VIVIR CON ARTE, en el corazón de Madrid
EL CENTRO DE MADRID HA SIDO TERRITORIO, REFUGIO E INSPIRACIÓN DE ARTISTAS. PARA QUIENES VIVEN AQUÍ, ¿POR QUÉ NO LLEVAR EL ARTE HASTA LOS HOGARES? ITALINMUEBLES NOS TRAE UN PROYECTO ÚNICO, NO SÓLO POR LA ENTIDAD HISTÓRICA DEL INMUEBLE, SINO PORQUE EN ÉL SE
Entras a Montalbán 11 (un edificio ya centenario) y te recibe un mural de Couleur Additive à double Fréquence que se modifica con los cambios de la luz ambiente y según desde dónde te sitúes. Es obra del artista francovenezolano Carlos Cruz-diez. Hace falta poco más para saber que estás ante un proyecto único y sin precedentes en España. Son once viviendas, entre ellas un ático de 650 m2 y 191 m2 de terrazas, donde Arte y Arquitectura se dan la mano. ¡Wow! En esta propiedad, cuya comercialización correrá a cargo de la consultora inmobiliaria especializada en gran lujo Knight Frank, la condición patrimonial, el confort y el lujo se han cuidado, mimado, valorado en cada detalle de su exquisita rehabilitación. Si añadimos su ubicación privilegiada, junto al parque de El Retiro y al epicentro cultural madrileño, el cóctel de perfección está servido. Para saber más: Montalbán 11 cuenta con las más exclusivas y adelantadas instalaciones y servicios. Además de lujosas, con tecnología de vanguardia. Estamos ante un proyecto único en Madrid, comparable sólo con otros de ciudades como Nueva York o Londres. • El edificio Montalbán 11 tiene 100 años de historia. Su fachada clásica es una de las más bonitas del área de Los Jerónimos, no en vano conocida como el ‘Little Paris’ madrileño. • El arte es una de las claves de Montalbán 11. También en su ubicación: además de encontrarse a pocos pasos del parque de El Retiro, el pulmón verde de Madrid, se halla junto al Triángulo del Arte, compuesto por el Museo del Prado, el Museo Thyssen-bornemisza y el Museo Reina Sofía. ¡Ya no hay excusas para vivir sin arte!
a Normandía al día siguiente del desembarco. Con el país amenazado por los alemanes le pareció buena idea cambiarse el nombre y se juró que, después de la guerra, haría algo grande. Dicho y hecho. Junto a su compañero de trincheras, Harry Fisher, montó en 1946 una sala mítica en la Old Bond Street de Londres, y le dio otra visión al negocio familiar: sus abuelos habían sido grandes anticuarios en la Viena pre Hitler, pero él prefirió virar varios grados y algunos siglos el rumbo y centrarse en el arte contemporáneo. “En mi primera exhibición —continúa Juan— pude conocer a Francis Bacon, que me compró el cuadro más importante que había colgado, y en la de Manhattan me topé con Rothko y Duchamp, con el que hablé en catalán. Entonces los pintores famosos que acudían a las inauguraciones permanecían juntos, sin mezclarse, comentando sus cosas, como un clan. Para mí, joven pintorcito de una España aislada del mundo, todo era nuevo; luego ya me fui acostumbrando”. “Al principio era una cosa mucho más familiar —corrobora Luis Gordillo—. Tengo una foto que nos hicimos en mi casa, a las afueras de Madrid, en la que están Antonio López, Lucio Muñoz, Levai… Era mucho más de andar por casa, éramos un grupito de gente que se quería, incluso Levai tenía un papel más paternal. Era íntimo de López y este de Lucio Muñoz y así nos enlazábamos todos”. La cadena, además, no se paró en los años 60 y 70. Luego llegaron Abraham Lacalle y Carlos Franco, que hicieron (continúa en págs. finales)
“El primer español de la galería fui yo, después entraron Antonio López y Manolo Valdés. Éramos y somos todos grandes amigos”. juan genovés