JOYA RURAL Arte y referencias art déco dialogan en esta casona de pueblo valenciana transformada por Studio Montañana.
ha resucitado una antigua casa de pueblo en Valencia. Bajo una piel popular, un revisado y sofisticado mobiliario dialoga con buen y escogido arte
antes todo esto era huerta”, explica María José Martínez, la propietaria de esta casa en un pueblo de la comarca de L’ Horta Nord, a pocos kilómetros de la ciudad. Una construcción señorial de los años 40 de 450 m2 que no dudó en comprar. “Cumplía todos los requisitos que buscaba: es esquinera y recibe mucha luz, ya que estas calles del casco antiguo son estrechas; tiene las puertas y ventanas redondeadas y da a las avenidas principales desde las que veo las procesiones y los pasacalles de las Fallas. Es como las casas en las que me crié”. Cuando entró, descubrió que seguía igual que el día que se levantó. “Las dos plantas estaban muy compartimentadas. Apenas había algo que se pudiera salvar”. Había que resucitarla, para lo que contactó con Studio Montañana, quien se encontró con un gran proyecto lleno de complicaciones. “Tuvimos que retranquear una de las fachadas y reforzar la estructura, lo que nos llevó tres años de obra”, comenta Vicent Montañana, quien hace tándem con la también arquitecta Francisca Casel. “Todo en ella era popular, sin ningún vestigio o sabor burgués que pudiésemos rescatar. A excepción de una puerta modernista que restauramos y marcó un poco la pauta del interiorismo. Nos pusimos a investigar sobre los materiales y la estética con la que se construía en la primera mitad del XX en Europa”, continúa Francisca. El suelo de mármol blanco con marcos negros delimita las diferentes estancias de la planta principal: el hall con acceso al dormitorio con baño en suite y la cocina, el comedor, el salón con vistas al patio, por el que en su día entraban los carros, y un baño de cortesía. A partir de ahí sumaron detalles nobles de la época como molduras, papeles estampados y telas, “con ese toque femenino del gran Hollywood”, señala la arquitecta. Para la propietaria era muy importante que fuera coherente con las viviendas tradicionales en las que creció pero refrescada. “En parte lo conseguimos con los colores, como el rosa empolvado de mi habitación o el verde de la cocina, tan parecido al de las sillas y mesas de formica. O el papel del comedor con pájaros que los asocio con las jaulas que tenía mi padre en el patio”, cuenta María José. La planta de arriba supone una ruptura con la principal y está ocupada por el dormitorioapartamento de su hijo. “Era una antigua buhardilla donde se secaba el tabaco y en la que recuperamos las cinchas de madera para darle una estética inspirada en los lofts neoyorquinos pero con sabor mediterráneo”, comenta Vicent. Pero los dos espacios estám unificados por mobiliario hecho a medida y piezas de editoras nacionales como Viccarbe, Andreu World, Joquer o Vibia que conviven con arte de firmado por Mathieu Mercier, Rubén Guerrero, Camila Oliveira o Natacha Lesueur. Todo al servicio de revivir unos recuerdos de niñez, pero de forma más sofisticada, que hasta la memoria se puede modernizar. studiomontanyana.com