BUSCANDO REFUGIO
LA FIRMA DANESA VIPP, TRAS 75 AÑOS DE PAPELERAS, AMPLIA SU CATÁLOGO CON UN PRODUCTO SORPRENDENTE: UNA CABAÑA DE DISEÑO PRÊT-À-PORTER CON SU SELLO FUNCIONAL Y ESTETA.
D iseñaron una papelera para casa. Ahora han diseñado una casa a juego para la papelera. No es una exageración. La firma danesa Vipp comenzó su andadura en 1939 cuando el metalista Holger Nielsen fabricó para su mujer un cubo de acero lacado con una tapa que se abría pisando un pedal. Desde entonces ha llovido mucho, y la empresa, ahora en manos de su hija Jette y los nietos del fundador, Kasper y Sofie, ha pasado de producir un único ítem (icónico, eso sí, del que han producido más de un millón de unidades) a desarrollar en el siglo XXI todo tipo de menaje para casa, desde pimenteros a vajillas, siempre con el sello de funcionalidad y buen diseño, bajo la dirección creativa de Morten Bo Jensen. Ahora dan un paso más allá y pasan del pequeño accesorio a la gran escala: una cabaña de vacaciones, una construcción contundente de metal de 55 m2 que, a diferencia de otras en el mercado, entregan llaves en mano. “Ya hay muchísima buena arquitectura, así que pensamos algo diferente, un objeto concebido hasta el último detalle con nuestro conocimiento de los materiales y el mismo lenguaje estético. Las raíces de la empresa son las de la fabricación industrial, así que quisimos hacer, más que una construcción, un producto a gran escala. Lo único que tiene que decidir el propietario es dónde ubicarlo”, explica Jensen. Para amueblarla recurrieron a piezas ya existentes en su catálogo como las estanterías Vipp922, el dispensador de jabón Vipp9, sus toallas de algodón ecológico o la misma cocina, otro diseño monolítico y espectacular de Jensen que lan- >
zaron hace un par de años. Y no dudaron en hacer a medida aquellos de los que carecían, como la daybed de cuero, que hace las veces de sofá y cama extra, la chimenea o las lámparas. El piso de abajo acapara la mayoría de los metros. En él comparten espacio el salón-cocina-comedor y un generoso baño. Arriba, accesible por medio de una escalera de mano interior, un dormitorio con techo de cristal para ver las estrellas forrado de fieltro gris, al igual que todas las paredes del refugio, para hacerlo cocoon. Todo es básico pero confortable, espartano pero elegante a la manera informal nórdica. No hay ninguna nota discordante. Negros, grises, blancos, hierro, acero y madera. El prototipo, formado por cuatro módulos, se instaló en solo un par de días una vez preparado el terreno junto a un lago y en medio de los bosques suecos. Allí pueden visitarlo los compradores interesados para testar sus bondades. El precio no es módico: 485.000€, y hay que esperar seis meses para que lo sirvan rematado hasta el último detalle desde su fábrica de Frederiksvaerk. Con el paquete llega el equipo Vipp para proceder al montaje. Ningún cabo suelto. La única duda que queda al propietario es el dónde. www.vipp.com
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