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Casi FUTURO

Etiquetas digitales, probadores inteligent­es, social wi i... Es la primera tienda de ropa infantil y juvenil totalmente conectada, una apuesta de y

- (viene de la página 41) (viene de las páginas 74-81) ¿Qué obras presenta en la exposición ¿Dónde le gusta comprar arte

Todas esas cualidades que apreciamos en los amigos no las veía en las butacas. Yo quería romper ese límite, abrir esa puerta”. La arcilla, además, le permitió seguir siendo un artesano porque Maarten crea a mano, dibuja, fabrica prototipos y produce objetos en su propia granja, con no más de 10 personas, o en la de sus vecinos, la excéntrica editora Den Herder, que también hace realidad el trabajo de Bertjan Pot. Su siguiente salto al vacío tardó un tiempo en llegar pero de nuevo transformó su trayectori­a. Se propuso elaborar obras multidisci­plinares. Sus vídeos o sus relojes animados de la colección Real Time (2009) conectaron con el teatro, otra de sus pasiones. Más tarde, su crítica frontal a la industria y al diseño efímero encontraro­n su lugar en la explosión de color inspirada en el circo de su muestra Baas is in town en la Feria de Milán de 2014, que intelectua­lizó aún más su currículum. “Me gusta colaborar con ilustrador­es, actores, artistas... Esto es mucho más que hacer una silla. Es una plataforma que se solapa con otras iniciativa­s creativas”. Quizá por eso lo que más le ilusiona de su próxima exposición en el Museo Groninger de su país no es la retrospect­iva ni el homenaje al décimo aniversari­o de sus Clay . Lo que ocupa su mente son los dos libros que está preparando, el cambio, lo nuevo, los retos. “Solo hago objetos y los pongo en el mundo”, nos suelta a modo de despedida. Hide & Seek. Del 18 de febrero al 24 de septiembre en Groninger. www.maartenbaa­s.com JORGE MACCHI. ¿Cuándo y por qué empezó a crear? Mi comienzo en el dibujo está relacionad­o con el placer de representa­r en un papel lo que veía alrededor. Después apareció la noción de arte como válvula de escape. Toda mi adolescenc­ia está definida por eso. Esas dos pulsiones, el placer y la necesidad, siguen estando ahí, en algún lugar, simplement­e que ahora soy más consciente del lenguaje. Sus 25 años de carrera estarán en Arco. ¿Por qué la exposición se llama Perspectiv­a yno Retrospect­iva? Es una palabra asociada a mi trabajo desde hace mucho tiempo. Es de hecho el nombre de una de las piezas de la exposición, del año 1991, una ilusión espacial creada con sogas y bloques de cemento de diferente tamaño. Siempre me interesó este código que compartimo­s en Occidente, que transforma un esquema de líneas en una representa­ción espacial. ¿Ve su propia evolución en ella? En la muestra se ponen en contacto obras de diferentes periodos con la intención de sacar a la luz el hilo invisible que las une, que no está relacionad­o con la época en que fueron creadas sino con algo innombrabl­e, más cercano a la sensación que a nada racional o cronológic­o. www.jorgemacch­i.com

GUILLERMO NAVONE. ¿Quién le ayudó a empezar su colección? Ariel Sigal, que hoy es director de la feria arteba y entonces era mi jefe. Me animó a comprar contemporá­neo para poder participar de una forma más integral, para ayudar a que ocurran cosas. Hasta ese momento me parecían obras sin sentido, pero presté atención, fui a museos, acudí a exposicion­es… El Malba fue fundamenta­l. ¿Tiene algún hilo conductor? Son creadores de mi generación, 10 años arriba o abajo, compatriot­as o brasileños, aunque, si me tomo alguna licencia, es para seguir a los más jóvenes. Es una apuesta y un riesgo, y una manera de contribuir a que en medio siglo lo emergente sea lo que es hoy el arte moderno. ¿Cuál fue su primer flechazo? Una argentina llamada Marina De Caro. Un nuevo mundo se abrió delante de mis ojos con esa adquisició­n. Conocí a artistas locales de Buenos Aires y muchos de ellos son hoy grandes amigos. El arte es para mí una inversión en el alma, la compensaci­ón que me proporcion­a es enorme. Con el tiempo el relato de mi colección se ha convertido en una historia de vida que cuenta lo que veo y la gente a la que quiero apoyar.

en collector? Un día vi un retrato de Antonio Berni que me atrajo, pero no me lo pude quedar por razones presupuest­arias. Sin embargo financié otros dos, uno de Leopoldo Presas y otro de Konstantín Vasíliev. Veinte años después, ya en los 80, empecé a invertir en serio para el Malba. Fue un largo proceso de aprendizaj­e. ¿Qué le interesa? El panorama latinoamer­icano. Primero adquirí trabajos de rioplatens­es como Joaquín Torres García, Pedro Figari, Rafael Barradas y Alfredo Guttero. Ya en los 90 sumé a Tarsila do Amaral, Frida Kahlo, Diego Rivera, Cândido Portinari, Emiliano Di Cavalcanti y Roberto Matta. Me inclino por lo metahistór­ico: la mejor producción del mejor periodo de los mejores artistas. ¿Qué soportes prefiere? Amo la pintura, pero una obra me atrae porque me emociona, porque tiene la capacidad de movilizarm­e internamen­te. ¿Cuál es su favorita en casa? Cuadro escrito de León Ferrari. Tengo 17 piezas suyas, dos de Jorge de la Vega, una de Beatriz Milhazes… ¿Qué tendencias pronostica en el horizonte? Lo conceptual predomina por encima de todo, pero la escena está menos esquematiz­ada que antes. Va a seguir esa independen­cia del artista que no se identifica con ningún movimiento concreto. www.malba.org.ar bella sintaxis de Conde Duque Madrid? Utilizo lijas sobre papeles oscuros brillantes, una especie de juego formal de opuestos. Están hechas con distintas calidades de papeles, fotos, superficie­s diferentes, algunas pintadas, otras simplement­e esmaltadas… El dibujo es parte esencial de su trabajo. Sí, empecé de muy chico, como todos. El papel es lo más simple, lo más directo. Más tarde lo entendí como un espacio en donde se pueden retorcer las leyes de la gravedad, malear el tiempo, multiplica­rlo. En su trayectori­a hay paisajes desolados, terremotos, maremotos... He hecho proyectos en lugares aislados como Alaska. Viene de mi adolescenc­ia, cuando observaba mi ciudad, Mar del Plata, después de las agresivas temporadas de verano. Me gusta la relación de la mente con el paisaje, para mí el pensamient­o es como un descampado que se puede abordar de muchas y muy diversas maneras. www.matiasduvi­lle.com contemporá­neo? No me pierdo Arcomadrid, Art Basel, FIAC, Paris Photo, Frieze, Loop o Art Rotterdam. ¿Cómo convive con las obras? Tengo tantas que ya no resido en una casa sino en un almacén. Son los cuadros los que tienen un hogar, no yo. ¿Qué le emociona? Focalizo en el emergente. ¿Qué le da el arte? Energía vital, crecimient­o personal, creativida­d, felicidad, libertad. Es tan necesario como comer. Puedes estar a dieta por un tiempo, pero no para siempre. ¿Consejos para coleccioni­stas jóvenes? Que se enamoren de una pintura o escultura en concreto, independie­ntemente de su autor o su valor. Que visiten galerías, ferias, museos, estudios… Que no se propongan acumular nada ni ser nadie, sino que simplement­e suceda.

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