Bureau Mad
PRODUCTO DE LA TIERRA
Dejar huella, literalmente. Eso hacen los artesanos que exponen aquí su trabajo. “Sus piezas son un poco wabi sabi, defienden lo orgánico, lo imperfecto, lo perdurable y que al tacto se noten sus manos, eso es un valor”, explica, casi reivindicando, Candela Madaria, la fundadora de Bureau Mad. Con su nuevo espacio, abierto apenas hace dos meses en el madrileño barrio de Las Letras, busca darle un lugar a la cerámica, para ella la gran olvidada de los oficios. Tras recorrerse la península en busca de talleres, aquí muestra su selección de objetos austeros, hermosos, puristas, rudos... “pero también delicados y muy finos”. Entiende que lo suyo es una tarea casi de comisariado. “Estamos a medio camino entre tienda y galería, realzando la parte artística de los elementos útiles y cotidianos tanto populares como de autor”. Es el caso de la cerámica negra de Faro, de los lebrillos del Puente del Arzobispo, de las fuentes de Helena Brizido o de los diseños de Alfarería Tito. “Escojo casi por intuición entre los que mantienen técnicas originales, con un hacer profundo, casi filosófico. Desde que abrí me sorprende cómo la gente se interesa por las cosas más tradicionales, que son mi cruzada personal, las tengo para que no se pierda su memoria, como hizo la historiadora Natacha Seseña (autora de Cacharrería Popular), cuyo testigo nadie ha recogido”. Al menos, hasta ahora. Madrid: San Pedro, 8. bureaumad.com