RADAR TALENTO: EN SUS MANOS
Wubben abrió estudio propio en 2008 en Eindhoven aunque después se mudó a Ámsterdam. “La ciudad de la Philips me sirvió para crecer, allí conocí a Rossana Orlandi, que ha sido fundamental en mi carrera, tu trabajo adquiere otra importancia cuando expones en su galería. Pero después de cuatro años necesitaba mudarme. Cambiar te aporta nueva energía y en esta ciudad me siento como en casa, era la elección más lógica”, cuenta. Recuerda que ya en el instituto construía sin parar toda clase de cosas. “Era un niño pero sabía que pensaba de forma diferente cuando tenía algo entre las manos. Entonces, como ahora, dejaba que me guiara sobre todo el instinto”, relata. Elige funcionalidad sobre belleza y escultura por encima de diseño. “No soy racional, me dejo llevar por los materiales. No empiezo con una idea, sino con algo que me llama la atención y con lo que experimento. Solo un tiempo después decido qué función quiero darle a esa pieza en concreto”, remata. www.floriswubben.nl