Larga vida AL SOFÁ
Con estructura reforzada de madera maciza, resistentes a la humedad, con muelles de acero... Los de IKEA esconden un atractivo secreto: la calidad de sus materiales.
En la vida nada es para siempre, pero un sofá es uno de esos muebles que nos acompañan durante mucho tiempo. Además de buscar comodidad y un diseño atemporal, no podemos dejar de lado la calidad: sus materiales deben ser duraderos y resistentes. Quién sabe si ese tres plazas que compramos siendo una pequeña familia de dos acabe teniendo que superar la presencia de varios niños en casa. O cuántas mudanzas tendrá que vivir. Los sofás de IKEA, además de ser funcionales y prácticos, responden a estas necesidades: cuentan con una sólida estructura reforzada de madera maciza y la mayoría tienen 10 años de garantía. Por ejemplo, los modelos de la serie ESKILSTUNA y FÄRLÖV, entre otros, están fabricados con tableros de partículas resistentes a la humedad y sus componentes de metal están hechos siempre de acero. Para los amantes de lo mullido, los sofás STOCKSUND, con su gruesos cojines de muelles embolsados, mantienen la forma y el confort a pesar de su uso y la serie KIVIK, además de disponer de una chaise longue que se puede cambiar de lado, tiene asientos con una capa de espuma viscoelástica que se amolda al contorno corporal sin llegar a deformarse. ¿Y si queremos que la calidad se haga notar a simple vista? Basta con mirar la piel con flor de vacuno con la que está tapizado el ya mítico diseño STOCKHOLM, suave, duradera y de aspecto y tacto natural. Todo aquel que entre en nuestra casa se dará cuenta de que nos hemos hecho con un buen sofá. Más información en www.ikea.es/sofas