PABLO GENOVÉS
RESCATA FOTOS ANTIGUAS DE MERCADILLOS PARA TRANSFORMARLAS EN OBRAS CASI ÉPICAS.
(Madrid, 1959). Llegó a Berlín hace 10 años huyendo de los precios de Londres y convencido de que en las calles de esta ciudad imperfecta encontraría imágenes antiguas con las que trabajar. Así fue y sus arquitecturas invadidas de naturaleza de la última década le deben mucho a Alemania. “Empecé haciendo fotografía industrial en Madrid, pero cuando en los 80 me fui a Inglaterra me quité la presión de mi familia (Juan Genovés, el pintor, es su padre) y allí comencé un proceso muy rápido, casi vital, de aproximación al arte. De niño veía a Juan pintar con fotos y puede que eso influyera en el soporte que elegí”, cuenta. En la capital germana encontró una mina de oro. “Aparecieron en los mercadillos fotografías de los años 20 de los alemanes del norte que visitaban el sur. Yo era un outsider que recolectaba recuerdos turísticos. Eso tiñó mi último trabajo. En general es bueno para un artista estar en un lugar desconocido, tu mirada es diferente, cambia. Cuando hay certidumbre no existe la magia. Y sin ella es difícil crear”, remata. www.pablogenoves.com