por Michael Anastassiades CASA NEOPTOLEMOS MICHAELIDES
(1964-1966) Nicosia, Chipre
“Recuerdo la primera vez que la visité. Tenía doce años. Después de atravesar árboles, arbustos frondosos y un pequeño jardín japonés con peces nadando en un estanque frente a la puerta, entré en un espacio poco iluminado. El salón estaba tras el primer tramo de peldaños de mármol en voladizo que salían de un muro de cemento bruto, que contrastaba con la carcasa de madera. Caminé admirando el pasamanos, bellamente suspendido en el aire con apoyos mínimos. Había muchas vitrinas, llenas de minerales, conchas marinas y antiguos objetos africanos. La luz de la tarde se filtraba a través de cortinas tejidas a mano. Las ventanas accedían a una plataforma exterior sin barandilla. El techo estaba desnudo. El suelo, interrumpido por una serie de exquisitas alfombras de seda. Solo unas pocas obras de arte en las paredes, maestros griegos como Grammatopoulos y Spyropoulos al lado de las pinturas de su esposa. Nada estaba dejado al azar, cada objeto se relacionaba con los otros y todo el conjunto con la proporción humana. Hasta esa fecha, nunca había visto tales niveles de sofisticación”. MICHAELANASTASSIADES.COM
Cada objeto se relaciona con los otros y todo con la proporción humana. Nunca he visto tales niveles de sofisticación.