MUY APARENTE
JOSEP VILA DECIDIÓ UN BUEN DÍA AUTOPRODUCIR LOS DISEÑOS QUE FIRMABA BAJO EL NOMBRE DE APARENTMENT. CON UNA IMAGEN LIMPIA Y CUIDADA Y DECIDIDA VOCACIÓN INTERNACIONAL, MARBLELOUS ES SU COLECCIÓN DE PUESTA DE LARGO.
S i algo he aprendido en estos años es que el diseño es como una planta. Pones una semilla y hay que cuidarla mucho para ver cómo crece muy lentamente, si lo hace. Son tiempos muy largos”. El diseñador industrial Josep Vila (Tarrasa, 1976) habla con conocimiento de causa. Tras graduarse en 1999 en Elisava de Barcelona, trabajó durante más de una década para ajenos hasta que decidió transitar por el camino de rosas y espinas de la autoproducción. “Aunque mi marca Aparentment nació hace diez años, la transformé hace tres en editora harto de llamar a puertas y ver cómo no se llegaban a producir las cosas”, cuenta en su casa-estudio de Tarrasa. Confiesa que hubo varios momentos en los que le invadió el desencanto. Empezó haciendo sillas de oficina (“Buscando soluciones económicas pero cero formales. Era poner parches”), consiguió editar un par de piezas con Cha Chá (“Una lámpara con patitas y una pastilla de jabón con forma de cerebro, ya descatalogadas”), realizó una serie de mesas para una firma catalana de ebanistería a la que se tragó la crisis (“Desproporcionado el trabajo que supuso con lo que saqué en limpio de ello”) y llevó a cabo todo tipo de encargos nutricios como packaging de cosméticos o stands feriales. No contento con ello, lo alternaba con la enseñanza, el diseño gráfico y la fotografía, disciplinas aprendidas de forma autodidacta. “Soy demasiado curioso. Me lancé a maquetar un fanzine sin tener ni idea, los primeros números fueron un desastre –se ríe–. Empecé a hacer fotos también para ellos y, por necesidad, aprendí de forma más profesional para mis propios productos”. Este proceso de aprendizaje prueba-error sin embargo fue