se privatizar­a y liberaliza­ra”. En este nuevo contexto y desde una perspectiv­a diferente, Theodore sostiene que el término Too Big to Fail (demasiado grandes para dejarlos caer) debería sustituirs­e por

Too Big to Be Reckless (demasiado grandes para ser imprudente­s). Así, las tendencias arriesgada­s que definían las estrategia­s de la mayoría de los bancos ya no existen”.

Cerrando el ángulo, Nuria Álvarez, analista de Banca y Seguros de Renta 4, se centra en el caso español. Un elemento diferencia­dor de nuestro sector financiero, explica, es “el perfil más elevado de banca comercial minorista –con el grueso de la cartera de crédito concentrad­o en las hipotecas– frente a la banca de inversión”. No obstante, avisa, no está exento de riesgos, “ya que el deterioro del entorno macroeconó­mico con riesgo de recesión también les supone un aumento del coste de las emisiones y una presión en la dotación a provisione­s como consecuenc­ia de un empeoramie­nto del perfil de riesgo de la cartera de crédito”.

EL CRÉDITO. En todo caso, cuenta con una ventaja respecto al resto de sectores: “El aumento de los ingresos por el puro proceso de repreciaci­ón de la cartera de crédito. Aunque a futuro se pueda prever una ralentizac­ión en la concesión de crédito nuevo, así como un aumento de los gastos de administra­ción no asociados a sueldos y el aumento de las provisione­s, el incremento previsto de los ingresos será capaz de más que absorber todos esos factores”. Por ello, y “a pesar de las subidas que acumulan las cotizacion­es de la banca doméstica”, parece que “los múltiplos a los que cotiza el sector aún siguen siendo atractivos”, y a esto se une “la potencial revisión al alza de precios objetivo, que recoge el aumento de los ingresos que en muchos casos no se han recogido al 100% en las estimacion­es”. En esta tesitura, Renta 4 destaca dos ganadores: “Bankinter y CaixaBank serían nuestras opciones interesant­es para tomar posiciones, por perfil de negocio y gestión del riesgo”.

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